Ciudad de México.- La movilidad es un derecho que debe respetarse y garantizarse en condiciones de igualdad y sin discriminación. Sin embargo, la arquitectura y medios de transporte carecen de un diseño que permita a las personas con discapacidad acceder o transitar libremente y con seguridad. En México, seis millones 179 mil 890 individuos se enfrentan a esta problemática, de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020.

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Ante esta situación y con el objetivo de hacer valer el derecho a la movilidad, la UNAM ofrece transporte especial desde la Dirección General de Servicios Generales y Movilidad. Éste ha beneficiado a usuarias como Adriana Yolanda Apartado Carmona, oficinista de servicios escolares en la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ), y a María Concepción Medina González, profesora de la Facultad de Derecho (FD) y la Escuela Nacional de Lenguas, Lingüística y Traducción.

“Es una bendición. Nos permite llegar a nuestros trabajos o al transporte para nuestra casa. Agradezco a la UNAM por apoyar con este servicio a quienes tenemos alguna discapacidad”, expresa Adriana.

Medio de transporte incluyente

Adriana se desplaza diariamente desde el sur de la Ciudad de México al campus universitario para realizar su trabajo en la FMVZ. Todos los días comienza su jornada laboral a las nueve de la mañana y concluye después de las tres de la tarde.

Para moverse dentro de Ciudad Universitaria (CU), desde hace dos años utiliza el transporte especial de la UNAM debido a que en su juventud sufrió caídas que, como consecuencia, afectaron su salud.

“Lo necesito por mis problemas de cadera, columna y piernas. Para mí, el estribo del camión está muy alto y se me complica subir, pero en estos vehículos le pido al chofer que se acerque a la banqueta para apoyarme o que baje la rampa de la unidad”.

Este servicio comenzó a brindarse en el año 2000, “cuando la Facultad de Arquitectura, a través de la Dirección General de Obras y Conservación, nos hizo entrega de un camión Mercedes Benz con capacidad para 10 individuos y cinco sillas de ruedas, por lo que contaba con una rampa hidráulica”, explica Agustín Valdés Barrón, coordinador de Pumabús.

Desde entonces se ofrece atención personalizada y al interior de CU a integrantes de la comunidad de la UNAM o público en general con alguna discapacidad temporal o permanente.

Adriana utiliza un bastón para apoyarse al caminar y para subir o bajar escaleras emplea el elevador de la facultad. Cuando el transporte llega por ella bajan la rampa para silla de ruedas del vehículo, de esta forma Adriana puede subir a la unidad con facilidad y ser trasladada. “Viene, me recoge y me deja donde necesito. Si lo requiero dos o tres veces en el día son las mismas que me cubren el servicio. Es una maravilla”, afirma.

La UNAM cuenta con dos camionetas para brindar este servicio, cada una con capacidad para cinco usuarios sentados y dos sillas de ruedas. Las unidades están equipadas con una rampa hidráulica, fijación para las sillas y asientos movibles que permiten al pasaje acomodarse fácilmente.

Para hacer uso de este servicio Adriana se acercó al módulo de Pumabús donde en todo momento tuvieron disposición de ayudarla. Lo único que le pidieron fue un escrito sobre los padecimientos que tiene y le preguntaron si emplea bastón, silla de ruedas o andadera.

Impactar en la Universidad y la sociedad

Así como a Adriana, a la profesora María Concepción Medina González le ha favorecido el uso del transporte desde febrero de 2023. Ella comenzó a solicitar el servicio debido a que en 2021 le diagnosticaron vértigo postural paroxístico benigno (VPPB).

“Es una afectación en el área vestibular del oído que de alguna manera tiene que ver con el equilibrio. Cuando tenemos episodios intensos de vértigo es incapacitante porque uno no puede caminar normalmente”.

En 2020 y 2023 la profesora sufrió dos accidentes dentro del campus universitario, cuando se dirigía a sus lugares de trabajo. Estos se consideran factores de riesgo para la enfermedad que le detectaron.

“Muchas de las áreas del campus no están tan planas y una de las recomendaciones médicas es que no transite por áreas así, donde tenga que mover demasiado la cabeza o realizar muchos giros. Por ello considero que el apoyo de este servicio brinda una mejor calidad de vida”, comenta María Concepción.

Agustín Valdés explica que para aprovechar el servicio únicamente se pide que sean individuos con alguna discapacidad que no puedan hacer uso del transporte interno del campus.

“Para solicitarlo pueden llamar al 55 5622 6484 o 55 5622 6151, pedirlo a través de la Central de Atención de Emergencias (postes SOS), a alguna patrulla de vigilancia o de movilidad o dirigirse a la base que se encuentra fuera del metro Universidad”, expone el coordinador.

A la profesora María Concepción el transporte no sólo le ha permitido trasladarse en CU, también la ha sensibilizado, lo que busca transmitir a sus estudiantes. “El contacto con otros usuarios del servicio: personas con discapacidad visual, auditiva, física, que usan muletas o bastón, me hace mucho más sensible y trato de inculcar en mis alumnos el ser empáticos e incluyentes con los demás”.

Además, reconoce que la coordinación entre el servicio de movilidad con las facultades, escuelas e institutos de la Universidad, que tienen rampas de acceso a las instalaciones y elevadores, fomenta la inclusión.

“Esto no sólo impacta en la comunidad universitaria, también en la sociedad porque mejora la armonía, lo que conlleva a una construcción o reconstrucción del tejido social”, puntualiza.

Garantizar el derecho a la movilidad

De 2016 a la fecha, el transporte especial de la UNAM ha trasladado a 31 mil 733 usuarios y, en lo que va de 2023, han realizado tres mil 500 traslados, lo que contribuye a hacer valer el derecho a la movilidad de todas las personas.

“Sabemos que en muchos lugares no se cuenta con rampas o con los medios para que sujetos con discapacidad puedan llegar. La importancia de nuestro servicio es facilitarles la llegada a sus lugares de trabajo o de estudio”, enfatiza Agustín Valdés.

Tanto Adriana Apartado como María Concepción reconocen que el apoyo que la UNAM les brinda con este servicio ha sido fundamental para realizar su trabajo en la Universidad e invitan a otros a hacer uso de él. “Acérquense con confianza porque con esto la UNAM está apoyando a la comunidad con discapacidad o a la que, como en mi situación, sufre de un determinado padecimiento que complica su movilidad”, concluye la profesora de la FD.

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