Ciudad de México.- Hay 57 millones de personas en el planeta con enfermedades graves o sin cura que necesitan cuidados paliativos para sentirse mejor. El envejecimiento y aumento en las enfermedades no transmisibles alertan que el número de quienes requerirán este tipo de atención en el mundo podría duplicarse para 2060, como refieren las proyecciones realizadas por el equipo de investigación de The Lancet Global Health.

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En México, cada año, alrededor de 468 mil pacientes viven con sufrimiento grave relacionado con su salud, según la Comisión Lancet sobre el Acceso Global a los Cuidados Paliativos y el Alivio del Dolor.

En nuestro país, los cuidados especializados para este tipo de personas son relativamente nuevos. Apenas en 2009 se reformó el artículo 184 de la Ley General de Salud y se adicionó el 166 Bis, el cual contiene la Ley en Materia de Cuidados Paliativos que establece, como derecho de toda persona con nacionalidad mexicana, contar con este tipo de atención ante un padecimiento en etapas avanzadas.

Por ello, pasantes de las facultades de Medicina (FacMed) y Psicología (FP) de la UNAM brindan atención a pacientes en nueve sedes, entre institutos y hospitales generales, que han sido receptoras de 175 estudiantes bajo la modalidad de servicio social en vinculación, desde 2017. 

Ese año inició el proyecto de Servicio Social en Cuidados Paliativos, que se desprende del Seminario de Estudios sobre la Globalidad de Facultad de Medicina, del que han egresado 136 pasantes con formación en este tema y donde actualmente 23 alumnos realizan su servicio social.

Cinco años después, en 2022, la FP sumó a sus estudiantes a la iniciativa de la FacMed y 16 pasantes han realizado su servicio social en Psicología Paliativa, de los cuales seis ya concluyeron y 10 se encuentran en cuatro sedes: el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, el Hospital General Dr. Manuel Gea González, el Hospital General La Villa y el Hospital Infantil de México Federico Gómez.  

Este 2024, a la lista de instituciones a las que asisten los pasantes de la Facultad de Medicina se sumó la Casa de Enfermos de las Hermanas del Buen Samaritano en Malinalco, Estado de México, a donde llegan pacientes de bajos recursos con padecimientos crónicos y amenazantes para la vida.

Preparación crucial

En la Casa de Enfermos de las Hermanas del Buen Samaritano hay cinco médicos puma a cargo de la atención y cuidado de 63 pacientes con distintos padecimientos, como Rubén, un mecánico de 71 años diagnosticado con esclerosis lateral amiotrófica desde hace ocho años.

Rubén confiesa que, enterarse de la noticia por parte de los especialistas, “lo tiró” anímicamente, pues le explicaron que se trataba de una enfermedad crónico-degenerativa del sistema nervioso que ocasiona debilitamiento muscular, incapacidad de movimiento y que es incurable. 

“Me dijeron que viviría como año y medio a lo mucho, que se me iban a ir acabando las neuronas motoras del cerebro y que no había medicina para revertir algo así. Ni la ciencia sabe a qué se debe esto”.

El de Rubén es uno de los muchos padecimientos (como cáncer, ciertas enfermedades cardiovasculares, afecciones respiratorias crónicas, sida, diabetes, insuficiencia renal, enfermedades hepáticas crónicas, esclerosis múltiple, Parkinson, artritis reumatoide, enfermedades neurológicas, demencia, anomalías congénitas o tuberculosis resistente a los medicamentos) que requieren cuidados paliativos.

“Más allá de su mal pronóstico aún se puede hacer mucho para mejorar la calidad de vida de estas personas”, asegura Luis Alberto Montes, pasante quien desde febrero realiza su servicio social en la Casa de Enfermos de las Hermanas del Buen Samaritano.

A decir del joven, esta preparación es crucial pues en muchos sitios se desatiende a estos pacientes por falta de conocimiento. “Ello hace que muchos de quienes llegan aquí, con nosotros, lo hagan con un mal manejo del dolor, de sus síntomas y de su enfermedad, y poco esperanzados con lo que harán en lo que les resta de vida”. 

El objetivo de la medicina paliativa no es alargar la existencia ni acelerar la muerte, sino cuidar y acompañar a la persona enferma, y a su familia, para que tengan la máxima calidad de vida posible.

Los cuidados paliativos son un enfoque complementario de la medicina, una visión asistencial que intenta atender de manera integral a los y las pacientes considerando sus necesidades espirituales, sociales y emocionales, así como también las físicas.

En el país hay una brecha de atención de cuidados paliativos del 79 por ciento ya que, de acuerdo con datos del Sistema Nacional de Salud de 2021, aunque ha habido un incremento en los servicios otorgados en los hospitales, al pasar de 57 en 2014, a 118 en 2021, y de clínicas del dolor de 42 a 117 en el mismo lapso, esto no es suficiente. 

La misma entidad refiere que, respecto al liderazgo o conducción de los servicios en las clínicas del dolor y cuidados paliativos, una ínfima parte está a cargo de médicos paliativistas, ya que el 78 por ciento de la responsabilidad recae en los anestesiólogos y el resto se reparte entre médicos generales, familiares, pediatras e internistas; especialistas en terapia intensiva y rehabilitación, así como psicólogos y trabajadores sociales.

“El problema es que la mayoría de los servicios se ofrecen en un contexto hospitalario de segundo y tercer nivel de atención. Es preciso que estos se articulen con el primer y segundo nivel de atención, favoreciendo también la atención domiciliaria”, detalla la doctora Nayely Salazar Trujillo, quien está a cargo del grupo de trabajo de cuidados paliativos del seminario y, actualmente, también del servicio social.

“Es posible cerrar la brecha de atención en México. En esta tarea la formación a nivel de pregrado –rubro en el que la Universidad ha avanzado de manera importante– es crucial. Aminorar el dolor total es un derecho para estos pacientes. Cuando se brinda atención desde un enfoque integral y con cuidados paliativos mejora la calidad de vida y la sobrevida de estas personas, y el trato se dignifica”, subraya Salazar Trujillo.

Para Luis Alberto Montes, la experiencia obtenida en el Hospital Hermanas del Buen Samaritano es invaluable, pues “gracias al trabajo realizado aquí, los pacientes empiezan a confiar más en nosotros y generan más expectativas sobre su propia vida”.

Médicos universitarios retribuyen a la sociedad

Ante este déficit de personal especializado, en diciembre de 2023, el Consejo Universitario de la UNAM aprobó la creación de la especialidad en Medicina Paliativa, la cual formará especialistas capaces de ofrecer servicios de alta calidad científica con un enfoque humanista y vocación social.

Esta especialización, con la cual el Plan Único de Especializaciones Médicas de la FacMed amplía su oferta a 80 programas académicos, se impartirá en el sistema escolarizado de manera presencial. Tendrá una duración de tres años y un total de 693 créditos distribuidos en 12 actividades académicas obligatorias.

Estará disponible para especialistas con título y cédula profesional de la Licenciatura de Médico Cirujano o su equivalente, a través de la selección del Examen Nacional de Aspirantes a Residencias Médicas, cuya convocatoria ya puede ser consultada.

Este nuevo plan de estudios comenzará a impartirse en el Hospital General Dr. Manuel Gea González, por su relevancia en el campo de conocimiento de la especialización. Después se extenderá a unidades médicas que cumplan con los requisitos estipulados por la FacMed para ser sede de la especialización.

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