Ciudad de México.- El reporte “The Lancet Countdown en cambio climático y salud en Latinoamérica” ofrece datos cruciales con la expectativa de que, a través del conocimiento, sea posible interactuar con los sectores adecuados y diseñar políticas públicas más efectivas, además de tomar medidas informadas, consideró la coordinadora de la Investigación Científica de la UNAM, María Soledad Funes Argüello.
La también investigadora reflexionó que es muy importante que esa iniciativa tome en cuenta a Latinoamérica, pues se trata de una región que enfrenta desafíos muy particulares, en una sociedad que se caracteriza por sus desigualdades sociales, las cuales agravan los impactos del cambio climático en la vida cotidiana y, en particular, en la salud.
“Las comunidades más vulnerables, que a menudo son las más afectadas por la pobreza, la falta de acceso a servicios de salud y educación, la migración y la marginalización son también las que sufren de manera desproporcionada los efectos adversos del cambio climático”, expuso.
El documento representa un parteaguas que se espera tenga repercusiones positivas en la formulación de políticas públicas, expresó el director de Salud Ambiental del Instituto Nacional de Salud Pública, Horacio Riojas-Rodríguez, durante la presentación de dicho reporte ante investigadores y especialistas de diversas instituciones académicas.
“Es necesario impulsar la investigación transdisciplinaria en los temas de clima y salud, reconocemos que hay una necesidad muy grande en este sentido y estamos abiertos a la colaboración sobre estas materias. Sabemos que el cambio climático y el deterioro ambiental representan el principal riesgo para las poblaciones más vulnerables del país”, indicó.
A su vez, Stella Hartinger, directora Lancet Countdown Latinoamérica, recordó que hacia 2015 The Lancet comenzó a reunir la información en temas de cambio climático y salud, pero debido a que eran datos generalizados se detectó la necesidad de revisar la realidad regional del problema, por lo que se decidió crear reportes que “permitan llevar la información a los tomadores de decisiones de una manera fácil, y que ésta se pueda traducir en acciones y políticas públicas. Estamos empezando pero es hacia donde vamos en los próximos cinco años”.
Antes de la presentación del documento, realizada en el Teatro Jorge Flores Valdés del Museo de las Ciencias Universum, en conferencia de prensa virtual, el coordinador del Programa de Investigación en Cambio Climático (PINCC), Francisco Estrada Porrúa, aseguró que México es el país más preocupado por este tema en todo el planeta, pero su capacidad adaptativa es muy baja.
El investigador subrayó que el nivel del mar ha aumentado, y en lugares como el Golfo de México lo ha hecho más rápido que en el promedio del planeta, además las pérdidas por el cambio climático son muy importantes, pues los costos acumulados durante este siglo serían comparables a perder entre el 85 % y hasta cinco veces el PIB de México.
Estrada Porrúa comentó: “Tenemos un país en condiciones socioeconómicas y climáticas muy diversas, y distintas vulnerabilidades en ciudades, zonas naturales, agricultura o salud. Necesitamos una capacidad de investigación mucho más fuerte, y espero que podamos avanzar guiados por la ciencia, que es la mejor manera de hacerlo para en realidad reducir nuestra vulnerabilidad, riesgos, pobreza y aumentar el bienestar de la población”.
A su vez, Yasna Palmeiro Silva, investigadora del Institute for Global Health, del University College London, y una de las autoras principales del documento, destacó que entre los principales resultados está el hecho de que Latinoamérica continúa cambiando y las naciones no están preparadas para enfrentarlo.
Precisó que en 2022 la población estuvo expuesta a temperaturas ambientales, en promedio 0.38 grados Celsius más altas que entre 1986-2005, por lo que de 2013 a 2022 los infantes toleraron un 248 % más días de olas de calor, mientras que las personas mayores de 65 años enfrentaron un 271 % en esas condiciones que entre 1986 y 2005.
A esto se suma que la región ha registrado un alza del 140 % en la mortalidad relacionada con el calor, y se espera que los casos de dengue se incrementen debido a los cambios en los ecosistemas, especialmente por la presencia del mosquito Aedes aegypti, que ha aumentado en 54 % de 1951 a 2022.
Las políticas de adaptación en Latinoamérica siguen siendo débiles y la colaboración entre los sectores meteorológico y sanitario aún es insuficiente, lo que dificulta las respuestas integrales ante los riesgos a la salud; por ello, consideró un agravante la disminución del financiamiento a proyectos de adaptación al cambio climático en Latinoamérica, finalizó Palmeiro Silva.