Ciudad de México, 2 de octubre.– En su primera conferencia matutina como Presidenta de México, Claudia Sheinbaum dedicó un momento solemne a recordar los eventos del 2 de octubre de 1968, un día marcado por la represión estatal contra el movimiento estudiantil. Sheinbaum, quien se autodenominó “hija del 68” debido a la participación de su madre en aquel histórico suceso, reiteró su compromiso con la memoria de esa lucha y ofreció una disculpa pública a las víctimas y sus familias.

La presidenta subrayó que recordar este evento es una obligación moral y política. “Para mí, es fundamental no olvidar. Mi madre, profesora del IPN, fue parte activa del movimiento. En nuestra familia, vivimos las consecuencias de esa represión, y es algo que marcó nuestra vida”, expresó Sheinbaum al compartir su experiencia personal, incluyendo la visita a Pablo Gómez en Lecumberri cuando era niña. La mandataria resaltó que el Movimiento Estudiantil de 1968 abrió las puertas a una transformación democrática que culminó, en parte, con la llegada de figuras que participaron en dicho movimiento a posiciones clave del gobierno en 2018.

Durante la conferencia, se presentó un video con una crónica del movimiento, subrayando la participación de estudiantes, profesores, obreros, y profesionales que se unieron en la Ciudad de México en esa lucha por la libertad. El material retomó una investigación del diario británico The Guardian, que estimó en 365 las personas asesinadas aquel día en la Plaza de las Tres Culturas, y destacó el impacto del movimiento en las posteriores luchas democráticas del país.

En un acto formal, Sheinbaum anunció la publicación de un decreto en el Diario Oficial de la Federación, en el que el Estado mexicano reconoce su responsabilidad en las violaciones de derechos humanos ocurridas hace 56 años. En nombre de la nación, la Secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, ofreció una disculpa pública a los familiares de las víctimas y sobrevivientes de aquella represión. Rodríguez expresó que “este crimen de lesa humanidad, ordenado desde las más altas esferas del poder, debe ser reconocido para que hechos como estos no se repitan jamás”.”Las disculpas públicas por crímenes de lesa humanidad engrandecen a los pueblos”, afirmó la presidenta, en un llamado a la reconciliación con la historia.
Pablo Gómez, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera y uno de los protagonistas del movimiento estudiantil del 68, también tomó la palabra. Gómez, quien fue encarcelado durante esos años, compartió sus reflexiones sobre el contexto histórico, destacando cómo el movimiento estudiantil de ese año fue reprimido por la fuerza pública sin diálogo alguno con el gobierno. “La represión fue brutal, y la perversidad llegó al punto de sentenciar a los estudiantes a prisión, mientras los verdaderos responsables permanecían impunes”, dijo.

El recuerdo de la represión del 68 sigue siendo una herida abierta en la historia del país, pero con este acto de disculpa, el gobierno de Claudia Sheinbaum busca avanzar hacia una nueva etapa de justicia y memoria histórica. El espíritu del 68, como recordó Pablo Gómez, permanece vigente en las luchas por las libertades democráticas que continúan siendo un pilar en la Cuarta Transformación de México.

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