Ciudad de México.- De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), está científicamente comprobado que la acción humana es responsable del calentamiento global de los últimos 200 años –lo que se suma a la variabilidad climática natural observada en periodos temporales comparables–, provocando efectos devastadores que aumentan cada año, desde sucesos meteorológicos extremos, hasta la pérdida de biodiversidad y la escasez de recursos, cuyas consecuencias son perceptibles en diferentes partes del planeta.

Al respecto, el académico de la Escuela Nacional de Ciencias de la Tierra de la UNAM, Jorge Luis García Franco, menciona que por largo tiempo estuvieron a debate las causas que daban origen al problema. “Se llegó a considerar que el Sol y los volcanes afectan a nuestro clima”.

Sin embargo, se ha demostrado que el principal factor para el cambio climático actual son las emisiones de gases de efecto invernadero, entre ellos el dióxido de carbono, resultado de numerosas actividades de la sociedad.

Por ejemplo, el hecho de trasladarnos en auto; el Metro, aunque no lo veamos, requiere energía eléctrica que en su mayoría es producto de la quema de algún combustible fósil, expone.

El calentamiento global no genera desigualdad, “pero sí se proyecta sobre esta”. Muestra de ello son las recientes olas de calor que se vivieron en la Ciudad de México, donde se registraron algunas de las temperaturas más altas de los últimos años y pocas personas pudieron disponer de aires acondicionados.

Las poblaciones vulnerables se ven más afectadas por casi todas las repercusiones que derivan de este fenómeno, precisa el especialista en Física Atmosférica al referirse al Día Internacional contra el Cambio Climático, que se conmemora el 24 de octubre.

Recalca que en el presente año la capital del país –al igual que otras entidades nacionales– batió su récord máximo de temperatura por más de un grado; su máxima estaba por debajo de 33 grados Celsius y terminaremos 2024 por encima de 34 grados Celsius. “Estamos cruzando a temperaturas que no hemos vivido, y seguiremos viendo máximos de temperatura cada vez más cálidos”.

Otra situación que enfrentamos es el aumento en la intensidad de precipitaciones y su presencia en algunas zonas donde no se habían visto. Si bien son preocupantes estos hechos que ocurren en México, algo mayor es la incertidumbre de las lluvias extremas, pues desconocemos en dónde o qué lugares serán los más afectados.

García Franco señala que se han registrado, además de altas temperaturas, eventos meteorológicos extremos como ciclones e inundaciones, así como la presencia de impactos denominados concurrentes o compuestos, por ejemplo, cuando en una región con sequía, ya de por sí vulnerable, sucede un huracán, “entonces recibe otro impacto climático”.

Incertidumbre

Según el especialista, para mitigar el impacto del cambio climático en términos de política ambiental en favor de la sostenibilidad del planeta, se requiere generar normas que lleven a disminuir la emisión de los gases de efecto invernadero que se emiten a la atmósfera por parte de las industrias, entre otras estrategias.

En México, acota, la acción climática desarrollada en los últimos 20 o 25 años no ha sido suficiente. Es valiente la oferta que siempre hace en las cumbres anuales que realiza la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, es uno de los países que más prometen, firma los tratados más ambiciosos. “En el papel siempre es un ente responsable; sin embargo, a la hora de hacer política interna en este rubro, es donde le falla mucho”.

García Franco recuerda que en 2023 y 2024 el mundo superó la barrera de 1.5 grados con respecto a la temperatura que tenía en 1850, “algo que el Panel Intergubernamental de Cambio Climático había dicho que era un límite global que no debíamos rebasar”.

Entre 2030 y 2060 probablemente rebasaremos los dos grados, lo que no sabemos bien es cuáles serán las trayectorias a futuro, ese es otro factor de incertidumbre: desconocemos si será en el globo completo y si en algún momento cambiará radicalmente la política internacional al respecto, alerta el científico universitario.

Aunque la situación actual no es la peor, “está cerca de ser de las muy malas”. Algunos países como Alemania y Noruega, por ejemplo, han descarbonizado su industria, lo cual significa que emiten menos emisiones contaminantes a la atmósfera.

Sin embargo, subraya, no se desarrollan acciones ambiciosas para detener este fenómeno en el planeta; es fundamental actuar con mayor decisión, más recursos y de una forma rápida.

Para García Franco el mejor momento para reducir las emisiones contaminantes a la atmósfera es ahora, “siempre es hoy, no debemos ser fatalistas y pensar que ya no podemos hacer nada porque todavía podría haber escenarios peores de los que ahora vivimos si no actuamos”.

Cabe recordar que se conmemora el Día Internacional contra el Cambio Climático con el propósito de sensibilizar, concientizar y advertir sobre sus efectos y los riesgos que provoca para la vida en el planeta.

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