Ciudad de México.- El presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Alejandro Moreno, afirmó que la Presidenta Claudia Sheinbaum reconoció las capacidades del PRI para gobernar, tomando como referencia un comentario sobre las guarderías del IMSS y del ISSSTE en su conferencia matutina. Sin embargo, más que un reconocimiento, la declaración parece una estrategia para reposicionar a un partido que ha estado en declive.

¿Memoria o conveniencia?

En su intervención, Moreno destacó que Sheinbaum recordó haber crecido, al igual que sus hijos, en las guarderías operadas durante administraciones priistas. Aprovechando el comentario, el dirigente afirmó que “el PRI sabe gobernar” y que tienen los mejores perfiles para diagnosticar problemas y proponer soluciones.

Pero, ¿es este un verdadero reconocimiento o una lectura sesgada de los hechos? Aunque Sheinbaum mencionó las guarderías, no hubo un señalamiento directo al PRI como referente de éxito gubernamental. Moreno, por su parte, transformó el recuerdo en una oportunidad para pedir que el gobierno actual devuelva al país “guarderías dignas”.

El PRI y su lucha por relevancia

Moreno enfatizó que el PRI “no es perfecto, pero daba resultados”. Una afirmación que para muchos podría ser discutible, considerando el peso histórico de los gobiernos priistas en los problemas estructurales del país, desde la corrupción hasta las desigualdades sociales.

En un momento político donde la polarización está en su punto más alto, estas declaraciones parecen ser un intento desesperado por posicionar al PRI como una opción viable frente al electorado. Sin embargo, los resultados recientes en las urnas y la percepción pública sobre el partido no juegan a su favor.

¿Qué hay detrás del mensaje?

El llamado de Moreno para recuperar las guarderías dignas puede sonar noble, pero también refleja una falta de autocrítica. Muchos de los programas sociales mencionados enfrentaron problemas de operación y financiamiento durante gobiernos priistas, lo que generó descontento social.

En lugar de centrarse en la nostalgia de lo que fue, el PRI enfrenta el reto de demostrar cómo puede transformar sus declaraciones en acciones concretas en un panorama político donde las promesas vacías ya no convencen.

Conclusión

La afirmación de Alejandro Moreno podría ser vista como una maniobra política más que un verdadero reconocimiento. Mientras la ciudadanía exige soluciones reales a los problemas actuales, los discursos que apelan al pasado sin una propuesta clara parecen cada vez menos efectivos.

Moreno asegura que el PRI tiene los mejores perfiles para gobernar, pero el verdadero desafío es demostrar que el partido puede ofrecer algo más que recuerdos para ganarse la confianza del pueblo mexicano nuevamente.

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