Por. – Benjamín Bojórquez Olea.
Gabriel Guadalupe Vázquez Martínez:
El cáncer del CETis 107…
En Culiacán, lo que debería ser un centro de formación académica se ha convertido en un infierno de corrupción y abuso de poder, encabezado por Gabriel Guadalupe Vázquez Martínez, un hombre que, como director del CETis 107 desde 2014, ha convertido la escuela en su propio feudo personal. Lo que aparenta ser una institución educativa de prestigio es, en realidad, un antro de extorsión, impunidad y manipulación. Y lo más grave es que este sistema podrido opera bajo la mirada complaciente de las autoridades, que prefieren mantener los ojos cerrados ante una realidad que avergüenza a todos los que aún creemos en la educación pública.
Gabriel Vázquez es un tirano en su propia escuela, un hombre que usa su cargo para despojar a los estudiantes y a sus familias de lo que les corresponde por derecho. En el CETis 107 no importa si tienes el mejor promedio o si has destacado en tu rendimiento académico, lo único que realmente importa es cuánto dinero puedas pagar para obtener lo que quieres o necesitas. ¿Quieres cambiarte al turno matutino? No importa que tus calificaciones sean excelentes. Si no eres capaz de soltar un “aporte voluntario”, tu lugar está asegurado en el turno vespertino. Aquí, lo único que cuenta es cuánto dinero estás dispuesto a entregar a este director corrupto. El apoyo económico, supuestamente “voluntario”, no es más que una extorsión descarada disfrazada de una oferta que no puedes rechazar si no quieres ser relegado. Una extorsión organizada, que le ha permitido aGabriel Vázquez enriquecerse enormemente a costa de las familias más vulnerables.
Este tipo de prácticas no son nuevas. Los testimonios anónimos de padres y alumnos son claros. No se necesita ser un genio para darse cuenta de que el director ha institucionalizado la corrupción dentro del CETis 107, convirtiendo el proceso de selección y cambio de turno en una moneda de cambio. Los padres que no tienen dinero son relegados a los últimos lugares, mientras que aquellos que se someten a su chantaje son premiados con el tan ansiado turno matutino. Es un sistema que discrimina, que humilla y que hace un daño irreparable a aquellos que no tienen la capacidad económica para cumplir con las demandas de Vázquez. El mérito académico no tiene cabida en su lógica, solo importa el poder del dinero.
Pero no es solo el cambio de turno lo que está en juego. Gabriel Vázquez ha encontrado en los club de canto, teatro, etc, una estrategia mediática para manipular aún más a los estudiantes. Se les vende la idea de que, si se destacan en alguna de estas áreas, tendrán más probabilidades de ser elegibles para el cambio de turno. ¿Adivinen qué? Estos talleres no son más que una fachada para ocultar lo que realmente importa: que los estudiantes se promocionen como si fueran la joya del CETis 107, para que Vázquez pueda presentarlos como ejemplo de éxito en su plantel. Un éxito de mentira, donde lo único que cuenta es cuántos estudiantes están dispuestos a ser cómplices de esta barbarie y circo.
Es imposible no notar las diferencias abismales entre la infraestructura externa y lo que realmente sucede dentro de la escuela. Los baños, el comedor, las áreas comunes, todo parece estar muy bonito y en buen estado. Pero cuando te adentras en cada una de las aulas, la historia es completamente diferente. Así, lo que debería ser una institución de vanguardia en educación técnica se ha convertido en una ruina que está siendo ignorada por Gabriel Vázquez y su equipo. ¿Dónde está el dinero que supuestamente se recauda para mejorar la infraestructura? ¿Por qué se invierten recursos en una fachada o en unas simples sillas de colores giratorias mientras los estudiantes reciben una educación de segunda categoría? Aquí, lo que importa es que la imagen esté bien cuidada por fuera, mientras que los alumnos siguen siendo víctimas de la desidia, el lucro y el desinterés por su verdadero bienestar.
Y cuando miramos los informes de actividades, la podredumbre es aún más evidente. Presupuestos de cero pesos, informes de gastos sin explicación y recursos que desaparecen sin dejar rastro —y esto nada más entre 2023 y 2024—. ¿Quién está supervisando el uso de los fondos? Nadie. Las auditorías son inexistentes y la transparencia brilla por su ausencia. Los padres siguen pagando millones de pesos en sus cuotas“voluntarias”, pero nadie sabe exactamente en qué se está invirtiendo ese dinero. Gabriel Vázquez tiene el control total sobre los recursos y los usa a su conveniencia, sin rendir cuentas a nadie. Es un claro ejemplo de cómo la corrupción se ha apoderado de cada rincón de este plantel.
No solo los estudiantes están siendo engañados, sino también los trabajadores del plantel, quienes han denunciado abusos de poder y discriminación por parte de Gabriel Vázquez. En 2020, un grupo de empleados se acercó a un medio de comunicación local de manera anónima para exponer las irregularidades y los atropellos que han sufrido a manos del director. Los testimonios, valientes y desgarradores, nos cuentan de un hombre que utiliza su cargo para intimidar y manipular a todos aquellos que se oponen a su forma de hacer las cosas. La impunidad es la regla, y aquellos que se atreven a cuestionarlo son silenciados o despedidos sin piedad. La corrupción no solo está en los alumnos, está también en los trabajadores, en los pasillos, en las decisiones diarias, en cada rincón de esa escuela podrida.
Este es el CETis 107, y esta es la realidad que Gabriel Vázquez no quiere que veamos. Pero ya es hora de abrir los ojos. Ya no podemos permitir que una persona como él siga ejerciendo poder sobre la educación de nuestros hijos. La corrupción que este hombre ha instaurado no solo es moralmente inaceptable, es un crimen contra la educación y contra las familias que confiaron en el sistema educativo. Las autoridades no pueden seguir mirando hacia otro lado, ni el gobierno estatal ni la Secretaría de Educación Pública pueden seguir permitiendo que este cáncer de corrupción siga destruyendo la formación de futuras generaciones.
GOTITAS DE AGUA:
Usted, Genaro Torrecillas, dirigente estatal actual del SNTE 27, ¿está enterado de todo esto? Porque si es así, y no ha hecho nada al respecto, usted también es cómplice del abuso de poder y la corrupción en el CETis 107 por parte de Gabriel Vázquez y su equipo. Su silencio solo confirma que este sistema corrupto sigue operando bajo el amparo de su indiferencia o conveniencia, mientras los estudiantes y trabajadores siguen siendo víctimas de un régimen que se alimenta de la impunidad. ¿Está dispuesto a seguir mirando para otro lado, o tiene el valor de actuar en favor de la justicia?
Si la educación es el futuro de un país, entonces no podemos permitir que un hombre comoGabriel Vázquez siga controlando el destino de nuestros jóvenes. La impunidad que ha reinado bajo su mandato debe terminar. El CETis 107 ya no es solo una escuela, es un reflejo de lo que pasa cuando el poder y la corrupción se adueñan de nuestras instituciones. Los padres y estudiantes merecen algo mejor, pero eso solo será posible si se les da la oportunidad de destruir este régimen de terror. La corrupción del CETis 107 debe ser erradicada, y que Gabriel Vázquez pague y rinda cuentas por sus fechorías. Que nadie esté por encima de la ley, ni siquiera él.
Porque al final, ¿qué sociedad podemos construir cuando el futuro de nuestros hijos está en manos de quienes se han olvidado del verdadero propósito de la educación?¿Es esta la clase de país que queremos ser?“Si cierran la puerta, apaguen la luz”. “Nos vemos mañana”…
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