Ciudad de México, enero 2025. Una vez más, el PRI, ese partido que durante más de siete décadas moldeó la estructura política y económica de México a base de corrupción, impunidad y políticas fallidas, intenta posicionarse como una voz crítica. Alejandro Moreno, su dirigente nacional, acusa al gobierno de Morena de llevar al país a “una encrucijada de desastre”. Sin embargo, resulta inevitable preguntarse: ¿no fue el PRI quien sentó las bases de los problemas que ahora señala?

Un pasado que no se olvida

El PRI habla de un supuesto desastre en el sector agrícola, ignorando su propio historial de abandono al campo mexicano. ¿Dónde estaba el apoyo al pequeño productor cuando este partido centralizó la economía del campo, benefició a grandes monopolios y eliminó oportunidades de desarrollo para las comunidades rurales? La precarización del sector agrícola no comenzó con Morena; es el resultado de décadas de políticas neoliberales impulsadas por el PRI, que priorizaron el lucro sobre la sustentabilidad y la justicia social.

Seguridad: el PRI y su herencia de violencia

El discurso de Alejandro Moreno también arremete contra la estrategia de seguridad de Morena, ignorando que el PRI fue el arquitecto de una estrategia militarizada que sembró las bases de la violencia que hoy azota al país. Durante sus administraciones, el PRI fortaleció las redes de corrupción entre gobiernos locales y grupos delictivos, dejando un legado de impunidad y complicidad que aún resuena. Hablar de “creciente violencia” sin asumir su responsabilidad histórica es, cuanto menos, cínico.

Economía: un país desangrado por décadas de saqueo priista

El dirigente del PRI critica las políticas económicas actuales como generadoras de incertidumbre, pero convenientemente olvida que su partido fue responsable de crisis económicas devastadoras, como la de 1994, conocida como el “error de diciembre”. Fue el PRI quien entregó las riquezas nacionales a intereses privados mediante privatizaciones descaradas, empobreciendo al pueblo y llenando los bolsillos de unos cuantos.

Política exterior: el doble discurso priista

Moreno asegura que Morena ha aislado a México en el ámbito internacional, pero ¿acaso no fue el PRI el que durante años subordinó al país a intereses extranjeros, entregando recursos estratégicos y priorizando las relaciones con potencias como Estados Unidos, incluso en detrimento de la soberanía nacional? Ahora se presentan como los defensores de la diplomacia, cuando su legado incluye décadas de decisiones alineadas a agendas extranjeras antes que al interés nacional.

Salud pública: la hipocresía de un sistema colapsado por el PRI

Criticar la gestión de Morena en materia de salud tras la pandemia de Covid-19 es ignorar que las debilidades del sistema sanitario mexicano son resultado directo de décadas de abandono por parte del PRI. Su desmantelamiento de instituciones públicas, la corrupción en el sector salud y la falta de inversión dejaron un sistema colapsado mucho antes de que llegara Morena al poder.

El discurso vacío de un partido sin credibilidad

La retórica de Alejandro Moreno es un intento desesperado por resucitar a un partido que ha perdido legitimidad ante la ciudadanía. Las acusaciones contra el gobierno actual no logran disimular el hecho de que el PRI no tiene autoridad moral para criticar, cuando sus acciones a lo largo de décadas son las que llevaron al país a la crisis estructural que enfrentamos hoy.

En lugar de buscar culpables, el PRI debería mirar su propio reflejo y aceptar su papel protagónico en la construcción de un México desigual, violento y saqueado. Su discurso de “defensa del interés social” suena vacío cuando proviene de un partido cuya historia está llena de traiciones al pueblo.

El PRI, lejos de ser una solución, sigue siendo parte del problema. El México del futuro no puede seguir cargando con las incongruencias y cinismo de un partido que solo busca mantenerse en el poder.

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