Ciudad de México.- El rechazo de las células malignas a la terapia contra el cáncer está estrechamente relacionado con la supervivencia y selección de células troncales cancerosas, explicó Martha Robles Flores, investigadora de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM. Durante su conferencia en el ciclo “La ciencia más allá del aula”, organizado en la Facultad de Química, destacó el papel clave del microambiente tumoral en la resistencia a los tratamientos.

El microambiente tumoral: más que un entorno

Los tumores no son estructuras aisladas dentro del cuerpo humano. Son masas anormales de tejido que se comunican con otras células, incluidas las del sistema inmune. Robles Flores explicó que el microambiente tumoral, compuesto por células, vasos sanguíneos y moléculas, influye en el crecimiento, propagación y resistencia del cáncer a los tratamientos convencionales.

“Las interacciones entre las células tumorales y su microambiente impactan directamente en la eficacia de las terapias. Por eso, es fundamental entender estos procesos para desarrollar tratamientos más efectivos”, afirmó la especialista.

Células troncales cancerosas y su rol en la resistencia

Uno de los principales desafíos en la lucha contra el cáncer es la existencia de células troncales cancerosas, que tienen una alta capacidad de autorrenovación y pueden generar nuevas células especializadas. Estas células pueden entrar en un estado de dormancia, un periodo de inactividad en el que no se dividen ni responden a los tratamientos.

“Las células troncales cancerosas pueden permanecer inactivas durante años, resistiendo la terapia y provocando la formación de nuevos tumores similares al primario”, advirtió Robles Flores.

Existen distintos tipos de células troncales:

  • Totipotenciales: pueden generar todos los tipos celulares del organismo.
  • Pluripotentes: forman casi todos los tipos celulares, excepto la capa más externa del embrión.
  • Multipotentes: solo crean células de su propia capa o linaje embrionario.

Las troncales cancerosas se distinguen por su capacidad de renovación ilimitada, resistencia a la terapia y habilidad para entrar en latencia, lo que las convierte en un factor clave en la recaída y progresión de la enfermedad.

Un enfoque terapéutico integral

Para mejorar los tratamientos contra el cáncer, la experta subrayó la importancia de considerar dos factores esenciales:

  1. El microambiente tumoral: las células cancerosas interactúan con su entorno y pueden influir en la respuesta al tratamiento.
  2. La resistencia a la terapia: está relacionada con la capacidad de las células troncales cancerosas para sobrevivir en estado de dormancia.

“El microambiente tumoral puede convertirse en un objetivo terapéutico clave. Es necesario profundizar en los estudios científicos sobre sus características e interacciones para diseñar nuevas estrategias contra el cáncer”, concluyó Robles Flores.

Este enfoque abre nuevas posibilidades para el desarrollo de tratamientos más eficaces y personalizados, dirigidos no solo a eliminar las células malignas, sino también a modificar su entorno para evitar la resistencia y recaída del cáncer.

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