40 años del terremoto del 19 de septiembre de 1985.
Ciudad de México.- La enseñanza más importante de los movimientos telúricos es la prevención y la protección civil, ya que lo determinante no es la magnitud, sino el potencial de daños y víctimas que pueden ocasionar, aseveró el investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM, Carlos Valdés González, a 40 años del terremoto del 19 de septiembre de 1985.
El sismo de 1985, una huella imborrable
El fenómeno con magnitud 8.1 ocurrió a las 7:19 horas, al romperse una falla de 180 kilómetros frente a las costas de Michoacán y Guerrero. Aunque el epicentro estaba a cientos de kilómetros, la capital del país sufrió un impacto devastador debido a la intensidad amplificada en suelos blandos.
Valdés recordó que, cuatro años antes, en 1981, ya se había registrado un temblor en la misma zona, lo que facilitó la ruptura del 85.
México, tierra de grandes terremotos
El especialista recordó que México ha enfrentado sismos de mayor magnitud que el de 1985, como el de 1787 en Oaxaca (8.6), el de 1932 en las costas de Jalisco y Colima (8.2), y el de 2017 en el Golfo de Tehuantepec (8.2).
Otros significativos fueron el de 1957 (7.6), conocido como el “sismo del Ángel”, cuando cayó el monumento en Paseo de la Reforma; así como el del 19 de septiembre de 2017 (7.1), con epicentro entre Puebla y Morelos.
Más de 21 mil sismos en 2025
De enero a agosto de este año, el Servicio Sismológico Nacional (SSN) ha registrado más de 21 mil temblores, mientras que en 2024 contabilizó 33 mil 418. El organismo, que este 5 de septiembre cumplió 115 años, mantiene un monitoreo constante para alertar a la población.
La “brecha de Guerrero” y el riesgo latente
Sobre la teoría de un futuro gran sismo en la brecha de Guerrero, Valdés advirtió que, aunque no sería mayor al de 1985, su cercanía a la Ciudad de México podría aumentar la intensidad percibida y la duración del movimiento, lo que pondría a prueba la resistencia de los inmuebles.
Sismos históricos en el mundo
El investigador también recordó los terremotos más fuertes a nivel global: el de Chile en 1960 (9.5), el de Alaska en 1964 (9.2) y el de Tohoku, Japón, en 2011 (9.1), que provocó el devastador tsunami en Fukushima. Más reciente, el 30 de julio de 2025, un terremoto de 8.8 en Kamchatka, Rusia, generó múltiples tsunamis.
“Lo que debemos hacer es prevenir”
Finalmente, Valdés González enfatizó que, más allá de la magnitud, lo que importa es la capacidad de los sismos de generar pérdidas humanas y materiales:
“Para nosotros, 8 es un monstruo, pero lo fundamental es estar preparados. Lo que debemos hacer es prevenir y estar alertas”, concluyó.