Por: Lalo Porras Ortiz.
*El Hartazgo Nacional.
*Pongase a trabajar para todos CSP.
*Se juntaron y nadie sabía pa’onde ir.
*corral quiere impunidad de sus robos… Duarte lo reta.
Los mexicanos protagonizaron la primera revolución social del siglo XX con un saldo de un millón de muertos.
Los caudillos utilizaron el hartazgo del campesinado y de regiones fabriles para derrocar al gobierno.
Sin embargo, los jefes políticos encarnizaron sucesivas asonadas para hacerse del poder y olvidaron las causas populares.
Solo la institucionalización del país permitió reconocer la aportación de los sectores productivos al desarrollo nacional.
Así surgió el ejido y una Ley Federal del Trabajo que palió las condiciones de los obreros.
En la centuria pasada se crearon organismos públicos que fortalecieron las prerrogativas agrarias y laborales.
Sin embargo, la corrupción de sucesivos gobiernos del partido de Estado por casi ocho décadas provocó un resentimiento social que estalló con las movilizaciones como la ferrocarrilera, de electricistas, la magisterial, de médicos y finalmente la estudiantil en el otoño de 1968.
Todos fueron reprimidos; Sin embargo, tal vez solo este último pudo provocar un cambio y obligar al gobierno a estructurar una apertura democrática que sirvió de válvula de escape al hartazgo social.
El descontento ciudadano ejerció presión hasta que se logró la alternancia en la Presidencia.
La derecha tampoco fue la solución y el voto de castigo le dio la oportunidad al PRI de regresar a Los Pinos.
La corrupción gubernamental enojó a la gente y creyeron en una propuesta mesiánica que ofrecía la reivindicación de los pobres y la erradicación de los deshonestos.
Pero… pero… los latrocinios se incrementaron y regresó el demagogo populismo setentero de Echeverría y López Portillo, lo que no resolvió los grandes problemas nacional y sí propició el florecimiento del crimen organizado en conveniencia con las autoridades de todos los niveles.
Las dádivas gubernamentales en que se convirtieron los programas asistencialistas contuvieron el descontento social, aunque no la irritación popular por la estrategia para extinguir a la clase media, hoy cooptada en buena parte por esas “ayudas” que compran conciencias y anulan el espíritu aspiracional.
La manifestación del hartazgo social no lo ha podido capitalizar la oposición y su intento por resurgir con la Xochitlmanía solo quedó en efímero fenómeno mediático que no conectó con el elector.
Con la pérdida de la gobernanza a manos de la delincuencia organizada, el incremento generalizado de la violencia, los indicios de que vivimos en un Estado casi fallido o en el mejor de los casos en un régimen autoritario, ¿cómo se manifiesta el hartazgo social?
Ante la ausencia de un gobierno que dé seguridad y paz a la población, ciertos sectores se han inclinado por la justicia de propia mano, y ello se ve con los cientos de linchamientos de delincuentes en diversas localidades del país o en colonia urbanas.
Ante eventos que dañan a las comunidades se pronuncian por la toma e incendio de los edificios públicos como palacios municipales o de gobierno, el cierre de calles hasta obtener la solución a un pliego petitorio, la toma de casetas y autopistas, la retención de autoridades, las marchas y bloqueos de avenidas, el secuestro de instalaciones e inclusive las protestas violentas de los ultras, que son quinta columnas para desacreditar las movilizaciones sociales.
La violencia política, signo distintivo de estos tiempos, ha socavado no solo la gobernabilidad, sino la paz.
Pero la indignación popular ¿sugiere un posible estallido social para reivindicar el retorno a la tranquilidad y al Estado de Derecho? No.
El gobierno evade su responsabilidad y minimiza los eventos de sangre o la irritación social.
Mientras tanto el mexicano de la calle, empresarios y denostada clase media se abstiene de protestar.
Si bien es cierto que como decía Salvador Allende, la revolución la hacen los obreros y los campesinos, la verdad es que somos un pueblo de agachones que es indiferente ante el desmoronamiento del país.
Las autoridades prefieren correr el riesgo de perder legitimidad por ineficaz que ejercer el poder.
Mantienen el control de los ninis, los viejitos y no pocos clasemedieros como padrón electoral.
Saben que para el 2027, la indignación e irritación social que hoy se vive en el país por la violencia política y las fallidas políticas públicas se olvidará en dos años.
Habrá nuevas tragedias y más distractores que encubran las primeras.
La indiferencia social es más fuerte que el hartazgo.
Luis Antonio Vidal recuerda que en 1999 Elie Wiesel, sobreviviente de los campos de concentración nazis, pronunció un discurso en la Casa Blanca sobre los peligros de la indiferencia: la cual puede ser muy tentadora, ya que resulta más fácil apartar la mirada de las víctimas.
La indiferencia es amiga del enemigo, beneficia al agresor; no responder al dolor ni aliviar la soledad de las víctimas y no ofrecerles una chispa de esperanza es exiliarlos de la memoria humana.
La indiferencia no solo es pecado, es también castigo.
Las marchas de cientos de miles de ciudadanos en las calles del país y la exigencia de revocación de mandato de gobernantes no preocupan a la 4T.
La indiferencia en México es más grande que el hartazgo social.
Claudia está perdiendo rumbo y autoridad..
Cuando un Presidente de la República se queda sin saber qué hacer y pregunta a sus audiencias que le digan cómo proceder, brinda el triste espectáculo de un personajito que ha perdido autoridad, credibilidad o visión… si es que alguna vez las tuvo.
Le sucedió a Enrique Peña ya en la agonía de su corrupto e ineficiente mandato, cuando el 5 de enero de 2017 soltó aquel ya famoso “¿qué hubieran hecho ustedes?”, luego de que la población enardecida repudiara y se manifestara con marchas, cierres de carreteras y toma de expendios de combustibles y una mínima, aunque significativa, vandalización de muebles e inmuebles a lo largo y ancho del territorio nacional en repudio al “gasolinazo” que había entrado en vigor el primer día de aquel aciago año, lo que significaba un 20% adicional al precio de los carburantes en relación
Fue una especie de justificación –no me quedaba de otra, o algo así– que el “mexiquita” pronunció en un mensaje transmitido en cadena nacional con motivo de Año Nuevo.
Cíclica que es la historia y terca y despolitizada que es la mayoría de los ciudadanos, a quienes se ciega con propaganda o se le compra el voto, volvió a elegir a quién se ha mostrado incapaz de tener rumbo y metas propias y que ocupa Palacio Nacional solo en representación del AMLO.
Por ello este último 3 de noviembre, con apenas poco más de 13 meses en Palacio Nacional, la señora Sheinbaum repitió el numerito del priísta al preguntar “¿qué proponen?” a los paniaguados –excepción hecha de los periodistas profesionales– que de lunes a viernes asisten a sus mentiras y absurdas declaración contra todo aquel o aquello que atente a su mal gobierno.
Ahora con motivo de la crisis del modelo de “seguridad” de su gobiernito, de sus oídos sordos ante los reclamos del asesinado Carlos Manzo y de la indignación y los reclamos que este hecho ha provocado en el país entero.
¿De verdad quiere propuestas, señora?
¡Póngase a trabajar para todos los ciudadanos! ¡Ya dejen de engañar usted y su “Batman” Región IV con cifras que la realidad desmiente a toda hora! ¡Actúe como científica y universitaria que dice ser y no como alborotadora en el campus!
Y, por favor, ¡sea usted misma! Deje de ser polichinela –con A– de quien estableció inconfesables compromisos con el crimen organizado y, a cambio, les dió abrazos… aunque su no creíble retórica lo niegue.
Ejerza autoridad. Tuerza el rumbo hacia la ley. Muestre que, cuando menos, tiene un poco de visión de Estado.
¡Déjese de cortinas de humo!… solo haga su trabajo…
Desde hace varios días, militares en situación de retiro dan la batalla por el pago de un retroactivo de 4% y el incremento a sus pensiones, mientras las autoridades castrenses solo los traen dando inútiles vueltas.
Su superior jerárquico, general Ricardo Trevilla, los invita a desayunar y les dice que ya pronto quedará regularizada su situación, sin siquiera fijar una fecha precisa.
La todavía titular de Gobernación –pronto se irá a hacer precampaña a San Luis Potosí– Rosa Icela Rodríguez los convoca y no los recibe. Un representante de ella les da cita para el próximo 20 de noviembre, día feriado, como si se tratara de una burla más.
Argumentan que quienes está en servicio sí recibieron esos incrementos que antes eran generalizados. Y que no es a los generales a quienes preocupa la demora o, de plano, que no vayan a recibir ese beneficio que han ganado, sino al personal de oficiales que son quienes menos perciben.
Avizoran que, de mantenerse esta situación, al final de este desastroso sexenio el acumulado será de 24% en perjuicio de sus haberes.
¡Vaya formas de tratar a quienes dedicaron su vida “a servir a la Patria”, como la enriquecida –desde el sexenio anterior– jerarquía militar pronuncia en sus discursos huecos y sin sentido!
¿No cree usted?
La Presidenta despachó la condena de los criminales en tres palabras.
Su solidaridad con la viuda y los hijos pequeños que quedaron huérfanos no le habrá tomado más de un minuto.
Pero en la condena de la derecha se regodeó obsesivamente.
A los ojos de la Presidenta no hay mal que no venga de los conservadores.
Y no es solamente el efecto de sus políticas lo que cuestiona Sheinbaum sino su podredumbre.
Ahí, en la derecha, no puede haber más que ruindad.
La muy disciplinada Presidenta, la mandataria serena, la de la cabeza fría para encarar al agresor del norte, volvió a emplear un calificativo inaceptable en el debate político democrático.
Los otros son buitres, volvió a decir la Presidenta.
Los críticos son animales que se alimentan de carroña, dijo.
Los enemigos del país se deleitan en el sufrimiento de México, pretenden beneficiarse de sus desgracias porque no son, en realidad, parte de la nación.
La autócrata niega pertenencia ciudadana a sus críticos.
A los otros no les duele el país.
Los otros son incapaces de empatía.
Cuando dicen preocuparse por la violencia, mienten.
Son farsantes que se muestran indignados con el imperio del crimen, cuando solamente son defensores de su privilegio.
Para Sheinbaum su movimiento detenta el monopolio de la emoción legítima.
En ellos y solamente en ellos la solidaridad, la empatía, el orgullo.
En los otros, indiferencia y desprecio.
Mientras a nosotros nos duele el asesinato del alcalde de Uruapan, nuestros enemigos salivan por el banquete que les ofrece la desgracia.
La Presidenta no compartió en ese momento ningún avance en la investigación del homicidio de Uruapan.
Pero se comprometió públicamente, desde Palacio Nacional, a informar quiénes organizaban una protesta contra la inseguridad en Michoacán y en el país.
Daremos a conocer las cuentas desde las que se convoca a esta expresión de descontento, dijo Sheinbaum.
Y a los medios como Reforma que mantienen independencia frente al hostigamiento del régimen, inspecciones extraordinarias.
El autoritarismo presidencial no es solamente la intolerancia que refleja su retórica.
Es captura y subordinación de todas las instituciones del Estado y su empleo para la intimidación de la crítica.
Y por último, lo chistoso de la semana, resulta que hace unos días, hubo dos eventos, en el mismo lugar, a la misma hora, en uno está el presidente municipal de Cd. Juárez, Chih. y su señora esposa, (morena) y que quiere ser el candidato de la 4TE a la gobernatura del estado, y por el otro a 50 metros, el Senador de la República, Ing. Mario Vazquez, (PAN), y por las circunstancias, la gente no sabía a donde iban.
Otro dato curioso, el ex administrador del estaso javier corral jurado, se quiso pasar de listo y tratar de quedar impune de criminal acción contra el estado de Chihuahua, al querer se traspase su responsabilidad a la federación, jajajaja vivillo el malandríllo.
Por cierto el otro exmandatario Cesar Duarte, lo reto a que de la cara a la justicia… obvio que corral le huye.
Gracias por leerme.


