Redacción
En el marco del Día Internacional de la Alfabetización, el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), órgano descentralizado de la Secretaría de Educación Pública (SEP), informó que dispone de estrategias específicas y diferenciadas para reducir la tasa de analfabetismo del 4 al 3.8 por ciento a fin de año, entre la población joven y adulta de 15 años y más.
Actualmente en México hay 3 millones 704 mil 998 personas de 15 años y más que no saben leer ni escribir, cifra que corresponde a 1.3 millones que hablan alguna lengua indígena y 2.3 millones de 60 años en adelante.
México se coloca como país libre de analfabetismo con 4 por ciento, de acuerdo con parámetros internacionales; sin embargo, se profundiza el trabajo a través de las estrategias diferenciadas referidas, para llegar a más de 3 millones de personas que todavía no acceden al aprendizaje de la lectura y escritura.
En este sentido, se actúa para impulsar la alfabetización de las personas que en México aún no saben leer y escribir, comprendidas en los servicios del instituto basados en el Modelo Educación para la Vida y el Trabajo (MEVyT).
Dicho modelo, que cuenta con reconocimiento internacional, se caracteriza por ser accesible y flexible, ya que responde a una población objetivo muy diversa, conformada por adultos mayores, comunidades indígenas, jornaleros agrícolas, trabajadoras del hogar, madres solteras y personas con alguna discapacidad que representan los sectores más vulnerables a los cuales el INEA busca acercar sus servicios a través de la implementación de diversas estrategias focalizadas.
En el caso de la población indígena, dispone de materiales educativos para la alfabetización en lengua materna y la enseñanza del español como segunda lengua. El INEA cuenta con materiales para las personas que hablan alguna de las 118 variantes lingüísticas, concentradas en 64 grupos étnicos.
Esta línea de trabajo del INEA, está en concordancia con los planteamientos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), que ha hecho énfasis este año en la alfabetización y el multilingüismo, pues considera que hay que tener en cuenta que la diversidad lingüística en el impulso de la educación y la alfabetización es esencial para enfrentar esos desafíos y lograr los objetivos de desarrollo sostenible.
El organismo internacional ha determinado que bajar a menos del 4 por ciento la tasa de analfabetismo resulta muy complejo y costoso. En esta lógica, los servicios que brinda el INEA comprenden estrategias diferenciadas para atender las necesidades específicas de cada grupo social; en ese mismo sentido, sin desatender las necesidades en todo el país, se da prioridad a la alfabetización en la región denominada Sur-Sureste, que comprende los estados de Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán.
Los servicios del Instituto responden a lo establecido en el Acuerdo Educativo Nacional impulsado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, y a la Nueva Escuela Mexicana puesta en marcha por el Secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán, en donde se busca brindar educación pública gratuita, de calidad y enfocada a la vida y el desarrollo nacional.
En tanto que la educación es un derecho, se busca generar las condiciones para que ciertos sectores de la población puedan dar continuidad a sus procesos educativos, iniciando con la etapa de alfabetización, bajo una perspectiva inclusiva, que haga posible su inserción plena al desarrollo económico del país.
Para el presente año en que el INEA cumple 38 años de vida, se busca reducir la tasa de analfabetismo del 4 al 3.8 por ciento, para lo cual cuenta con la fuerza de su personal y de sus figuras educativas solidarias, quienes tienen auténtica vocación de servicio, compromiso con la institución y son pieza fundamental en su trabajo.
La UNESCO estableció desde 1966, el 8 de septiembre como fecha emblemática para celebrar el Día Internacional de la Alfabetización, para recordar la importancia de saber leer y escribir como una cuestión de dignidad y de disfrute de derechos humanos.