* Hoy muchas muchas son para robar

Socorro Valdes

La ideología, la lucha social, los conceptos, también se transforman y se pervierten, se utilizan para beneficio personal. Los mismos sueños, los ideales, incluso las utopías se desvirtúan, se prostituyen. Se transforma la forma de lucha, y el vandalismo no sólo es de aquellos que aprovechan una manifestación sin objetivo, sin protesta real.

Hoy muchas luchas son para destrozar o ¡Robar!.. Y aquellos que se dicen no corruptos, no bandidos, ¿no lo son, no aprovechan ni tienen beneficios de los ideales, de la ideología que pregonan? Los conceptos que manejan, la ideología que cacarean, los liderazgos que ostentan, ¿son reales, de beneficio colectivo o personal? Entonces, porqué la población, sobre todo los jóvenes desvirtúan y hasta menosprecian lo ideológico, lo político.

Y ambas las transforman, las convierten, una en barbajanería y otra, en politiquería, porque La ideología es una ¡disciplina!Por eso hoy anarquista es sinónimo de bandido, de ladrón, de destructor.

¡De miedo! Su paso lleva a cerrar comercios y abandonar la zona para evitar ser víctima. Cuántos ven con disciplina ser anarquista, cuántos ciudadanos conocen qué significa.

La ignorancia, el abuso de ese concepto, pero sobre todo desvirtuar, empuja a creer que anarquista es desorden o comisión de delitos. Hoy nadie dice soy de izquierda y menos, ¡Soy anarquista! Porque no existen y decirlo sobre todo a policías que gozan de plena ignorancia, es detenciones.

Ellos, esos que sólo ostentan una ideología, igual que aquellos que salen a una ficticia lucha, no conocen qué es ser anarquista. Pocos saben sus orígenes y qué  promueve esa filosofía, porque sí, es una ¡filosofía! Pensadores aseguran que la figura de Jesús de Nazaret tiene valores ideológicos con esa filosofía, igual que León Tolstoi y Oscar Wilde.

El anarquismo es un principio para la lucha social, para el beneficio colectivo, pero la ignorancia la transformó sin objetivo. Por eso muchos sólo lo usan como calificativo y hasta en aras de esa ideología causan tropelías y..¡Delinquen! Con administración priístas, luego gobiernos perredistas locales ( Marcelo Ebrard y Miguel Mancera) y federal, en voz del entonces Manuel Mondragón y Kalb, y ahora con el actual tanto nacional, como el de la CDMX, incluso entre algunos medios de comunicación, posicionaron la idea que anarquismo es negativo o igual a caos, a destrucción, a violencia y a desmanes. Y sí lo es en esos que usan sólo el disfraz de anarquista, no su ideología, no sus principios, no su filosofía.

Nadie explica a esos jóvenes ni explicaran qué es anarquismo ni quienes son precursores de esa filosofía. No hay líderes ni dirigentes natos. Simplemente posicionan la idea de anarquismo, igual a negativo. Aprovechan cualquier fecha, cualquier demanda para vandalizar, nunca para luchar socialmente en busca de cambio. No analizan ni reflexionan ni investigan cómo usar esa filosofía para el bien común.

¿Y porqué? Porque hoy es para delinquir y no para mantener ideales ni para aprovechar ideología que beneficie públicamente. Se ha dado una manera muy astuta de difusión para desvirtuar y calificar como rijosos a todos aquel con ideología. Y no es así, porque sin negar la violencia y tropelías, mantener la idea que anarquista es ser vándalo, es como decir, que priista, perredista, panista, morenista, católico, o evangelista, es similar corrupto, ladrón, obtuso, ignorante, mediocre o pederasta.

Es caer en un mediocre pensamiento y peor aún, reconocer a todos que profesan esas ideologías como delincuentes. Por eso, debemos recordar que anarquismo es, palabras más, palabras menos, una filosofía que defiende la libertad del individuo, la abolición de la propiedad privada, del Estado como gobierno y de toda autoridad que se crea superior al ciudadano.

El primer pensador anarquista fue William Goldwin (1756-1836) y en terreno azteca, dos precursores, los hermanos Flores Magón, piezas fundamentales en la historia de cambios en nuestro país. El anarquismo, promueve también como un principio fundamental, el humanismo. Incluso, Emiliano Zapata, tenía características anarquistas.

En la Ciudad de México, hay agrupaciones anarquistas que promovieron, bibliotecas y casas de cultura, como “Reconstruir” y “Foro Cultural Alicia”; también impulsan cocinas populares y buscan entre casas editoriales que los libros tengan un precio accesible a la población, como el de “Editores Mexicanos Unidos”.

Y a todo esto, ¿dónde están los buenos oradores, esa mujeres como Roberta Avendaño, “La Tita”, Murthokleia González, y por supuesto mi amigo Luis Tomás Cabeza de Vaca, que con solo abrir la boca movían e impulsaban a la lucha social; dónde aquellos que no robaban, boteaban para tener recursos, dónde esos que a su nombre y su lucha, los usan para delinquir y generar destrozos, dónde los que hacían pintas y consignas ideológicas, no de viles barbajanes? Sí, murieron, unos, y otros en el olvido, porque hoy, sólo vemos remedos de dirigentes con disfraz ideológico.

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