Por Socorro Valdez

Primero duda, después desprestigio, ahora, ¡muerte anticipada!, y mucha promoción de mentiras. De ¡Falsedad! Desconcierto en cada rincón del país, en cada estado y ¡Peligro! ¡Dudas! Y un, ¿quién se beneficia con la promoción y difusión del miedo? De la ¡Mentira! Con la psicosis. Es un no ver lo que se vive, lo que se padece. No hay liderazgo, no hay guía. Es, ¡no salgan! Y suspendan actividades, y anticipan vacaciones, pero y ¿lo demás? Esa vida diaria. De lo real, de lo privado o en público, de los demás empleos, de otros temas, de otros casos. De quienes van de alcaldía en alcaldía. De esas encuestadoras del INEGI, que no paralizan y se exponen. Como aquellos de la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social de la CDMX, como todos que siguen y seguimos. No es de chairos ni de fifís; de izquierdas o de prianistas. Es de ti, de mi, de ellos, de todos. Es ¡Convulsión social! Y, de ¿quién se beneficia con un ambiente enrarecido? Es de quien tiene miedo de salir, de madres atemorizadas por creer en posibles contagios. De hombres que ya ni voltean a ver mujeres por temor a ser acusados de abuso; de niños encerrados en cuatro paredes. De ancianos y discapacitados lastimados, golpeados por cometer errores en el Metro; de familias enclaustradas. De mujeres con odio y rencor. De cibernautas enfermos que promueven mentiras; de mujeres que acusan y falsean violencia y abuso. De incredulidad hacia el gobierno, a los medios de comunicación. De empleados, sí de empleados que verifican discurso ¡Hipócrita! De sicosis, de difusión de mentiras. Es de paralizar actividades. De ¡No salgan! Y de nuevo ellos, como otros en riesgo. Como los de INEGI u otros sin protección en alcaldías como Cuauhtémoc, con 60 por ciento de extranjeros, incluso Chinos. Como esas mujeres que ni con “Un día sin ellas”, dejaron de trabajar ni encuestar. Parece que nadie ve ¡Nada! Y se padece ¡Todo! Autoridades ciegas y omisas. Funcionarios en silencio. Ciudadanos sin rumbo, sin guía. Sin liderazgo. Población desolada. Y ellas, otra vez ellos. Otra vez tú, yo, nosotros al acecho del desconcierto, de las incógnitas, de la falsedad, de las mentiras. Del miedo, de las dudas al contagio de Coronavirus ¿y quién nos ve? ¿Quién nos ofrece certidumbre, quién seguridad? Ni a ellos que en el INEGI, Paola Tlaxca (coordinadora) grita ¡Webonas! Las ningunea y lanza a la calle de nueve a 10 y hasta 11 de la noche, “porque hay que cumplir metas”y los asaltan. Ni a los de chaleco guinda, que los tira el cansancio. Y a esos cibernautas que impunes azuzan a la violencia. Falsean y prefabrican victimarios sólo como venganza, por sobresalir, pero daña, denigra imagen y lastima, incluso a jóvenes y a familias. Hoy, se camina en lo incierto, en esa penumbra de muchas mentiras anónimas. Hoy dependencias se pronuncian: ¡A favor de proteger, de apoyar! Y después en INEGI, generan abusos, explotan y permiten ¡Arbitrariedad! (“quieren descansar un fin de semana, ¡a trabajar dos horas más! Y nadie sale antes de las 22 horas”) Y mientras, otra vez psicosis, miedo y, ¡contagio viral! Ese que se expande con mentir, con dejar hacer, dejar pasar. Aquel que va de la mano con la incertidumbre y muchas preguntas de.. ¿Qué pasa?

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