Primero Editores / Ingrid Ahumada
Metepec, México.- La corrupción afectó más que el COVID-19 a los migrantes que se encuentran en el albergue Hermanos en el Camino en Metepec y los dejó incluso sin baños, pues luego de que una organización les prometiera construir instalaciones dignas, ecológicas y amplias para recibir a más personas en esta situación, dejaron el proyecto en los cimientos tras asegurar que el dinero con que contaban para dicho fin se había agotado.
Armando Vilchis, fundador de dicho albergue, denunció en entrevista que quienes se encargaban de la construcción en el lugar “tumbaron” los sanitarios como parte del proyecto, no obstante, llegó la pandemia y la fundación, cuyo nombre no quiso revelar tras señalar que de ellos no quiere saber nada, le indicó que el dinero para el proyecto, un millón 200 mil pesos, ya se había agotado, ello después de que les solicitará agilizar la construcción de los baños para que los migrantes tuvieran mejores condiciones en el lugar.
“Supuestamente hicieron un refuerzo de la cimentación de la construcción, el cual considero no se necesitaba, pienso que fueron como los que hacen las carreteras piden el presupuesto y se roban una parte”, señaló.
Su sorpresa fue que, de dicho monto destinado para la construcción, sobraban 450 mil pesos que, dijo, hubieran alcanzado para la construcción de los baños o el techo del lugar, no obstante, la organización gastó ese monto en la “adquisición de cubrebocas para el gobierno”, aunque no especificaron si fueron destinados al gobierno estatal o federal.
Pero la falta de sanitarios no es el único problema que enfrentan, pues entre los movimientos realizados para la construcción, afectaron la estructura del albergue y durante las fuertes lluvias de los últimos días el agua se filtra por paredes y láminas del techo que antes los resguardaba.
“Recientemente con uno de los aguaceros a uno de los muchachos se les mojaron sus cobijas y eso afecta, de por sí las condiciones de aquí están muy mal, no lo niego, estamos fregados, pero con esto nos afectaron más”.
Aunque el lugar luce pequeño para el número de personas que ahí habitan, las reglas son indispensables para asegurar la estadía y mejores condiciones para todos ya que pueden permanecer por un tiempo indeterminado, las camas son contadas, aunque adaptan colchones y colchonetas por las noches y aunque también cocinan en un estufa pequeña, los trastes y el lugar siempre permanecen limpios, los sanitarios adaptados apenas cuentan con cuatro cubetas que utilizan para lo necesario, pues ni un retrete les dejaron y ante las condiciones económicas prefieren realizar gastos en comida.
“Hasta el sábado teníamos 9 niños y 56 migrantes, imagínate cómo es posible que ese número de personas hagan uso de un baño en pésimas condiciones, eso no está bien, nos afectaron muchísimo”, indicó.
Ante la situación, don Armando ya no espera la ayuda de autoridades, mucho menos de las municipales que -recordó- en campaña le hicieron muchas promesas que a la fecha no han cumplido y de apoyos apenas recibieron una caja de huevo. Además, lamentó que está situación los afectara más que la pandemia, pues destacó que al albergue no dejaron de llegar personas que permanecían incluso más de un mes y al momento no han registrado ningún caso de COVID-19 y la comida nunca faltó.