Por Zuleyka Franco
Muchas veces nos hemos preguntado qué es lo que mueve a un psicópata a llevar actos criminales, asesinatos, violaciones, fraudes, etc.. La mayor motivación de un psicópata es el “Poder”. El Poder es vital para entender a un psicópata, la falta de empatía, la cosificación (el acto de tratar a una persona como un objeto o una cosa), la persuasión y la egolatría.
A diferencia de la Personalidad de una persona normal que está complementada entre el Temperamento y el Carácter, la Personalidad del Psicópata no tiene nada que ver con el ambiente en el que se desenvuelve, tal vez también influya en algún momento en alguna circunstancia, sin embargo, el Psicópata no sabe que es Psicópata, aunque sí hay características de comportamiento, sobre todo en los psicópatas adaptados/cotidiano. Ésos que conviven con nosotros todos los días, en el trabajo, en la escuela, incluso en nuestra casa.
El Psicópata adaptado/cotidiano regularmente son bifrontes (dos caras), son encantadores fuera de casa, pero dentro son insoportables… a éstos sujetos también se les suele llamar “El Sol Negro” principalmente cuando está dentro de una familia (hacen que todos giren a su alrededor). Tienen un egoísmo extremo derivado de un egocentrismo natural en ellos, regularmente a todos los demás los ven con una inferioridad característica en ellos, sintiéndose siempre superior a los demás en todos los aspectos. Son impermeables a los argumentos, ellos siempre tienen la razón y no aceptan lo contrario y si algo sale mal, para ellos siempre será culpa de los demás.
Los Psicópatas son “Artistas de la Mentira”. Una de las primeras cosas que aprende un psicópata en su vida es a mentir. Muchas mujeres a las que sus parejas las tratan de la peor manera posible, con las cuales no hay ningún tipo de empatía, ni de cariño, suelen decir por ejemplo: “… Y cuando le dije que me iba y ya tenía mi maleta hecha, con la puerta abierta para abandonarlo, él empezó a llorar, lloró como un niño, se arrodilló y me tomó por las piernas llorando y pidiéndome que no me fuera”. Lo que no saben éstas mujeres que llegan a ser personas “utilitarias” y de “complemento” a éstas mujeres y hombres se les llama “Complementarias/Complementarios” (pudiéramos pensar que ésta palabra es buena, pero no en estos casos), es que el Psicópata no siente nada; está actuando una emoción la cual le es ajena por no tener empatía sobre emociones y sentimientos como la mayoría de nosotros.
Las personas para ellos son “cosas” para fines determinados, los Psicópatas no sienten culpa, ni se sienten responsables de lo que hacen sobre las demás personas. Los Psicópatas no tienen depresiones porque no sienten emociones. La mayoría de los Psicópatas son “perversos”, su egocentrismo, su falta de empatía y la manipulación que ejercen en la víctima tiene que ver con ese “poder” que necesitan tener sobre alguien. Los Psicópatas necesitan ver el miedo en el otro, demostrar y sentir ese poder sobre la otra persona.
Son seductores y tienen una capacidad impresionante de persuadir. Esta persuasión hace que cuando una persona “complementaria” no sea una víctima. Una víctima es una persona que huye y que busca de alguna manera salir de una situación (de la que sea) no favorable para ella/él; la “Complementaria” al contrario, hará todo lo posible para quedarse y continuar con el Psicópata que tenga al lado.
La persona “Complementaria” es una persona que puede “convivir” con un Psicópata (no necesariamente tiene que ser una pareja o vivir con él). Una mujer o un hombre normal no puede convivir con un psicópata después de un tiempo, suele captar que no tiene una manera de comportarse normal dentro de casa y va generando tensión o dificultades que no suelen ser llevaderas. La persona “Complementaria” no. A ella/él le encanta lo raro, lo extraño, lo distinto, también pudiera darse el caso que esa complementaria haya tenido un padre o madre psicópata, quien le aumentó la tolerancia a la psicopatía, entonces pueden tolerar situaciones que una mujer/hombre común no tolerarían.
La Psicopatía no es una enfermedad, no es una persona que tenga algo alterado, es una forma de ser que no cambia, no hay posibilidad de modificar la conducta de un Psicópata, cosa que muchas de las personas complementarias llegan a pensar. “Yo voy a hacer que cambie…”
El fin del Psicópata es cubrir sus necesidades especiales y su motivación más grande es El Poder. El poder de mandar a alguien, el poder de tener mucho dinero, el poder de saber más que todos, el poder más grande que tiene una persona sobre otra, el poder de quitar la vida.
El Psicópata se desenmascara solo, siempre necesita una cantidad de adrenalina que cuando la consigue, tiene un poder contrario, la adrenalina lo calma y lo satisface. Cuando el Psicópata está aburrido experimentan un aburrimiento muy especial, es una sensación de vacío que necesita llenar con esa dosis de adrenalina. Siempre están buscando esa descarga de adrenalina, por eso buscan situaciones de alto riesgo. Si lleva una vida “normal” (psicópata adaptado/cotidiano), suele tener gusto por deportes extremos, los rápidos, las motos, drogas, incluso, puede provocar una discusión con la “complementaria” para alterarse y cuando consigue sentir esa dosis de adrenalina en su cuerpo, se calma.
Los Psicópatas tienen su propia ley, sortea las normas… Sabemos que el psicópata no tiene empatía, ni sentimientos, ni emociones, solamente cuando transgreden sus propios códigos reaccionan como si fuera un sentimiento de frustración. Al tener esta “frustración” suele auto-castigarse y la mayoría de las veces ese castigo es desmesurado, igual que la acción en las víctimas que provoca esa frustración convirtiéndose muchas veces en un Psicópata Perverso.
Ojo: Si una/un “Complementaria/Complementario” no tiene en mente las características del Psicópata, nunca las verá ni identificará si está con uno/una.
Es importante que cuando tengamos una relación, procuremos hacerlo con una persona que te de seguridad, confianza, comunicación, no que te de miedo, terror, tristeza, lagrimas y dependencia emocional. Asegurémonos que nuestras relaciones sean sanas a lo más posible, huyamos de relaciones tóxicas que lo único que hacen es destruir nuestro autoestima, nuestro valor como persona, nuestra individualidad y nuestro derecho a una de las cosas más importantes, ser feliz.