Por Cristina Colmenares

La pandemia y el confinamiento han durado más de lo que muchos llegaron a imaginar, incluso de lo que las autoridades correspondientes estimaron en un inicio.

Las personas ya no pueden, se están sumiendo en un sinfín de pensamientos y emociones que los ahogan, a algunos, hasta más no poder.  

La psicóloga terapeuta familiar y de pareja de la Universidad del Valle de México, Campus Santa Fe, Doris Soberanis Barrientos, señaló en entrevista para Efe que la crisis sanitaria que se vive actualmente sigue despertando incertidumbre y el aislamiento podría profundizar los sentimientos de soledad.

Asimismo, alertó que hay una gran probabilidad de que incremente el enojo, el hartazgo, el miedo, la incertidumbre entrelazándose con los sentimientos de nostalgia que aparecen en las fechas decembrinas.

Recordemos que uno de los pensamientos constantes durante esta pandemia es “sí las personas cercanas están sanas o enfermas”, lo que ocasiona un miedo constante a no contagiarnos, a perder algún familiar” además de causar temor a perder la vitalidad y a morir”, afirmó Barrientos.

Finalmente, la especialista agregó que “Constantemente, los seres humanos tenemos la esperanza de que la pandemia ‘desaparezca’ o que surja la vacuna antes de diciembre porque tememos pasar ese último mes del año en soledad, o sin visitar a los familiares y amigos que no vemos desde hace tiempo”.

Muchos ponen sus esperanzas en que haya una vacuna antes de que termine el año, otros prefieren acabar el confinamiento y volver a sus actividades como “si nada pasara”.

Es realmente alarmante la situación, pero no hay que dejarse vencer. Puede que el futuro genere incertidumbre porque no sabemos qué pasará, sin embargo, también da esperanza y motivos para continuar. 

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