María Elena Maldonado

El pasado 13 de julio, Claudia Sheinbaum durante la conferencia de prensa en la que presento el programa conmemorativo dijo: “Queremos cuestionar la palabra ‘conquista’ porque, en realidad, hay 500 años de resistencia y no necesariamente 500 años de conquista; queremos ponerla a debate porque el racismo y el clasismo que se siguen viviendo en nuestra sociedad son parte de esta herencia colonial”. 

Las acciones de reivindicación incluyen renombrar no solo episodios históricos, sino espacios públicos, por ejemplo la calle Puente de Alvarado, hoy México-Tenochtitlan, así como plazas y símbolos, entre ellos el otrora Árbol de la Noche Triste, hoy de la Noche Victoriosa. Es una postura que algunos historiadores consideran demagógica e ideológica y otros juzgan pertinente, necesaria.

Es un hecho que no es la primera discusión, entre políticos, historiadores, antropólogos, sociólogos, otros estudiosos y advenedizos ociosos buscando protagonismo. Ahora el tema es ¿Cómo nombrar al acontecimiento de aquel 13 de agosto de 1521? Aquella victoria de los indios conquistadores, tlaxcaltecas, tetzcocanos, totonacos, entre otros, y para los españoles que representaban apenas menos del uno por ciento de las fuerzas combatientes.

 No les gusta conquista pues ese día no fue un parteaguas en el que se haya establecido el dominio de los españoles. El actual “gobierno” reivindica que la resistencia de los pueblos originarios ha permanecido sobre la invasión. También se plantearon los términos: rebelión, guerra, invasión. Podrían nombrarlo “Pa’ resistir nacimos” pues cuando ya no fueron los españoles, nuestra realidad, desde la independencia ha sido una lucha continua con “gobiernos” autoritarios, nefastos, corruptos, demagógicos, ineptos y cuanto hay. Hagan un recuento de los agravios a los pueblos y la sociedad, la paz no ha sido una forma de vida en el país, guerrillas, luchas intestinas, violencia localizada o general llena los renglones de nuestra historia.  

Con tantos problemas que tiene mi país, está me parece una discusión bizantina, deberían centrar sus energías en mejorar la calidad de la educación y nombrar a esa conmemoración simplemente “A 500 años de la Caída de Tenochtitlan” exactamente lo que fue y sucedió aquel 13 de agosto y que significó un hecho importante en la memoria del México que se conformaba y en el que una civilización se destruyó, fue el principio de la destrucción brutal del mundo prehispánico, así lo define Marialba Pastor, académica de la UNAM, que invita a revisar los documentos coloniales ya que es preciso probar y comprobar; porque la historia es una ciencia.   

Está sólo es otra ocurrencia engendrada en la cuarta, que debido a la necedad de autonombrarse “transformadores” y el estado alterado en el que viven, fuera de la realidad, desde su mediocre “ingenio” quieren volver a empezar la historia de México para establecer la diferencia: antes de la 4T y después de la 4T. Por eso su mesías repite y repite “ahora no sucede”, “no somos iguales”,  “ya todo cambio”.

No siendo necesario que lo haga notar, ya que estamos más que conscientes de ello y vivimos con temor y preocupación por la destrucción que nos acosa con este régimen; en el que hay más de todo lo negativo: más violencia, más desabasto, una deficiente educación, mayor corrupción, un inmenso despilfarro de recursos en tonterías, entre barbaridades mayores; la construcción de una monumental pirámide en el zócalo que a opinión de Eduardo Matos Moctezuma –deslindado del hecho- dice: “Son como espectáculos que, a mi juicio, no vienen al caso, y es un gasto inútil, cuando debería invertirse en otras cosas”.

Entrevista aparte, dice, “Por lo general se habla, cuando se refiere a la conquista, sobre todo de Tenochtitlan, sin embargo Tlatelolco fue el lugar de la última resistencia de esa primera fase, que fue la toma de las dos ciudades mexicas. Ya después vendrían otras conquistas para otras regiones de Mesoamérica y el norte de México”, explica el autor de Muerte a filo de obsidiana.

Y si usted quiere enterarse con los que saben: vea las cinco conferencias, una cada día entre el 9 y 15 de agosto, en el Colegio Nacional a las 18:00 horas. Se presentan los aportes de la arqueología al conocimiento de los mexicas, y cómo éstos complementan la información provista por las fuentes históricas, detalla Matos Moctezuma, investigador emérito del INAH, galardonado con el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2007. (Pueden verse diferidas en grabación)

Sobre la maqueta del Huey Teocalli o Templo Mayor en español, las autoridades capitalinas dicen que permitirá al público conocer sus etapas constructivas y su antigua estampa, se presentaran programas artísticos con diversas expresiones culturales de la Ciudad dijo Vanessa Bohórquez, Secretaria de Cultura de la CDMX, sin precisar los programas y las expresiones.

En las actividades de mayor concentración se admitirán poco más de 800 personas, con uso de cubrebocas y sana distancia, entre otras medidas sanitarias, agrego. La maqueta permanecerá del 13 al 29 de agosto y dispondrá de una proyección nocturna de videos sobre la superficie del Palacio Nacional, incluida una narración histórica sobre Tenochtitlan, posteriormente será trasladará a parques públicos.

Para el historiador Rodrigo Martínez Baracs, académico de la escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) la palabra “Conquista” tuvo su primera mención el 20 de junio de 1519 y agrega que cambiar los nombres de calles, avenidas o plazas constituye un atentado contra los lugares de la memoria, generaciones y generaciones de mexicanos, identificamos el Árbol de la Noche Triste y Puente de Alvarado. ¿Usted qué opina?

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