Por Socorro Valdez Guerrero

¡Qué cosas!
El humano usa a los animales para ofender y debieran ser su ¡Ejemplo!
Ve con sesgo negativo sus características ¡Sin observar! que lo superan hasta en nobleza.

Los animales dejan de lado lo perjudicial para ¡Sana convivencia!
El trato y la interacción entre ellos, es ¡Fundamental! para convivir, aún con sus divergencias.
El hombre es tan soberbio que hasta en los animales aplica su torcido criterio.
Resalta sus ¡Defectos! Y ¡Descalifica! Su potencial, ve sólo ¡Animales!

Igual pasa con el ser humano, se enfatiza más lo negativo.
Sólo que en humanos, es a ¡Conveniencia!
Un video de un perro que convive con un gato,
me llevó a la reflexión.
Podríamos ¡Aprender! De los animales.

Entienden la ¡Sana convivencia! Y el
respeto, a pesar de su temperamento y características diferentes.
Contrario al humano, que constantemente deteriora y violenta el ¡Respeto mutuo!Los animales saben y entienden mejor, de acuerdo al interactuar de uno, es la respuesta del otro.

Un ¡Perro! Es capaz de modificar su temperamento con el gato y viceversa.
El perro agresivo y el gato egoísta pueden convivir cuando hay respeto y reciprocidad.
Cuando hay ¡Imposición! E individualismo, simplemente no hay ¡Sana convivencia!

Pareciera loco, no lo es, los valores perdido en los humanos, ¡rompe la sana relación!
La convivencia social, incluso familiar, está peor que la de un ¡Animal!
Se sobrepone la característica destructiva, que en el perro sería la agresión y en el gato, el egoísmo e individualismo.

No hay ¡Raciocinio!
Eso marca la diferencia entre humanos y animales.
El video es evidencia clara que perros y gatos, entienden qué es convivencia sana.
El que se dice ser pensante, al contrario, busca el lado perjudicial y lo compara al animal.

Así lo padece el burro, al que sobreponen su imperfección, cuando contrario a lo que se piensa, es inteligente y trabajador.
Así que cuando te comparen con él, ¡asume lo positivo!
Eso hace la diferencia de criterios.
La sociedad o el individuo critican hasta el temperamento animal, sin reparar en el porqué de éste.
¡No se razona!

Sin embargo, también en los animales, como en los humanos, hay lógica elemental:
¡A toda acción, una reacción!
El abuso, la imposición, la decisión unilateral de aprovecharse, disparan malas formas y modos.
El egoísmo, es un acto ¡Lesivo! El sesgo al aplicar el criterio, también.

Actitudes que provocan indudablemente una reacción.
Cuestión de sentido común, madures y sobre todo ¡Humildad! Para entenderlo.
Para no sentirse ni víctima ni decepcionado.
Es quitarse el disfraz público de oveja que expone las entrañas de lobo.

¡Soberbia, soberbia humana!
¡Reflexionemos!
Cuando se compare animales con humanos, asumamos que la nobleza se provoca igual que la agresión.
Es decir, los actos individualistas y soberbios, son igual que en los animales, sacan a la ¡Bestia!
Dirían por ahí ¡Naturaleza!

Por eso, habría que preguntarse ante ciertas actitudes cotidianas, ¿quienes son más ¡Animales!?
Todo es cuestión de entendimiento mutuo, de respeto a las diferencias y de mucha, mucha ¡Empatía!
El egoísmo, es un mal, y tras ese, no se espere ni gratitud ni ¡Lealtad!
Y de los sentimientos, mejor ni hablamos.

¡Sólo el animal da lo que recibe!
Ver para creer y crecer.
¡En fin!
Por algo adoro a los perros, nobles como agresivos, dependen del trato que le dan y no simulan que son ovejas.
Viva el ¡Reino animal!

Comentarios

Comentarios