La indignación internacional no se hizo esperar, pues la jugadora Mahjabin Hakimi fue asesinada por el grupo que “ya iba a dejar a las mujeres actuar en libertad”.  

Por Angélica Rangel  

La religión extremista sigue colocando a la mujer, en el mejor de los casos, como “objeto” o “algo inservible”, pues de nueva cuenta se hace presente la represión hacia las mujeres, en este caso en Afganistán, donde los talibanes decapitaron a la capitana de la Selección de Voleibol en la ciudad de Kabul, reportó el diario Persian Independent.  

Bajo el seudónimo de Suraya Afzali, esta entrenadora del seleccionado afgano relató la historia y confirmó que Mahjabin Hakimi fue asesinada producto del derrocamiento del anterior gobierno de Afganistán y la reconquista del poder por parte de los talibanes, quienes prohíben a las mujeres practicar deportes, entre muchas otras restricciones.  

La entrevistada dijo que la decapitación de la deportista afgana ocurrió semanas atrás, pero el tema permaneció oculto porque la familia había sido amenazada para no hablar con nadie al respecto, ya que -de acuerdo al relato de Azfali- todas las voleibolistas afganas están “gravemente amenazadas” por el grupo extremista que ha tomado el control del país desde un tiempo atrás.  

El sitio del Persian Independent se menciona que: “Solo dos de las jugadoras del equipo pudieron salir de Afganistán” por acción personal y el resto de los miembros del equipo dentro del país están en peligro y en pánico, obligadas a vivir ocultas y con riesgo de correr el mismo destino de Mahjabin.  

Con los talibanes teniendo el control de Afganistán, todas las actividades de las mujeres en las esferas deportiva, política y social han ido para abajo, y todavía existen preocupaciones sobre las continuas restricciones a la vida, el trabajo y la seguridad de las mujeres activas en el ámbito social.  

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