Por Socorro Valdez Guerrero
Desigualdad de reos, aún mujeres, sin privilegio como al fallido ¡Delator!
Fracasado cínico con dólares -cinco mil millones-, para “limpiar” corrupción y cancelar proceso.
Justicia sesgada en favor del de paladar fino.
Inequidad al reo ordinario y a la mujer que no es ¡Soplona!
Grito filial de no ¡Venganza! Para ella y ¡Justicia! Equitativa para ¡Todos!
Olvidó de él, con quien ella compartió colores partidistas -PRD- luchas y hasta su respaldo para sucederla en el gobierno de la ciudad.
Una mujer ¡Roble! (s) que no claudica ni revela lo que sirvió al enemigo de él (Enrique Peña Nieto).
Presa, igual que ellos, los reos comunes sin ¡Privilegios!
Para el mentiroso ¡Delator!hasta respaldo presidencial.
Los muchos reos ¡Nada!
Un ¡Fingido!: “No tengo nada contra -Rosario Robles”.
Aunque jaula de oro para el de atuendo fino, aún con el distintivo beis carcelario.
Para ordinarias y ordinarios, simplemente ¡Jaula! Y ¡Rancho!
Al de pato a la Pekín ¡Menú especial! Y alimento de los dioses, ¡ambrosía!
A los demás ¡Asco! De menú ni sofisticación ni chef.
Sólo habilidad de manos del ¡Ranchero!, obligado a hacer de lo poco ¡Mucho!
Menú, ordinario que revuelve el estómago al del gusto culinario y frivolidad de ambiente.
Insípidos frijoles que nadan en agua.
Mortadela de mal aspecto, soya por carne y desabrida agua, sin vino ni velas.
Dicen -no lo sé- hasta condimento para no extrañar la compañía ¡Femenina!
Los videos adjuntos al texto muestran la vida ordinaria de los sin ¡Privilegios!
Reos de tercera y de primera, no sólo probados ¡Delincuentes!
¡Inequidad carcelaria!
Canonjía para el que roba mucho, y sólo ley, para el ordinario, que no ¡Compra! Justicia.
Disparidad de paladares y tratos.
Reglas, ley de internos y hasta ¡Apando! Al otro ¡Gracia!
¡Todos! mantenidos de costo al ¡Erario!
Los en maltrecha mesa de reclusorio, y el de menú especial.
Beneficio al personaje de madre que desconoce “dejar para el refresco” Albergue compartido, de celdas hacinadas a unos, con recluso del Norte, de lectura privada y ¡Preferencia! Carcelera.
Código al presidiario común y consecuencia por ¡Soplón!
Distinción a él, quien aún en la cárcel, nos sigue costando Emilio Lozoya Austin al ¡Erario!