* Encuentro Nacional de Estudiantes de Arquitectura en la UAEM
Toluca, Méx. – La Universidad Autónoma del Estado de México es sede del XXXI Encuentro Nacional de Estudiantes de Arquitectura, en el que participan 72 estudiantes destacados de 35 instituciones de educación superior de todo el país.
El secretario de Docencia de la Autónoma mexiquense, Marco Antonio Luna Pichardo, detalló que por tercera ocasión, esta casa de estudios es sede de este ejercicio académico, que en esta ocasión tiene como eje la reestructuración urbana y arquitectónica por envejecimiento de inmueble.
En el Aula Magna “Lic. Adolfo López Mateos” del Edificio de Rectoría, el universitario subrayó que este tema es de alta pertinencia, ya que está inscrito en los objetivos de la Agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas, que buscan crear ciudades y comunidades sostenibles.
Ante la directora de Facultad de Arquitectura y Diseño de la UAEM, Martha Patricia Zarza Delgado, indicó que este encuentro permitirá generar proyectos encaminados a solucionar problemáticas específicas del Valle de Toluca. “Los alumnos presentarán propuestas urbanísticas y arquitectónicas para el mejoramiento del entorno urbano”.
En su oportunidad, el director de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México y presidente de la Asociación de Instituciones de la Enseñanza de la Arquitectura, Marcos Mazari Hiriart, destacó que una de las metas de este encuentro es generar un vínculo con las administraciones públicas municipales, estatales y federales.
Además, dijo, los alumnos podrán compartir experiencias de las ciudades de las que provienen, de la formación que les otorgan sus universidades, así como de las diferencias culturales. “El Encuentro favorece el establecimiento de un diálogo entre estudiantes, asesores y profesores”.
En el marco de esta ceremonia, el presidente municipal de Toluca, Juan Rodolfo Sánchez Gómez, dio una plática sobre la arquitectura de la capital mexiquense. Precisó que a lo largo de casi 500 años, la ciudad ha perdido alrededor de tres mil edificaciones de los siglos XVI, XVII y XVIII.
Es una pérdida patrimonial grave, ya que la desaparición de callejones, calles empedradas, casas, conventos y templos, así como carpintería y herrería antigua afectan rotundamente la imagen urbana, la esencia de la ciudad, concluyó Sánchez Gómez.