LATITUD MEGALÓPOLIS | RICARDO AGUIRRE CUELLAR
Estimado amigo; pasó desapercibida en nuestro país la Cumbre por la Democracia y la Libertad a la que convocó a sus pares el presidente de Estados Unidos Joe Biden el jueves y viernes de la semana pasada y en la que de forma virtual más de ciento veinte presidentes y primeros ministros expresaron sus temores y reflexiones por las amenazas que se ciernen en contra de la democracia, no nada más como forma de gobierno sino también de vida y que esas amenazas ponen en duda la eficacia y viabilidad de la democracia, la que se enfrenta a formas de gobierno autocráticos y despóticos basados en liderazgos carismáticos y mesiánicos que como únicos conductores de sus respectivos pueblos se convierten en necesarios e indispensables, relegando toda oposición y opción como enemiga del pueblo a quien dicen representar. Parecería que la invitación de Biden es un exceso al ponerse de ejemplo Estados Unidos como el país con la más sólida democracia. Sin embargo creo estimado amigo que ahora más que nunca es pertinente el llamado del presidente Biden de analizar los riesgos que enfrentan las democracias incluyendo la de Estados Unidos y más cuando en Enero de esta año Trump la torpedeó con un ataque jamás visto en los doscientos años de gobiernos democráticos en aquella nación. De manera que si eso le pasa a la nación que hasta ese momento era el ejemplo a seguir, pues no cabe duda que ningún otra, por más fuerte que sea, basada en esta forma de gobierno está a salvo de ver socavada sus instituciones, por los intereses egoístas de un iluminado déspota que se ostenta como poseedor de la verdad y como depositario de la voluntad y representación del pueblo.
Con la Revolución Rusa y el nacimiento de la Unión Soviética se marcó un parteaguas entre los gobiernos monárquicos o imperiales, pero también abrió un debate entre gobiernos populares por el voto universal y los instrumentados a partir de un modelo de pensamiento único en el que las libertades individuales se someten en aras de la unicidad de las mayorías de manera que no pervirtieran ni contravinieran los dogmas de la revolución y por lo tanto del proletariado como único beneficiario que primero Lenin y después Stalin usufructuaron, sobre todo este último sometiendo a su pueblo al más cruel de su sacrificio, donde la más mínima discrepancia no tenía cabida y se pagaba con la muerte o con la cárcel y en el mejor de los casos con el exilio, aunque en el caso de León Trotsky la furia de Stalin lo alcanzó en nuestro País donde murió por el piolet con el que lo masacró el radical comunista español Ramon Mercader. La cárcel era el olvido y muerte en algún de los muchos campos de concentración en Siberia llamados Gulag.
Y que si bien con la muerte de Stalin el Partido Comunista de la ex Unión Soviética suavizó su política y permitió “ algunas” libertades, el pueblo ruso vivió bajo el yugo de una dictadura férrea hasta su caída, con Gorbachov como el último Secretario General del PC y presidente de la URSS y que declaró la muerte del tortuoso utópico experimento, dando nacimiento la Federación de Rusia que ha sido gobernada desde 1991 hasta 2021 de forma democrática y cuasi democrática por solo tres hombres Boris Yeltsin, Dimitri Medvedev y Vladimir Putin quien se mantiene en el poder desde 2012 hasta nuestros días y más allá, con un periodo previo de 1999 a 2008. Modificando la Constitución Rusa a su antojo para perpetuarse en el poder al igual que lo ha hecho Xi Jinping en China al también reformar la Constitución China para indefinidamente reelegirse. Estos dos personajes han demostrado como la democracia solo sirve de escalón para alcanzar el poder; en el caso de Putin y en el de Xi Jinping en un mecanismo de control social, político y partidario, que si bien permite el capitalismo y el emprendimiento individual , no permite la libertad política y democrática y de expresión cuando afecta la esfera burocrática del poder; igual lo hacen desde el triunfo de la Revolución Cubana Fidel Castro y su camarilla o como lo ejerce Maduro en Venezuela o en Nicaragua Ortega y como lo quiso y pretende Trump, así sea destruyendo su nación o lo detenta Orban en Hungría y muchos más.
En nuestro país diariamente las instituciones democráticas son asediadas y descalificadas. El sistema de partidos es minado por el encono y la decepción. La polarización es parte del discurso oficial. La confrontación entre clases medias y populares cada día toma más fuerza. El resentimiento social y el odio se fomenta como política pública.
La opacidad en el manejo del presupuesto y la falta de rendición de cuentas. Las mentiras y las noticias falsas. La cooptación de los medios y el uso de los instrumentos del poder para someter a supuestos enemigos. El otorgar funciones extraordinarias a las Fuerzas Armadas.
En fin vemos como un gobierno como el de López se caracteriza por todos esos elementos y por su desprecio por las instituciones democráticas, de justicia, de división de poderes y de libertades y se esfuerza por mantener el discurso excluyente y de pensamiento único. Ingredientes todos de los gobiernos autoritarios, despóticos y dictatoriales. No por nada Lopez no participo en la Cumbre convocada por el presidente Biden dejando la participación en manos de Esteban Moctezuma Embajador de Mexico en Estados Unidos. Esa es la importancia que representa para Lopez los riesgos que sufre la Democracia Liberal en nuestro tiempo. Es claro que el tema le causa urticaria y le sale sarpullido. Para Lopez es un contra sentido. Es más es un estorbo para sus fines. Perpetuarse en el poder. Si por el fuera ya se hubiera modificado la Constitución para reelegirse a su antojo y por todo el tiempo que él quiera.
Acaso no lo quiso hacer con Zaldívar como presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a través de un artículo transitorio en la reforma al Poder Judicial como un ensayo de lo que pretendía?
Su ambición es tan grande como su egolatría y egoísmo. Porque la plaga que pervierte el árbol de la democracia es la envidia. El perverso mal que carcome todo. Y que saca lo peor del ser humano.
Entre paréntesis; y la prensa. Bien gracias. Los pocos que comentaron lo hicieron descalificando la reunión virtual casi a tono con Lopez.
Y luego se quejan de los autoritarismos. Cuando la hegemonía priísta acusaban que no había libertad de expresión y que con la transición democrática se alcanzó plenamente. Lo curioso es que ahora están igual o peor que hace setenta o sesenta años. No han aprendido nada. Siguen con las mismas mañas. Solo hacen lo que les dicta Palacio Nacional.
La Democracia no es un sistema perfecto pues siempre está asediada y por lo mismo hay que cuidar y defenderla desde cualquier trinchera o de lo contrario sus enemigos la destruyen como trata de hacerlo López y los suyos. No lo crees así querido amigo.