Por Socorro Valdez Guerrero

La ¡Injusticia! Se transformó en ¡Libertad absoluta” después de la venganza ¡Femenina!
Una mujer, que con apoyo hasta de los de “casa”, llevó a la cárcel a un Comisario municipal de Valle de Bravo.

Aunque se desconoce si alguien de la Fiscalía mexiquense, la ayudó a cometer el atropello.
Ella, encubrió con sus acciones sus propios delitos.
Detenida en enero de hace un año por posesión de droga, así como fotografías e información policiaca de operativos contra el crimen organizado, acusaba a otro.

¿Quién le filtró la información? ¡No sabían! Aunque ella, involucraba a un comandante del municipio mexiquense. Todo parecía un desquite, precisa la víctima de esa mujer.
Previamente, especificó el comandante, yo había detenido a su cónyuge y lo puse a disposición de la fiscalía.

En enero del 2021, ella ¡Negociaba! Su libertad.
A primera hora, se presentaba a la Fiscalía de Asuntos Especiales a inculpar al comisario.
Ella, estaba en libertad tras un “acuerdo”, que imputaba al comandante de complicidad con la delincuencia organizada. ¡Destruyó! No sólo su trayectoria, también a su familia, confirmaba el policía involucrado.

Fue una acusación de ¡Pesadilla!
José Luis Zúñiga Archundia, Comisario municipal de Valle Bravo, caía víctima de las mentiras de esa mujer.
Una fémina con identidad en ¡Resguardo! Por denunciar a un servidor público.

Le daban validez a su voz, para llevar al funcionario a la cárcel. Para acusarlo, a pesar de ella tener vínculos con acciones ilícitas.
Lo señaló de ¡Soplón! De alertar sobre operativos policiacos. Él, como muchos otros, víctima de la falta de investigación y el sesgo en la justicia, fue detenido y encarcelado.

Imputación mentirosa, con sólo la afirmación de una mujer, que lo llevó a ¡Prisión! Casi un mes.
A ella, la protegía el anonimato y a él lo exhibían en el descrédito público.
Una patraña y vileza que lo llevó a padecer el calvario penitenciario.

Le fabricaban responsabilidad y calidad pública de “proporcionar información de los operativos de las instituciones de seguridad pública”.
De alertar a vendedores de drogas para que evadieran la ¡Justicia!

Lo ¡Inculpaban! Mientras el ex alcalde de Valle de Bravo, Mauricio Osorio Domínguez, creyó en su inocencia.
Lo respaldó públicamente ante la acusación femenina.
Su caso, como pocos, fue investigado y el policía logró ¡Desacreditar! La imputación.

Revisaron y dieron seguimiento a las sábanas de su teléfono celular. Incluso a sus llamadas.
Se hicieron periciales del teléfono de dicho comandante.
Hasta del GPS de su patrulla, donde no se detectó contacto con la denunciante.

Para un juez de Otumba ¡No había ¡Pruebas!
El juzgador sostenía que la fiscalía mexiquense, “no cuenta con elementos suficientes para fundar su acusación”, se dicta:
¡Sobreseimiento! Y ¡Libertad absoluta!
Todo fue una mentira, que lo llevó al ¡Desprestigio público! Ante la ¡Venganza! De mujer.

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