Controlador

Por Zuleyka Franco

Las Heridas de Infancia, mejor conocidas como TRAHI palabra que se forma por las iniciales de cada una de éstas, Traición, Rechazo, Abandono, Humillación e Injusticia.  Cada herida, se defiende con una máscara que es la que portamos y con la que nos enfrentamos a la vida en nuestro día a día.

Todo lo que se vive en la no aceptación, se acumula a nivel del alma…  Al ser ésta inmortal, regresa sin cesar en diferentes formas humanas con el equipaje que ha acumulado en su memoria de alma.  Antes de nacer, ya hemos decidido lo que deseamos venir a normalizar durante esa próxima encarnación.  Esta decisión y todo lo acumulado en el pasado, no se encuentra grabado en nuestra memoria consciente, es decir, la que depende del intelecto, sino que en el transcurso de la existencia nos vamos haciendo gradualmente conscientes de nuestro plan de vida y de lo que debemos poner en orden.

Al nacer no eres consciente de todo ese pasado, ya que te concentras principalmente en las necesidades de tu alma, la cual desea que te aceptes junto con tus experiencias, defectos, potenciales, debilidades, deseos, personalidad etc…  Sin embargo, poco después de nacer, nos damos cuenta de que cuando nos atrevemos a ser nosotros mismos, alteramos el mundo de los adultos o el de los que están cerca de nosotros y de ello deducimos que no es bueno, ni correcto ser “naturales”

La mayoría de los niños pasan por las siguientes 4 etapas: Ese doloroso descubrimiento provoca, sobre todo en un niño, una crisis de ira, que llegan a ser tan frecuentes que nos vemos obligados a creer que son “normales”.  Estos episodios se conocen como “crisis de la infancia o de la adolescencia”, según sea el caso.  Es posible que lleguen a ser normales para los humanos, pero ciertamente no son naturales.  El niño que actúa naturalmente, que es equilibrado y que tiene el derecho a ser él mismo no pasa por ese tipo de crisis.  Por desgracia, ese tipo de niño (natural) casi no existe.  Después de conocer la “alegría” de ser él mismo, conoce el “dolor” de no tener derecho a ser él mismo, que es la segunda.  Llega enseguida el “periodo de crisis”, de rebeldía, que es la tercera….

Con objeto de reducir el dolor, el niño o adolescente se resigna y termina por crearse una nueva “personalidad” para transformarse en lo que los demás quieren que sea.  Algunas personas permanecen estancadas en la tercera etapa durante toda su vida, es decir, reaccionan comúnmente, están enojados o en permanente situación de crisis.  En la tercera y cuarta etapa es cuando creamos las numerosas “Máscaras” (nuevas personalidades), que nos acompañan durante la mayoría de nuestra vida si así lo queremos y que sirven para “protegernos” del sufrimiento que vivimos en el transcurso de la segunda etapa

La Máscara se crea, en función de la profundidad de la herida; una máscara representa un tipo de persona con un carácter que le es propio, ya que según la máscara creada, se desarrollan determinadas creencias que influyen en la actitud interior y en el comportamiento de la persona.  Cuanto más profunda sea la herida, con más frecuencia sufrirás  y esto te llevará a usar con más frecuencia tu máscara. Nuestro ego hace todo lo posible para que no percibamos nuestras heridas; por qué? porque inconscientemente hemos ordenado a nuestro cerebro que lo haga.  Es tal el miedo a revivir cada herida, que  por cualquier medio evitamos revivir el dolor asociado a cada herida y evitamos confesarnos a nosotros mismos que vivimos una u otra herida y aceptar que si vivimos la herida de rechazo (por ejemplo), es porque nosotros mismos nos rechazamos.  Quienes nos rechazan (o abandonan, o traicionan etc.) están en nuestra vida para recordarnos qué tanto nos rechazamos a nosotros mismos.

La primer herida de la que hablaremos, por su orden en las iniciales, será la Herida de Traición”. Esta herida surge entre los 2 y  los 4 años de edad, cuando se desarrolla la energía sexual y aparece el llamado “Complejo de Edipo” y “Complejo de Elektra”. Esta herida se vive con el progenitor del sexo opuesto, su poder de desarrollo también se encuentra en desarrollo, de ahí explica el comportamiento inconsciente de las niñas al querer seducir a sus padres, al igual que los niños a sus madres.   En esta etapa, los niños hacen todo lo posible por obtener el afecto del progenitor del sexo opuesto e intentan asimismo protegerlo, aun cuando les decepcione no recibir la atención deseada…

El niño se siente traicionado por el progenitor del sexo opuesto cada vez que éste no cumple una promesa o cuando traiciona su confianza.  Esta traición se experimenta sobre todo en el plano amoroso o sexual o por lo menos el infante así lo relaciona.

Cuando el niño empieza a vivir experiencias de “traición”, se crea una máscara para protegerse, al igual que se hace en el caso de las demás heridas.  Esta máscara es la de “Controlador”.  Este tipo de control no es igual que el del “masoquista” (Herida de Humillación), de la cual hablaremos en otro artículo.  Éste masoquista, ocupa esta conducta para asegurarse que mantendrá sus compromisos, para ser fiel y responsable o para garantizar que los demás mantengan sus respectivos compromisos.

El Controlador desarrolla un físico que exhibe fuerza, poder y parece decir: “Yo soy el responsable”, pueden confiar en mí.  Reconoceremos al hombre controlador por sus hombros firmes, por lo general más anchos que sus caderas (en pocas ocasiones no hay mucha diferencia); un signo fácilmente de observar cuando un hombre sufre de traición, es visible cuando la parte superior de su cuerpo parece a primera vista, emanar mucha más fuerza que el resto; hombros fuertes y grandes, bíceps gruesos, pecho saliente y usará camiseta ajustada que delinee músculos.

En la Mujer Controladora, esa fuerza se concentra al nivel de las caderas, los glúteos, el vientre y los muslos… la parte inferior de su cuerpo suele ser más ancha que los hombros y si el cuerpo tiene forma de pera, en cuanto más ancha se encuentre esa zona, más profunda será la herida de “traición”.

Las enfermedades más comunes en el Controlador (Herida de Traición) son: Agorafobia (espasmofilia o tetania), espasmos o contracciones musculares que causan gran angustia en las personas que la padecen; más propenso a pérdida de control de determinadas partes del cuerpo, en situaciones de impotencia pueden ser afectados por una parálisis, problemas con sistema digestivo, hígado y estómago, tendencia a enfermedades que terminan en «itis», padecen impaciencia, cólera o frustración y fuegos bucales o herpes bucal.

Además, cabe destacar que los Controladores siempre se sentarán de frente a la puerta de un restaurant o donde pueda ver todo el panorama a su alrededor, necesitan sentir que tienen el control de todo, de la situación, de las personas con las que convive, pareja etc.  Podrá tener actitudes de sencillez e inocencia, pero todas ellas tienen una razón de ser, también se puede tener el control con actitudes sutiles.

Surgimiento de la Herida: De entre los dos y los cuatro años de edad. Pérdida de confianza o expectativas no satisfechas en la conexión amor, amor sexual. Manipulación.

Máscara: Controlador.

Progenitor: Del sexo contrario.

Cuerpo: Muestra fuerza y poder, en los hombres hombros anchos, más que las caderas; en las mujeres las caderas son más fuertes que los hombros, pecho o vientre abombados.

Ojos: Mirada intensa y seductora, ojos que ven todo rápidamente.

Vocabulario: -“disociado” “separado” “me entiendes?” “soy capaz” “deja que lo haga solo” “lo sabía” “confía en mí” “no confío”.

Carácter: Se cree muy responsable y fuerte, intenta ser especial e importante, no cumple sus promesas y compromisos o para cumplirlos tiene que esforzarse. Miente fácilmente, manipulador, seductor. Estado de ánimo dispar, está convencido de que siempre tiene la razón, intenta convencer a los demás de ello. Impaciente, intolerante, comprende y actúa rápidamente, actúa como si fuera un actor para destacar, comediante, difícilmente confía en los demás, no muestra su vulnerabilidad, escéptico, con temor a deshacer compromisos.

Mayor Temor: La disociación, la separación, la negación.

Alimentación: Buen apetito, come rápido, añade sal y especias a la comida. Puede controlarse cuando se mantiene ocupado pero en otras ocasiones lo pierde.

Enfermedades Posibles: De control y de pérdida de control, agorafobia, espasmofilia, sistema digestivo, males que terminan en “itis”, herpes bucal.

En el siguiente artículo conoceremos la Herida de Rechazo con Máscara de Huidizo, así que no puedes perdértelo.

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