Por Latitud Megalópolis

Estimado amigo; el cinismo es la actitud de la persona que miente con todo descaro, sabedora que aunque lo descubran en su mentira, siempre se saldrá con la suya.

Y eso es lo que practica diariamente López.
Con la impunidad que lo caracteriza y la facilidad que tiene para mentir, descalifica cualquier acusación de corrupción así sea con pruebas palpables de sus bribonadas.
Así lo hizo con la Casa Gris o con sus hermanos Pío y Martín o con la parentela y socios agarrados con las manos en la masa, López con la mano en la cintura se desentiende de cualquier señalamiento, reduciéndolo a que son ataques desesperados de los corruptos conservadores.

Pero que su honestidad es a prueba de calumnias, como si las evidencias de los sobres con abultadas sumas o los pingües negocios sin licitación, fueran invenciones o montajes para perjudicar su impoluta honestidad.
Sin embargo, él tampoco nunca ha podido acreditar con pruebas de que ha vivido gran parte de su vida. Como exige de sus acusadores. Y que ahora que se publica un libro escrito por una testigo de primera linea, El Rey del Ca$h, y que delata lo que muchos suponíamos, se recurra al tramposo argumento de que como no tiene pruebas, solo es una deshonestidad intelectual de Elena Chávez producto de la libertad de expresión. Y que los señalamientos hechos por la autora no le afectan políticamente “ porque como ese, son varios y los que vienen”. Así o más cínico.

Es decir, nada es verdad si no hay pruebas de sus fechorías. Así que digan lo que digan. PERO SIGO SIENDO EL REY… DEL CA$H.
Y yo te pregunto estimado amigo, desde cuando la prostitución o lo ilícito da factura?
Es evidente que López a sabido construir un mito, uno en donde él es un ser cuasi divino, al que las pasiones y defectos humanos son ajenos. Cuantas veces ha dicho que él no miente. Y le han cuantificado más de cien mil mentiras en casi cuatro años de gobierno o cuando dice que a él no se le da la venganza, pero cuando así conviene a sus intereses usa todo el poder del estado para vengarse de sus enemigos reales o supuestos. O para hacer lo que quiere.
De manera que su trillado argumento de la honestidad, no pasa de ser una trampa para engañar al pueblo bueno que aún le cree.

Pero la realidad, esa que es terca, demuestra que cada día qué pasa va cayendo el mito y surgiendo el hombre. Ese lleno de rencor, odio, cinismo, que ve como se le escurre entre los dedos el poder por el que tanto mintió.
Y la verdadera cara del déspota asoma. Desfigurada por la corrupción brutal que practica.
Entre paréntesis: a pesar de la retórica, el libro no fue desmentido. En ninguno de sus capítulos. Más bien fue desestimado. Lo que ya en sí mismo, logró su cometido. Sembró la duda razonable que la honestidad de López es puro CUENTO. Un cuento fétido e inmoral.
Largos años sin oficio ni beneficio, solo podrían solventarse a través de dinero sucio obtenido de cualquier forma ilícita. No hay de otra. Y no se necesitan pruebas para ello. Basta hacer una retrospectiva de este personaje y su ambición por el poder, para

llegar a tal conclusión.
Lo dicho.
El lema de López. Al ladrón, al ladrón.
O el argumento del CÍNICO.
PD. No hay teflon que proteja a López. Lo qué hay es ceguera y obsecuente docilidad de empresarios y medios.
Lo demás es puro cuento.

No lo crees así querido amigo.

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