Por Latitud Megalópolis / Juan Carlos Tamez

Todo proceso de comunicación humana tiene retroalimentación e intencionalidad. Es como la disección de los mensajes cuando corren de la fuente al emisor, en este caso miles de receptores y solamente unos privilegiados que planean la comunicación política con la intención de afectar conductas específicas del pueblo o público, por ejemplo: su preferencia de voto.

Ningún ser humano puede emitir cualquier mensaje sin pensar antes cuál es su intención, motivo y finalidad objetiva al lanzarlo de tal o cual manera y suelen ser los mensajes persuasivos los que son mejor elaborados y pagados, simplemente por los grandes beneficios que se pueden obtener de la llamada clientela política.

Decíamos ayer que la sociedad moderna se ha fragmentado en clases generacionales que partieron con la estabilidad de la pos guerra creando los llamados baby boomers (por su explosión demográfica, consumista y creativa), mas estos no duraron mucho tiempo en la joya de la corona al surgir nuevos tiempos tecnológicos orientados por los medios de comunicación masiva, en una sociedad cada vez más consumista e interesada en los bienes materiales.

En los años 90 surge así una clase producto de la digitalización, con mejor calidad de imágenes y sonidos transmitidos internacionalmente, pudiéndose conectar el mundo con transmisiones en vivo con una cadena de doce satélites que lo aseguraban, dando nuestra patria al primer astronauta, Rodolfo Neri Vela, quien se dedica a la investigación científica en ese ramo.

Ese fue el parteaguas hasta los años 80’s en que todo aquello era una teoría fantástica que parecía extraída de las mejores producciones de Hollywood, y sí, siempre han estado concatenados: el Presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, toma el poder en 1980, declara que los Estados Unidos trabajarán para la unión de esa nación y advierte que no está jugando con lo que él mismo llama La Guerra de las Galaxias, pero no solamente ideológica, sino que en los hechos son capaces de poner en aprietos y controlar a cualquier nación que entrara en beligerancia. La película de moda, claro: Apocalipsis Noe, con Marlon Brandon, propone que el poder de los generales y mariscales ha llegado a la cúspide y que puede superar los mandos de los civiles, muchas veces sustentados en mitos y fake news.

La repercusión en el uso diario de aparatos y culturización de novedades no se hace esperar y es así como procreamos la generación de los Milenials, la cual se cree merecer todo, absolutamente todo, si ganárselo, en una especie de selección natural en la que los padres y el Estado tienen la obligación de darles Internet y todos los juguetes digitales derivados, sin lo que no se podría entender el mundo de hoy.

Les sigue la generación X y la Generación de Cristal. De la primera simplemente diré que lógicamente es una especie de autismo social proyectado por nuestros mismos errores y de un mundo diverso y virtual que se traduce en la siguiente: Generación de Cristal, a la que no se le puede tocar siquiera, ya que todo lo que vale es virtual y vive dentro de burbujas muy delicada que solamente ellos pueden recrear por sistema. Por supuesto que los adultos mayores no tenemos cabida en ese sistema, sino que les estorbamos y prefieren hacernos a un lado.

Las consecuencias las estamos padeciendo en países de los cinco continentes en los que la migración se ha vuelto la bandera de todos, que tienen que abandonar s espacios vitales porque estos y no son productivos ni rentables, para ir a otras naciones que les ponen mil dificultades para recibirlos pagándoles mucho menos y explotándoles.

Dentro de unos meses será necesario que todo ciudadano de los países latinoamericanos presenten un pasaporte especial y visa para poder ingresar a los países de la Unión Europea, eso sí, solamente costará tres euros, en miras de ayudar a las naciones más necesitadas.

México ha seguido actuando como filtro y amortiguador para los miles de migrantes que luchan por llegar a Estados Unidos y Canadá para subsistir y quienes declaran abiertamente que no desean quedarse a vivir aquí: también han sido deportados por miles.

Es el peor escenario que podría imaginarse para una pandemisa de Covid 19, como nunca la habíamos sospechado, y con muchas otras enfermedades contagiosas que se van sumando por falta de las condiciones higiénicas indispensables.

Si algo bueno nos dejaron estos años de terror, fueron muchas enseñanzas y una elemental es que debemos enseñar la historia contemporánea a los jóvenes, que no han tenido la suerte de nosotros para estudiarla, y hacerles ver que la ignorancia les puede llevar a cometer muchos errores.

Déjenme terminar señalando esos errores de la historia que apenas se están reconociendo: Cuando triunfó la Revolución de Octubre en 1917, Stalin hizo todo lo posible para cortar el verdadero socialismo que venía de Marx, Engels y Lenin. A León Trotsky lo persiguió por el mundo hasta que lo asesinaron en México. Fue Stalin el líder totalitario que se encerraba en su cine particular a ver películas mientras ahijaba un holocausto peor que el de Hitler, con millones de víctimas humanas. Sólo para establecer una dictadura que con el paso del tiempo tuvo que caer por problemas inherentes a su mala economía y administración.

En América Latina hay ahora un movimiento para unificar a los países de izquierda (que serían todos los de oposición al neoliberalismo), sin embargo estos países, encabezados por México, dejan mucho que desear en cuanto al medio de producción y gobierno socialista, toda vez que se encuentra conformado por dictadores, ex jefes revolucionarios, que al llegar al poder, se olvidan de sus bases y no dejan de mantener a un grupúsculo con todos los privilegios.

Durante casi cien años se decía como propaganda de la Internacional Socialista que un fantasma vagaba por Europa y por América, era el  fantasma del comunismo que es por definición obsoleto. Sin embargo, su finalidad de crear estados socialistas no cejaba y lograron mucho con el apoyo de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Pero la URSS ya no existe, y como líder de la Federación Rusa tenemos a un líder totalitario y sangriento que nadie en sus cabales puede querer ni tolerar.

Así que, una vez planteada la situación, simplemente analicemos con calma cómo termia este 2022 y principia el 2023, en especial para México, cuyo gobierno no ha logrado abatir la corrupción, de la cual pretendía obtener muchos recursos.

En mi siguiente entrega presentaré un estado actual del huachicoleo o robo y adulteración de petróleo y gasolina en México, sus responsables y repercusiones.

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