Aquello que te molesta de los demás, te enseña a trabajar la paciencia y la aceptación.
Aquel que te abandona, te da la oportunidad de trabajar el desapego.
Aquello que desata tu ira al extremo, te muestra que has de trabajar la compasión y la misericordia.
Aquellos que tienen poder sobre ti para cambiar tus estados emocionales, te enseñan que has de aprender a ser dueño de ti mismo.
Aquello que odias y repugnas en los demás, es una oportunidad para trabajar el amor incondicional.
Aquello que no puedes controlar, te está mostrando que debes soltar y dejar fluir en entera libertad.
Todo, absolutamente todo, es una proyección, una manifestación de tu estado de conciencia, que te está mostrando constantemente aquellos aspectos de tu identificación con el
“YO INFERIOR” (el ego) que debes soltar y trascender.
Luz y amor
Un abrazo
Alex González