Ciudad de México.- Actualmente, el glaucoma es considerado como la primera causa de ceguera irreversible en México y el mundo; el principal factor de riesgo para desarrollarlo es la edad, por lo que su detección temprana puede hacer la diferencia para ayudar a quienes enfrentan este problema, enfatiza el académico de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, Fernando Rodríguez Dennen.
Es prevenible si se descubre a tiempo; sin embargo, debido a que no presenta síntomas, numerosas personas se percatan de que la padecen cuando está en etapas terminales (ceguera); también se le considera como un problema de adultos mayores, aunque impacta a personas a partir de los 40 años.
“Es una enfermedad que se debe tomar mucho en cuenta, pues se sabe que afecta entre el tres y cuatro por ciento de la población, y uno de cada cinco personas mayores de 80 años tendrá cierto grado de glaucoma”, detalla Rodríguez Dennen en ocasión del Día Mundial del Glaucoma, que se conmemora el 12 de marzo.
La efeméride fue instituida a partir de 2008 por la Asociación Mundial del Glaucoma (WCA, por sus siglas en inglés) y refrendada por la Organización Mundial de la Salud, que en 2019 presentó el Primer Informe Mundial sobre la visión, el cual reveló que al menos dos mil 200 millones de personas en el mundo tienen deficiencia visual o ceguera, de las cuales mínimo mil millones podrían haber evitado llegar a este resultado.
Rodríguez Dennen añade: “Cuando ya se está en un glaucoma terminal o avanzado no hay mucho por hacer, las opciones terapéuticas están muy limitadas. Por eso actualmente algo muy importante es revisarnos con más frecuencia y valorar a las personas, especialmente las mayores. Yo recomendaría que los mayores de 40 años se revisaran, al menos, una vez al año con un oftalmólogo”.
De acuerdo con el especialista, el glaucoma se refiere a un grupo de alteraciones oculares que llevan a lo que se conoce como una neuropatía óptica, que se caracteriza por problemas en la función del nervio óptico y se clasifica en dos grandes grupos: primario (de ángulo abierto, de tensión normal, de ángulo cerrado y el congénito); y el secundario (neurovascular, pigmentario, de exfoliación y uveítico).
“Existen muchas enfermedades relacionadas con el glaucoma. Entonces, hay que comprender que no solo se refiere a una enfermedad, sino a un grupo de enfermedades que generan daño en el nervio óptico, por ejemplo la diabetes, la hipertensión, ciertas enfermedades como el Alzheimer”, abunda el médico oftalmólogo.
Se sabe que las afecciones vasculares pueden contribuir a exacerbar los casos de este problema, especialmente el llamado glaucoma de tensión normal, uno de los que más se presentan en el mexicano, y su desarrollo ha sido asociado a factores como la contaminación, o el consumo de cafeína, aunque no se ha comprobado. Lo que es un hecho, asevera el universitario, es que se incrementó su ocurrencia.
Un estudio realizado por médicos de Nuevo León y publicado en la Revista Mexicana de Oftalmología, refiere que las personas diagnosticadas pueden invertir más de 16 mil pesos en el primer año, luego de la detección. Considerando que hay quienes lo enfrentan entre los 40 y 65 años, el costo se dispara hasta más de 11 millones de pesos.
El 50 por ciento de quienes tienen glaucoma en el mundo no está diagnosticado, y en numerosos casos se suele confundir la presencia de cataratas (tipo de ceguera reversible) con un glaucoma severo, razón por la cual, aunque no es común pedir una revisión anual, es importante realizarla.
“Si lo diagnosticamos a tiempo, o en etapas muy tempranas, se puede dar un pronóstico excelente, se puede controlar muy bien, usualmente solo con medicamentos que sería una gota al día y el pronóstico es muy bueno, algo muy diferente a quien llega con un daño estructural severo, donde lo único que se puede ofrecer es tratar de conservar la poca visión que queda”, alerta Rodríguez Dennen.