Ciudad de México.- Al dirigirse por última vez al pleno del Consejo Universitario, el rector Enrique Graue Wiechers agradeció el talento y esfuerzo desarrollados por la comunidad de la UNAM durante estos últimos ocho años, lo que permitió a la institución –entre muchos otros logros– consolidarse como una de las 100 mejores universidades del mundo; crecer la matrícula estudiantil en más de 34 mil estudiantes, sin recibir un incremento real al subsidio federal, y haber encarado con voluntad y determinación la emergencia sanitaria del coronavirus.
En su mensaje de despedida, pues en noviembre próximo concluirá su periodo al frente de la Universidad Nacional, Graue Wiechers destacó también la “notable y admirable” respuesta de la comunidad universitaria para organizarse y solidarizarse con las personas afectadas en situaciones de emergencia, como la pandemia y el terremoto de 2017.
Se refirió a las descalificaciones que se han dirigido hacia la Universidad y a su administración, las cuales “son resultado de la incomprensión de nuestra pluralidad y de nuestro compromiso con la verdad y el conocimiento”, y resaltó que “tal vez sea el ejercicio pleno de esa libertad, la que a veces incomoda, pero no por ello desviaremos nuestro actuar.
“En los tiempos que están por venir es posible que sigamos escuchando voces que quisieran moldear, a su manera, la forma en que la Universidad Nacional toma decisiones y se gobierna a sí misma”, por lo que instó a los universitarios a actuar en apego a la normatividad, a rechazar intereses ajenos y a continuar haciendo de esta Universidad ese crisol de conocimientos, de pluralidad ideológica y de libertad; una casa de tolerancia, de respeto a las diferencias y apegada a los principios y valores que rigen, con autonomía, nuestra vida interna”.
Y sobre la violencia contra las mujeres y la cultura patriarcal “que lacera a la sociedad y afecta a nuestra casa de estudios”, el rector dijo que tanto el Consejo Universitario, como la actual administración universitaria, han procurado diversas acciones para erradicarlas, y admitió que “aún falta un largo camino por recorrer”.