- Cuando dan señales de manera verbal, deben ser escuchados y atendidos.
- La recomendación es que los padres acuerden con sus familiares lugares y tiempos para entablar una comunicación asertiva en la cual puedan abordar estos temas: Gabriela Valencia Chávez.
Ciudad de México.- Algunos padres y madres de familia evitan hablar sobre suicidio con sus hijos e hijas debido a que temen que al hacerlo puedan promover en ellos pensamientos asociados a la muerte. Sin embargo, el conversar sobre este tema, así como de otros que se consideran de impacto para ellos, es importante a fin de fortalecer una comunicación que les permita prevenir y reconocer este tipo de conductas, asegura Gabriela Valencia Chávez, académica de la licenciatura en Psicología de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza.
“El suicidio es un tema que conlleva muchos prejuicios, y el más común es que las personas que hablan de su intención de morir es porque buscan llamar la atención de los demás; pero cuando los niños, niñas y adolescentes dan señales de esta índole de manera verbal, deben ser escuchados y atendidos”.
En la actualidad se presentan factores de riesgo que incrementan la posibilidad de suicidio en dichas etapas de la vida, por ejemplo, conflictos en el núcleo familiar, social o de otra índole. Entre las conductas que pueden ser manifestadas se encuentra desde expresar de forma verbal su intención hasta que las personas se autolesionen.
Una decisión multifactorial
Mientras las poblaciones jóvenes atraviesan el cambio de la niñez a la adolescencia viven varias situaciones que pueden influir en el desarrollo de ideas de muerte. “El suicidio es multifactorial, ocurre a partir de una serie de condiciones de vida, que los jóvenes tienen a su alrededor, conflictos familiares, consumo de alcohol o drogas”, resaltó la académica.
Pese a que el ahorcamiento y los disparos con armas de fuego son las principales formas de suicidio, existen ciertos casos que no tienen como intención la muerte: “Hay personas que utilizan sustancias psicoactivas que podrían excederse en la cantidad que consumen y finalmente su posible deceso se registre como un suicidio”, ejemplifica.
Los suicidios ocurren más en adolescentes y en jóvenes que están pasando de la adolescencia a la edad adulta, que en niños. De acuerdo con las últimas cifras del Inegi, en México, en el año 2021 se registraron 8,351 fallecimientos por lesiones autoinfligidas. Los hombres de 15 a 29 años son el grupo con mayor riesgo, por lo que se les debe prestar más atención para prevenir este problema.
El principal método usado por la población de 15 a 29 años para cometer suicidio es el ahorcamiento, estrangulación o sofocación: 89.5 por ciento, tanto en hombres y mujeres (91 y 84.8 por ciento, respectivamente). En segundo lugar, con 4 por ciento, se encuentran los fallecimientos por disparo: en hombres, este porcentaje es de 4.5. Entre las mujeres, el segundo método utilizado es el envenenamiento por disolventes, gases o plaguicidas, con 7.2 por ciento.
SI LOS JÓVENES SE AÍSLAN, ESTÁN FATIGADOS, TRISTES O MUY IRRITADOS, PODRÍAN SER INDICIOS DE QUE ALGO EMOCIONALMENTE ESTÁ OCURRIENDO EN ELLOS. MUCHAS VECES NO LO EXPRESAN VERBALMENTE, PERO SÍ CONDUCTUALMENTE”.
Conductas suicidas
De acuerdo con la especialista existen manifestaciones verbales en las cuales los niños, niñas y adolescentes refieren de manera expresa que desean no continuar con su vida, las causas pueden ser producto de algún conflicto familiar, de amistad, de pareja, incluso con cuestiones de sí mismos.
Uno de los indicadores no verbales es que se autolesionen, comenta la especialista. Además, otro de los principales factores asociados con el suicidio es el estado emocional depresivo, pues este trastorno se caracteriza por tener un estado de ánimo bajo, estar triste y aislarse de forma persistente.
“Cuando los jóvenes se aíslan, están fatigados, tristes o muy irritados, podrían ser señales de que algo emocionalmente está ocurriendo en ellos. Muchas veces no lo expresan verbalmente, pero sí conductualmente.”
Consejos
Para la experta en psicología es importante conversar continuamente con los niños, niñas y adolescentes, persuadirlos y preguntarles sobre sus inquietudes y/o preocupaciones, e incluso comentar sobre situaciones que permitan la apertura del tema del suicidio. “Los padres y madres tienen la oportunidad de ser el primer factor protector por ser el contacto inmediato de contención de sus hijos e hijas”.
Añade la importancia de acudir con un especialista en psicología para que las personas que han presentado estas conductas suicidas sean atendidas de manera oportuna, e incluso psiquiátrica, si el paciente así lo requiere.
“Es esencial que las personas más cercanas a los menores y adolescentes tengan números de emergencia y que estén debidamente informados sobre este tema para que sepan cómo actuar si se llegara a presentar una situación de esta índole”, señala.
¿Tienes a alguien que no manifiesta sus emociones?
Una de las situaciones más complejas que existen en las familias es que las y los hijos evitan tener diálogos con sus padres, y eso se presenta con mayor frecuencia en la etapa de la adolescencia, por lo que se recomienda generar las condiciones que favorezcan la comunicación e incrementen la confianza.
Otra recomendación es que pierdan el temor de hablar de suicidio, y para ello podrían acordar un espacio y tiempo en casa, o fuera de ella, en donde puedan entablar una comunicación asertiva con ellos y abordar ese tema.
También es necesario procurar la creatividad haciendo uso de los intereses de las niñas, niños y adolescentes, por ejemplo, mediante el contenido de las redes sociales, series, películas e incluso noticias, con las cuales los padres y madres pueden tomar un ejemplo como referencia y relacionarlo con la experiencia y el contexto de los hijos.
El suicidio es la suma de una serie de factores que a lo largo del tiempo se van manifestando, y si bien no todo lleva a él, siempre será importante atender los indicadores como una medida de prevención, concluye la especialista.