Ciudad de México.- A nivel global y regional nos encontramos ante una democracia bajo acoso, asediada por numerosas amenazas que se manifiestan en una creciente polarización, la proliferación de noticias falsas y el resurgimiento de populismos antiliberales, advirtió Daniel Zovatto, director regional del Instituto Internacional para la Democracia y Asistencia Electoral (IDEA Internacional) para América Latina y el Caribe.
Ante la directora del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM, Mónica González Contró, el analista e intelectual dictó la conferencia magistral Democracia y Elecciones en América Latina, en la cual advirtió que la democracia sufre hoy el embate de las tres “P”: Polarización, Populismo y Posverdad.
Estas amenazas, refirió, se diferencian de las del pasado, ya que los procesos de erosión, declive o retroceso tienen dos características novedosas: la primera es que el deterioro democrático ya no viene generalmente de la mano de los golpes de Estado tradicionales, sino de un nuevo tipo de autoritarismo que, si bien llega al poder vía elecciones más o menos competitivas, luego a partir del poder y haciendo uso abusivo de los mecanismos democráticos, corroe a la democracia gradualmente desde adentro.
“La segunda es que el actual declive democrático no se circunscribe únicamente a las democracias emergentes, sino que también alcanza a aquellas que hasta hace poco consideramos consolidadas, como lo evidenció, entre otros muchos temas, el asalto al Capitolio estadounidense, el 6 de enero del 2021, o la negativa del expresidente Trump para reconocer los resultados y denunciar fraudes que nunca existieron, así como la irrupción de líderes populistas, demócratas y liberales en algunos países europeos”.
En suma, puntualizó, la democracia se encuentra en una encrucijada crítica y en un punto de inflexión fuertemente tensionada entre el declive y la resiliencia.
Atraviesa uno de sus momentos más difíciles con el inicio de la tercera ola democrática; el desafío es mayúsculo, no hay que exagerarlo, ni hay que sentirse derrotado, pero tampoco hay que subestimarlo, consideró.
Cuidado con los aplausos prematuros, el tema demanda atención urgente, reflexión profunda, un diagnóstico preciso y un plan de acción riguroso, pero también valiente, dirigido a defender, a fortalecer, a repensar y a relegitimar la calidad de la democracia, la cual en el mundo está bajo fuerte acoso y en declive, pero en modo alguno está derrotada, alertó.
En el caso de América Latina, indicó, la situación no es menos compleja y hoy se muestra un escenario regional de claroscuros, de luces y sombras, heterogéneo y crecientemente preocupante.
“Observamos, con justificada preocupación, un proceso de estancamiento, de erosión, de deterioro y retroceso democrático gradual y constante, según el país en cuestión”, acotó.
Daniel Zovatto insistió en que la democracia en América Latina muestra signos combinados de resiliencia y deterioro ante los impactos concurrentes de las múltiples capas de crisis, por lo que el escenario para los próximos años se presenta complejo y desafiante y hay que prepararse para “enfrentar tiempos recios”.
“El tamaño del desafío obliga a evitar caer en un pesimismo paralizante, pero al mismo tiempo nos exige diseñar y poner en marcha una agenda rigurosa que ponga foco en prioridades dirigidas a fortalecer y repensar la democracia”, propuso.
Entre las prioridades, señaló: atender la complejidad y dar respuesta a las demandas del siglo XXI. Su principal amenaza no es la violencia, ni la corrupción o la ineficiencia, sino la simplicidad de la teoría sobre la cual está sentada; por ello, urge avanzar en el ámbito de la innovación política para impedir que el malestar en ella se convierta en un mal mayor.
Asimismo, blindar a los organismos electorales de los ataques que vienen sufriendo, recuperar la centralidad de la política y restablecer la confianza de la ciudadanía con nuevos canales de escucha, repensando el papel del ciudadano, además de robustecer el Estado de derecho, lo cual es “el gran talón de Aquiles junto con el tema de un Poder Judicial independiente”.
Para que tengamos un futuro prometedor dentro de la democracia debemos trabajar de manera ardua y permanente para hacer realidad su promesa. La democracia es un ideal, pero también un trabajo; en definitiva, una construcción permanente que se tiene que defender todos los días. No hay democracia sin demócratas comprometidos, concluyó.
Al hacer uso de la palabra, González Contró destacó que la nuestra es joven e imperfecta, con deudas y temas pendientes; sin embargo, es necesario reconocer los logros hasta hoy alcanzados, gracias a los esfuerzos de numerosas generaciones de mexicanas y mexicanos que apostaron por un país de libertades y derechos.
“Queda aún una gran agenda pendiente, pero desde el Instituto de Investigaciones Jurídicas apostamos, como no podría ser de otra manera, al Estado de derecho, al respeto al marco constitucional y a la ley, como la mejor herramienta posible para fortalecer a nuestra democracia”.
Agradeció a Daniel Zovatto por el generoso acompañamiento que ha dado a la transición y proceso de consolidación democrática de México durante más de 30 años, así como por la larga y fecunda colaboración con el IIJ en proyectos académicos y de asistencia técnica en materia de respaldo a la democracia, elecciones libres y justas, reformas constitucionales y legislativas relacionadas con los sistemas de gobierno electorales y de partidos políticos, estudios especializados en perspectiva comparada, entre otros.
En la conferencia también participó la consejera presidenta del Instituto Nacional Electoral, Guadalupe Taddei Zavala, quien externó que el amplio bagaje cultural con el que cuenta Daniel Zovatto permite, como pocas personas, aprender desde el aspecto humano, intelectual, profesional, político, filosófico y económico.
“No hay aportación de su autoría, relacionada con estudios latinoamericanos y sobre el desarrollo de nuestras democracias, incluida la mexicana, que no trascienda barreras internacionales”, subrayó.
Como invitado especial asistió el magistrado presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Reyes Rodríguez Mondragón.