Ciudad de México.- El éxito que ha tenido el Protocolo de Montreal para la recuperación de la capa de ozono, que ha llevado a la reducción del agujero en los polos, es un claro indicio de que pese a las resistencias los acuerdos para disminuir los efectos del cambio climático también serán positivos, coincidieron expertos del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC), de la UNAM.

Durante la conferencia de prensa a distancia “Recuperación de la capa de ozono, ¿Qué se espera en los próximos años?”, Telma Castro Romero, Amparo Martínez Arroyo y Carlos Gay García destacaron que la ciencia alerta a tiempo sobre los problemas que enfrentará la sociedad a futuro, de ahí la importancia de apoyarla y reducir las resistencias en beneficio de la población mundial.

Desde hace varios años, enfatizaron, el mundo trabaja de forma conjunta para la recuperación del ozono estratosférico, que funciona como una capa protectora para el planeta al reducir la cantidad de radiación ultravioleta que llega del Sol, la cual podría afectar la salud de todos los seres vivos.

Telma Castro Romero, investigadora del ICAyCC e integrante del Grupo de Aerosoles Atmosféricos del Instituto, recordó que en los estudios realizados por Mario Molina y Frank Sherwood Rowland, en la década de los 70, se advirtió que los llamados clorofluorocarbonos (CFC’s) -utilizados especialmente como refrigerantes y en aerosoles- destruían la capa de ozono, lo que motivó al mundo a firmar en 1987 el Protocolo de Montreal, obligando a las naciones a sustituirlos por otros compuestos.

El seguimiento científico de las acciones del Protocolo permitió detectar que una de las sustancias con las que se sustituyó a los CFC’s contribuía peligrosamente al calentamiento del planeta. Por ello, se acordó incluir la enmienda de Kigali, aprobada en 2016, para reducir el consumo de los hidrofluorocarbonos (HFC’s), abundó.

“El Instituto de Geofísica tiene un equipo que mide la columna de la capa de ozono y lo reporta a una red mundial. Lo que se ve es que estamos bien en términos de cómo está regenerándose la capa de ozono en México y todo el planeta, que es lo que anuncian las Naciones Unidas según los datos que se tienen de observaciones a nivel mundial en superficie y con los satélites”, comentó Castro Romero.

Amparo Martínez Arroyo, también del ICAyCC e integrante del Grupo de Aerosoles Atmosféricos, explicó que gracias al trabajo de muchos años, a partir de 2005 nuestro país eliminó oficialmente el consumo de CFC’s con el uso de propelentes alternativos; en cuanto a los HFC’s se comprometió a eliminar el consumo de 14 mil 799 toneladas según un calendario mundial de eliminación que inició en 2016 y concluirá en 2040.

“En 2020 se alcanzó una disminución acumulada del 86.2 por ciento; es decir, va bien y va adelantado a lo que se acordó. Por otra parte, hablando de los HFC’s y su consumo, nuestro país debe congelar su consumo en 2024. Hay varias metas que faltan por cumplir, pero vamos en buen camino”, dijo.

Al hacer uso de la palabra, Carlos Gay García, investigador del ICAyCC y responsable del grupo Cambio Climático y Radiación Solar, argumentó: la química de la atmósfera tiene múltiples compuestos naturales, pero cuando el hombre añade ingredientes extra como los CFC’s, HCF’s o el hexafluoruro de azufre -por mencionar algunos- y llegan a la estratosfera, generan problemas que nos afectan a todos, de ahí que hoy en día la preocupación mundial es eliminar los compuestos que afectan a la capa de ozono y al clima mundial.

“Aquí se demuestra la importancia de la investigación científica, del conocimiento y la naturaleza, porque nos adelanta los problemas que podremos enfrentar. ¿Qué pasaría si no hubiéramos reaccionado ante el adelgazamiento de la capa de ozono? Estaríamos padeciendo enfermedades exóticas. ¿Qué pasa con el cambio climático? Lo mismo. La lección del Protocolo de Montreal es que está funcionando. El hecho de que el agujero se cierre para mitades de este siglo, no deja de ser buena noticia”, destacó.

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