Edoméx.- Una de las mayores ciudades de Mesoamérica durante la época prehispánica, desde 1987 forma parte de la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO dándole reconocimiento universal como patrimonio cultural.

Su nombre de origen náhuatl: Teōtihuácān, que se refiere al “lugar donde fueron hechos los dioses; ciudad de los dioses”, es el nombre que se da a la que fue una de las mayores ciudades de Mesoamérica durante la época prehispánica. La Ciudad Prehispánica de Teotihuacan fue uno de los centros urbanos más grandes del mundo antiguo, que llegó a concentrar una población mayor a los 100 mil habitantes en su momento de máximo esplendor.

Teotihuacan fue la sede del poder de una de las sociedades mesoamericanas más influyentes en los ámbitos político, económico, comercial, religioso y cultural, cuyos rasgos marcaron permanentemente a los pueblos del altiplano mexicano, traspasando el tiempo y llegando hasta nosotros con la misma fuerza y grandeza con que sus constructores la planearon.

En este sitio arqueológico se han desarrollado 2 de los proyectos de investigación más grandes en la historia de México: el Proyecto “Teotihuacan 1962-1964” y el proyecto “Teotihuacan 1980-1982”, además de uno de los megaproyectos planteados durante la década de los años noventa por el gobierno federal, conocido como “Teotihuacan 1992-1994”. La investigación en el sitio es permanente e interdisciplinaria, pues prácticamente todas las disciplinas antropológicas encuentran temas de trabajo en el sitio, el cual es objeto de estudio tanto por instituciones académicas nacionales como internacionales.

Teotihuacan se ha convertido en un estandarte para los mexicanos en la defensa y resguardo del Patrimonio Cultural Nacional, su monumento principal, la Pirámide del Sol, es un icono de la identidad nacional, sobre todo como un elemento relevante del pasado prehispánico. Los restos arqueológicos de la antigua ciudad del Clásico en Teotihuacan, representan a México en el ámbito internacional, ya que fue el primer sitio de nuestro país declarado tesoro del Patrimonio Mundial, por la UNESCO en 1987.

El área abierta a la visita pública tiene una extensión de 264 hectáreas, donde se concentran los principales complejos de edificios monumentales, como La Ciudadela y el Templo de la Serpiente Emplumada, la Calzada de los Muertos y los conjuntos residenciales que la flanquean, las Pirámides del Sol y la Luna, el Palacio de Quetzalpapálotl y 4 conjuntos departamentales con importantes ejemplos de pintura mural, como son Tetitla, Atetelco, Tepantitla y La Ventilla, además de otros 2 conjuntos de corte habitacional denominados Yayahuala y Zacuala.

La Zona arqueológica cuenta con dos museos especializados: el de la Cultura Teotihuacana y el Museo de Murales Teotihuacanos “Beatriz de la Fuente”, así como una sala de exposiciones temporales ubicada en el edificio conocido como “ex-museo”. Otras áreas en las que se exponen piezas arqueológicas son el Jardín Escultórico y el jardín al sur del Río San Juan; además se cuenta con un jardín botánico de la flora tradicional, un teatro al aire libre y el edificio sede del centro de Estudios Teotihuacanos.

La entrada a la zona puede realizarse por 5 puertas, distribuidas e interconectadas por un camino periférico empedrado que circunda el área monumental, además hay caminos vecinales que la comunican con los conjuntos habitacionales mencionados.
Por las dimensiones de la Zona Arqueológica resulta muy difícil disfrutar de toda su oferta cultural en una sola visita, sin embargo existen rutas diseñadas para aprovechar al máximo los recorridos, dependiendo de los intereses particulares de cada visitante.

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