Por Angélica Rangel

“Felicidades en tu día”

La celebración del Corpus Christi recibe su celebración el primer jueves después del domingo de la Santísima Trinidad; sin embargo, algunos centros religiosos tienden a realizar este festejo hasta el fin de semana para poder coincidir con la celebración de la misma.

Sin embargo, la fecha oficial y la que los creyentes deben contemplar quedó instaurada por el Papa Urbano IV a través de su obra “Transiturus”. Este año, la celebración deberá realizarse el día de hoy, 11 de junio.

Esta festividad debe centrarse en el culto público, la adoración y gratitud a la Santísima Trinidad, que es la unión de Dios, Cristo y el Espíritu Santo. Es una de las celebraciones más importantes para la iglesia católica en todo el mundo.

¿Qué se celebra?

De acuerdo con la creencia, Pedro de Praga tenía dudas de si Cristo debía ser integrado a la eucaristía (la consagración del pan y el vino), por lo que organizó una peregrinación a Roma para pedir una prueba a San Pedro, apóstol del hijo del Todopoderoso, una prueba.

Cuando De Praga regresó y ofició una misa en la cripta de Santa Cristina, en Italia, la hostia comenzó a sangrar, lo cual tomó como una señal de que ésta era el cuerpo de Cristo.

El Papa Urbano IV supo de esto, por lo que dijo que se debía celebrar la fecha para recordar el milagro en el que la Santísima Trinidad quedó conformada oficialmente por tres entes.

Para la fecha de hicieron dos himnos: Lauda Sion y Tantum Ergo, las cuales siguen siendo interpretadas a día de hoy para hacer mención de estos hechos relatados por la religión.

En muchos países esta celebración es multitudinaria y los fieles salen a las calles a festejar con la intención de atraer más fieles al credo.

En México, al Jueves de Corpus Christi se le conoce como el Día de las Mulas o Día de los Manueles (nombre que en hebreo significa “Dios con nosotros”).

Son dos las versiones sobre la presencia de las mulas durante este festejo religioso. Por un lado, la leyenda católica alude a la conversión que hizo San Antonio de Padua de un no creyente sobre la presencia de Cristo en la Eucaristía al lograr que una mula se arrodillara frente a la hostia.

El “hereje” dijo que habría de entregarse en fe luego de que el sacerdote franciscano lograra, en el proceso de consagración, que su mula se hincara.

Para el Jueves de Corpus, los habitantes de la época colonial solían usar sus mejores trajes, el virrey y la aristocracia acudían con sus mejores ropajes; mientras que los indígenas estrenaban el llamado calzón de manta y sombrero, en el caso de los hombres, y las mujeres lucían sus blusas bordadas, cabello trenzado y collares de cuentas de vidrio.

Llegada la celebración del evento, los católicos traían burros y mulas cargados con huacales donde venían las ofrendas, tales como el producto de sus cosechas en agradecimiento a Cristo por favorecer la siembra. De ahí que la concurrencia de estos animales se tomara como asociación del Domini Corpus.

Al paso de los años la tradición incorporaría nuevos elementos y fincaría su vigencia a través de la interpretación de ciertas costumbres, por ejemplo, en Puebla (a 131 kilómetros de la capital de México) es común que se regalen mulas con el nombre de quien la recibirá, junto con la leyenda “felicidades en tu día”, como una forma de broma.

En fechas pasadas las personas acostumbraban para el Jueves de Corpus vestir con ropa de manta, huaraches y pintar bigotes a los niños pequeños, mientras que a las niñas les ataviaban con trenzas, collares, faldas y blusas bordadas en alusión a la indumentaria indígena.

Sin embargo, este año debido a la pandemia no se pudo celebrar como en fechas anteriores y los artesanos que hacen “mulas” de hojas de plátano adornadas de diversas formas han visto mermadas sus ganancias.

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