Por: Anai Ruiz
El mismo error de Esteban Sánchez Núñez, relata la historia de un joven prepatoriano que comienza a vivir sin pensar en las consecuencias de sus actos.
Un joven de 17 años que a su corta edad se ha involucrado con quien le robaría la vida poco a poco: las adiciones. César Augusto empezó con el problema de alcoholismo como una diversión porque a su edad todo se le hacia fácil. Creció sin conocer a su padre, ya que este lo abandonó cuando aún era un embrión. Acontecimiento que marca su vida para siempre.
Vivía solo con su madre quien da lo mejor de ella para sacarlo adelante y él jamás lo valora.
Bajo los efectos de la droga, pierde el sentido y de pronto se encuentra acorralado en un paisaje inverosímil. No hay salida. Resignado se sienta y comienza a escribir en una libreta en blanco que tiene al lado.
Describe a detalle cada momento en el que se vio inmerso en esos momentos de adrenalina, de felicidad, bajo el efecto de drogas y alcohol. Es como logra comprender que en realidad él es el responsable de todo lo malo que le ha pasado en la vida y que cada día repetía el mismo error.
Una historia que pareciera, relata la vida de un adolescente, pero es una situación real que se vive a diario, a todas horas y en todo el mundo. No solo los adolescentes se ven tentados por las adicciones, sino también los adultos, porque para involucrarte en las adicciones no hay edad específica.
Vale la pena leer esta historia porque nos hace reflexionar de la educación que se les imparte a los hijos para guiarlos por un buen camino. Reflexionar sobre la prevención de las adicciones y que no mueran más personas a causa de estas.
