Por David Rodríguez R.

Toluca, Méx.- La paternidad trasciende lo biológico, no se limita al abastecimiento de necesidades materiales de la familia, va más allá de lo picoafectivo, es de carácter real, pero también es simbólica, polisémica y tampoco se restringe a la concepción del género masculino hegemónico ni a la figura genitora. 

En América se celebra el tercer domingo de cada mes, pero en el principio se había establecido el 19 de junio como fecha específica, hasta que en 1966 el presidente estadounidense Lyndon Johnson proclamó el tercer domingo de cada mes a lo que otros países se unieron, entre ellos, México. Desde entonces, se ha vuelto tradición su festejo en el que se enaltece la paternidad y la crianza de la descendencia por parte de los varones en las familias, aunque también hay que tener en cuenta que se ha convertido en una fiesta de consumo, así como el día de las madres y demás festejos. 

La paternidad tiene un referente biológico, pero es más una construcción sociocultural y simbólica, esta hace referencia a la relación de un adulto con una persona menor de edad, bien sea, como procreador biológico, como adoptante o como tutor legal. Al ser un producto social, se encuentra en una continua evolución; como se ha vivido recientemente, el modelo hegemónico de la figura paterna y masculina predominante cada vez más se vuelve cuestionable, ya que, por siglos, se ha concebido que esta figura familiar solo debe encargarse de proveer la seguridad y recursos materiales para atender las necesidades diarias de la familia, mientras que las madres se encargan de la crianza y educación de la descendencia. 

Es importante visibilizar que las formas de ser padre son diversas y que tanto la presencia de una figura paterna (y la forma en que esta se encuentra presente), así como la ausencia de la misma, tiene implicaciones determinantes para el desarrollo de una familia. 

Según datos del INEGI, en México, en cuatro de cada 10 hogares hay ausencia del padre, lo que se traduce en 11.4 millones de hogares que viven esta ausencia. Evidentemente, es una cantidad representativa que determina parte de la cultura nacional y que no siempre es visibilizada.

Por otro lado, igual que la maternidad, la paternidad tiene que ser vista como un derecho sexual (perteneciente a los llamados Derechos Humanos de Cuarta Generación) y con su ejercicio también se incluyen deberes y obligaciones que no se definen por el género con el que se identifica el individuo. Los derechos reproductivos son las categorías legales que expresan el principio de que tanto hombres como mujeres están capacitados para controlar sus vidas reproductivas, por lo mismo es necesario educar y promover una cultura más informada, consiente y crítica, capaz de asumir las responsabilidades que una paternidad exige. 

Las paternidades son tan diversas como las masculinidades ya que existen muchas formas de ser, desarrollarse y envejecer siendo hombre.

Feliz Día del Padre a quienes lo son y a quienes asumen su responsabilidad, incluso sin serlo biológicamente. 

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