Primero Editores / Ingrid Ahumada M.
Toluca, México.- En sus manos están historias y recuerdos en ocasiones de varias generaciones, sobre todo de momentos familiares que las personas por lo general añoran, por ello, cuida cada detalle y no solo repara una imagen religiosa, sino momentos inolvidables.

Es así que Regino López, curador de imágenes desde hace 25 años, aprendió que una virgen o un niño dios, no solo es una figura que las personas tienen en sus hogares para “adornar”, sino un ser en el que creen, al que le tienen fe y confían que los proveerá de un futuro mejor, con el que añoran momentos con personas que ya no están y que ahora recuerdan a través de las imágenes.

Foto: Ingrid Ahumada

En el Jardín Zaragoza, en Toluca, donde se encuentra reparando y vendiendo imágenes de este tipo, contó en entrevista que aunque pone empeño para reparar las piezas, este año noto una baja en su trabajo, pues mientras anteriormente llegaban hasta 30 imágenes en un día, actualmente no pasan de tres.

Lo anterior -dijo- es consecuencia de que las nuevas generaciones ya no son tan devotas de la religión y culpó a generaciones pasadas de que las tradiciones se vayan perdiendo, ya que argumentó no inculcaron y enseñaron la importancia de las mismas, aunque dijo que aún llegan matrimonios jóvenes a comprar su primer niño dios, pues también -añadió- con la llegada de los hijos las cosas cambian y los jóvenes retoman el camino de la fé.

“Por los años que llevo trabajando en esto comprendemos que las nuevas generaciones no se preocupan por continuar con las tradiciones, pero no nos habían tocado años tan extremos como este en el que de plano tan pocas imágenes nos llegan”, comentó.

Foto: Ingrid Ahumada

Dijo que generalmente, las personas llevan sus imágenes a reparar por daños menores, como un dedo o una mano, aunque también ha reparado imágenes completamente destruidas que repara tal como eran, con los mismos tonos y formas, pues para las personas es importante lo que representan.

“Una vez me llegó un niño dios completamente quebrado, la señora me trajo una foto y me pidió dejarlo exactamente igual, era un reto pero sabía que lo podía hacer, cuando vino a recogerlo me dijo que esa imagen perteneció a su abuela, luego a su mamá y ahora a ella y que representaba mucho para su familia, que había quedado feliz con mi trabajo y finalmente de esto vivo pero ver que hago felices a las personas con lo que reparo, eso no lo da el dinero”, destacó.

Foto: Ingrid Ahumada

Explicó que durante todo el año tiene trabajo, pero en estas fechas incrementa debido a que las figuras como la Virgen y el Niño Dios forman parte de las celebraciones de los creyentes, la primera para el 12 de diciembre y el segundo para engalanar los nacimientos y en familiar arrullarlo el 24 de diciembre.

Contó que, uno de sus tíos se dedicaba a reparar imágenes de yeso, material del que más le llegan, fue así que se acercó y aprendió lo que ahora describe como “un trabajo noble”.

Además, aseguró que pese al poco trabajo que le llegó este año, el continuará reparando los recuerdos y momentos de las familias, pues le gusta lo que hace, además contó que aunque sus hijos decidieron emprender otro camino y concluir una carrera universitaria, también saben realizar estas reparaciones.

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