• Hoy no es un día cualquiera para el balompié mexicano, hoy el país se divide por completo. ¿La razón? Hoy es el 104 aniversario del Club América.  

Por Angélica Rangel  

Ya son 104 años de llorar, de reír, de gritar, de celebrar. Son 104 años de ondear la bandera del “MÁS ODIADO”.  

Un día como hoy, pero del año 1916 cuando la historia del club capitalino comenzaba a emprender el vuelo. Han sido años difíciles eso ni dudarlo, pero eso caracteriza a los azulcremas, el levantarse siempre, a volar más alto que nada y que nadie.  

Algo que hace grande al Club América es que es uno de los clubes que no ha perdido la categoría desde la creación del futbol profesional en nuestro país y que genera odio y admiración por las hazañas que ha realizado en estos 104 años.  

El América ha marcado un punto de inflexión en la afición del futbol mexicano, O LO AMAS, O LO ODIAS, no hay de otra. Es cierto, no todo ha sido felicidad en el nido, han existido situaciones económicas, sequías de títulos, y varios “petardos” que han eclipsado por momentos la historia del club, pero nada de eso ha detenido al águila y después de mucho esfuerzo en los primeros años de vida del club comenzó a ser un equipo de suma relevancia en nuestro país. Especialmente después de su crecimiento a finales de la década de los 50’s y principios de los 60’s.  

Fue entonces cuando se comenzó a construir más fuerte la historia, y las leyendas del americanismo comenzaron a surgir, Carlos Reinoso, Enrique Borja, Alfredo Tena, Cristóbal Ortega, Toninho y otras grandes estrellas surgieron en los 70s, quienes fueron la base para colocarse en el poderío internacional en el área de la CONCACAF.  

Los bicampeonatos y tricampeonatos llegaron en la época dorada de los años ochenta, la rivalidad con las Chivas iba en aumento y Zague se convertía en uno de los grandes goleadores históricos en el club. Esa época ha sido transmitida por nuestros padres, por nuestros abuelos, aquellas águilas que iban a partidos o pertenecían a los grupos de animación del club, en el que se nos relataban las hazañas de un equipo que imponía, que reñía y que defendía la camiseta como sino existiera un mañana.  

La historia ya se ha escrito a partir de ahora. Esa hambre de siempre ir adelante inspiró a nuevas leyendas como nuestro “10”, Cuauhtémoc Blanco, a nuestro portero actual y quien se forjo en el nido, Guillermo Ochoa. O a los internacionales como Salvador Cabañas, Iván Zamorano o Claudio López por supuesto, por mencionar algunos.  

Gracias América, por darnos el gol del “arquero del milagro” en esa final del 2013, por ese “si Layún la mete el América es Campeón” de esa misma final. De demostrarnos que nunca te tienen que dar por muerto, porque siempre tienes esa hambre de ganar a costa de lo que sea.  

Gracias América por darnos un nuevo americanismo, pero sin olvidar el pasado por el que “SOMOS LOS MÁS GRANDES”, porque hay que recordar que “ser americanista” es un sentimiento único que nos han ido forjando las “águilas mayores”, aquellas que vivieron la historia que nos permite ser lo que somos, ser soberbios con el amor que le tenemos al mejor club de México, que los colores que portamos siempre serán los únicos y los más importantes y que siempre debemos de exigirles a los jugadores que den más que todos.    

Y que nosotros siempre tenemos que vivir con las típicas frases de los “antis”: “El América robando otra vez”, “Si Televisa no les ayudara ahorita serían otra cosa”, porque la envidia siempre será lo que alimente al América y a su afición.  

Recuerden todos, la frase más importante del americanismo antis y amantes del escudo azulcrema: “ODIAME MÁS”, porque nosotros ganemos o perdamos seguimos siendo el más importante, el más ganador. Seguimos y seguiremos siendo “EL MÁS GRANDE”.  

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