* Terminó gestión de Teresa Bracho González al frente del INEE
 
 
El mayor reto que tuvo el Instituto Nacional para la Evaluación Educativa fue la concurrencia de acciones con la Secretaría de Educación Pública y con las autoridades educativas estatales, en espacios tan amplios y diversos como el Servicio Profesional Docente y la Política Nacional de Evaluación Educativa, destacó la consejera presidenta de la Junta de Gobierno del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), Teresa Bracho González.
Luego de informar que por ley termina su mandato como consejera presidenta de este organismo autónomo este martes 30 de abril, Bracho González resaltó que lamenta que las autoridades actuales intenten prescindir del INEE, sin considerar las aportaciones que ha hecho en el desarrollo de la educación en México.
Destacó que durante este último año el Instituto ha sido objeto de acciones de claro ataque y que tuvo serias dificultades para entablar el diálogo con los poderes legislativo y ejecutivo para poder explicar las atribuciones que por ley tiene establecidas. Subrayó que el INEE ha enfrentado grandes retos técnicos a los que se suman los de la arena política. La función de este Instituto no ha sido plenamente comprendida ni valorada por lo que algunos piensan que se puede prescindir de él, afirmó.
Teresa Bracho recordó que, como consejera y como Presidenta Consejera del INEE, tuvo dos preocupaciones personales: el uso de las evaluaciones, “proponiendo que no se queden guardadas en los cajones de las autoridades, sino que tomen sentido y puedan ser aprovechadas en la mejora del Sistema Educativo Nacional”. Y la definición y medición de la calidad de la educación.
En su mensaje de despedida a todo el personal del Instituto, señaló que el INEE fue objeto de un recorte presupuestal de casi 50% lo que, entre otros aspectos, significó prescindir de cerca de 300 trabajadores, entre ellos los de las direcciones de este organismo autónomo en los estados.
Dio a conocer que deja un Instituto con finanzas sanas y trabajando en bien de la educación y que está en marcha un importante proyecto latinoamericano para conocer el nivel de aprendizaje de los alumnos (ERCE) en el que México participará junto con otros 16 países, organizado por la UNESCO.
Por último, compartió una serie de reflexiones sobre el trabajo institucional:
–          No es suficiente hacer bien el trabajo evaluativo. Debemos participar activamente en la construcción de acciones de mejora de la educación. Ahí es donde se toman las decisiones relevantes.
–          Las escuelas son espacios privilegiados del aprendizaje. Debemos llegar a las autoridades y escuelas.
–          Y recordar un principio ético fundamental de la evaluación: emitimos juicios acerca de hechos y procesos, pero nunca sobre las personas, ya que su dignidad está por encima de cualquier ejercicio humano de evaluación.
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