•Los procesos autónomos llevados a cabo por las estudiantes durante las últimas semanas han fortalecido los vínculos generacionales y la conciencia crítica de la universidad, sostuvo Alfredo Barrera Baca.
Toluca, Méx. – La violencia sexual y de género se ha convertido en la primera emergencia de nuestros días, a tal grado que nos obliga a pasar de la indignación y la rabia a la movilización de todos nuestros recursos para enfrentarla, afirmó el rector de la Universidad Autónoma del Estado de México, Alfredo Barrera Baca.
Reconocemos el problema, abundó, y lo que sigue para las y los universitarios es asumir nuestra responsabilidad, hacernos cargo moral y éticamente de este cambio, y hacerlo en el trabajo participativo y democrático.
Sostuvo que los procesos autónomos llevados a cabo por las estudiantes durante las últimas semanas han fortalecido los vínculos generacionales y la conciencia crítica de la universidad.
“Las jóvenes han construido un nuevo pacto, transparente y claro, han fortalecido a nuestra comunidad en la demanda de una universidad segura y libre de violencia contra las mujeres, y ésta, y no otra, es y será nuestra prioridad; ninguna fuerza política ajena empañará esta urgencia”.
Consideró que hoy la ya inaplazable prioridad son las mujeres, los derechos de las mujeres, las libertades de las mujeres y su seguridad. La situación que vivimos y lo que las propias mujeres organizadas nos reclaman es respeto y solidaridad, colaboración y cuidado.
En este sentido, Alfredo Barrera Baca destacó que el cuidado que la universidad puede y debe brindar se basa en la autorresponsabilidad y acción de todos y cada uno de sus agentes y sectores, lejos de los dogmatismos, los fanatismos, las simulaciones y la banalización.
Anticipó, por ello, que la UAEM no simulará esta transformación, no la fingirá ni la pondrá por falsa bandera para avenirse el favor o la simpatía de nadie. “Asumimos nuestros retos con entereza y sin dobles intenciones, sin protagonismos y con la plena convicción de que solo la confianza nos permitirá superar esta problemática. Volver a confiar en que solo juntos resolveremos nuestras urgencias: la primera de ellas, construir, entre todos, una agenda de género racional y democrática”.
Convocó a todos los sectores de nuestra comunidad a sumarse a las labores de este proceso colectivo, a participar en las mesas de trabajo organizadas, de acuerdo con las demandas de los pliegos petitorios, los diagnósticos y los índices de denuncias relativas a violencia de género.
“No permitiremos un nuevo desplazamiento o aplazamiento de la causa feminista. Las y los universitarios asumiremos nuestras responsabilidades con el trabajo inteligente, reflexivo, comprometido en torno a siete ejes fundamentales: erradicar la violencia de género, estimular el florecimiento de la mujer universitaria, naturalizar la cultura de equidad de género, reeducarnos en un trato justo y respetuoso, impulsar el comportamiento ético de la comunidad, cimentar una gestión cercana y profesional y renovar el sistema de gobierno universitario”.
Estas siete grandes metas unifican el trabajo institucional de Equidad de Género y de Seguridad Universitaria, las acciones del programa Vivas, y, sobre todo, las demandas expresadas en el conjunto de los pliegos petitorios y tendederos, concluyó Alfredo Barrera Baca.