Por Zuleyka Franco

Primera Parte

Los test sobre la Figura Humana DFH ponen de alguna manera en evidencia las preocupaciones, preferencias, necesidades o deseos reprimidos, las frustraciones, el equilibrio o desequilibrio interior y la manera de conducirse o elaborar el comportamiento de cara al ambiente.  Este test capta con relativa facilidad la gran cantidad de ansiosos, angustiados o neuróticos que pueden tener problemas de adaptación, problemas de fracaso con la realidad o que defienden su elevada pero frágil dignidad a base de evasión, negatividad, justificaciones anónimas o intentos fallidos.

Nos indica también cuál es la situación afectiva del momento en relación con el otro género, con su esfera profesional o con el entorno social y cuáles son las razones inconscientes que determinan sus reacciones, sus actitudes, sus posturas etc., cuando el sujeto se enfrenta consigo mismo o con sus problemas vitales.

La habilidad para representar sobre papel las figuras parece estar más relacionada con la escala  nivel de “maduración psicológica” que con su capacidad artística o de ejecución.  Se involucran 3 niveles de evolución que son: el nivel Motor, el nivel Perceptivo y el nivel Representativo.  Estos tres corresponderán como su nombre lo dice, a diferentes niveles, el primero, se asocia a personas que reaccionan a partir de excitaciones o simples descargas motoras, produciendo garabatos o figuras deformadas o sin cohesión; éste nivel pertenece a una “etapa infantil”.  El segundo es de un sujeto capaz de trasladar al papel objetos que tiene delante de los ojos y que está percibiendo en determinado momento y el tercero ya es mucho más evolucionado, así que la persona reproducirá objetos anteriormente percibidos y creará nuevos, tomando como base otros objetos conocidos y memorizados. 

Los Dibujos de Figuras Humanas DFH inarmónicos o estructuralmente pobres, suelen darse a diferentes casos, por ejemplo al de sujetos que por estar muy inhibidos, reducen su dibujo a un monigote, a un pulido esquema sin intensidad de vida o a una figura comúnmente conocida como de alambre.  También pueden  ser de personas “disléxicas” o con fuerte carga depresiva que producen dibujos mal lateralizados; en éstos dos, predominará el lado derecho y torpeza en el modo de resolver el lado izquierdo o viceversa, o dibujará figuras incompletas.  Este caso puede darse en ciertos “zurdos” contraídos o en sujetos con algún padecimiento corporal que muchas veces se niegan a hacer alguna prueba relacionada con el dibujo, ya sea por actitud de defensa inconsciente o para no proyectar las propias minusvalías.

La conducta que una persona tiene al realizar una prueba de Machover o DFH es súper importante; todo gesto, mirada, silencio, decisión o reflexión cautelosa se integra en una semiótica general.  Batirse en retirada es aceptar una derrota del “Yo”, es confesar indirectamente un sentimiento de impotencia y de inseguridad, un temor profundo al fracaso.  Cuando el sujeto intenta evadirse con justificaciones más o menos absurdas o actitudes inadecuadas, antes de aceptar el reto que puede llevar a una derrota o fracaso vergonzoso,  aunque finalmente acceda a realizar una prueba o dibujo, nos muestra un “Yo” inseguro, afectado por complejos psicológicos.

Cada zona en una figura humana  corresponde a un determinado aspecto psicológico de la “personalidad”, las principales zonas que se analizan son: zona de la cabeza, cara y rasgos faciales, que hablan sobre la manera que una persona contacta socialmente y sobre el control de sí mismo. La zona de los brazos, piernas y pies, representan órganos de movimiento, y en cómo el sujeto dibuje estas partes, podremos deducir cómo se enfrenta con su entorno y la organización emotiva de su comportamiento.  El tronco, los hombros, el pecho y las caderas, se identificarán como el “Almacén de los Instintos”; los dibujos en estas zonas nos informan de conflictos de “afecto-instintivos”.  La forma de tratar (dibujar) los detalles del vestido traduce la importancia del sujeto en su rol exterior y la forma de cómo cuida las apariencias. Los aspectos estructurales como el tamaño, la ubicación, la posición, simetría, proporciones, sucesión de líneas y la actitud de las figuras en su conjunto, nos facilitan indicios sobre el equilibrio general de la personalidad y sobre la modalidad de la conducta.

La cara como sabemos, contiene los “Vestíbulos Sensoriales” es decir, los ojos, la nariz, la boca y las orejas.  Estos vestíbulos son la puerta de entrada de las sensaciones físicas, los órganos de la percepción.  Mediante la función de estos órganos, nos informamos sobre el mundo exterior, tomamos contacto a través de la receptividad de todo aquello que existe fuera de nosotros y que puede sernos útil o peligroso.  Según algunas teorías filosóficas, “no existe en nuestra mente ningún conocimiento que no haya sido antes percibido por los sentidos”.

La entrada de sensaciones o impresiones a través de los sentidos físicos, puede explicarse como una excitación que el medio ambiente produce en nosotros; la sensación de malestar o bienestar, seguridad o inseguridad, alegría o tristeza, satisfacción o insatisfacción, tranquilidad o intranquilidad.  Un estímulo cualquiera, una excitación proveniente de fuera o dentro de nuestro Yo, puede activar una necesidad de acción sobre el entorno o provocar la inhibición de nuestros impulsos expansivos o motores.  Esta explicación justifica la importancia que debemos dar al dibujo de los “Vestíbulos Sensoriales” es decir, a los rasgos faciales en el dibujo de los MFH.

La presión también juega un papel muy importante.  El individuo que está dotado de mucho impulso, fuerza realizadora, iniciativa y confianza en sí mismo y fuerte convicción lo expresa en los DFH o en su grafismo a través de la presión del trazado; por el contrario, los sujetos con nivel bajo de energía (lívido débil) ya sea por causas de tipo físico o psíquico, lo expresarán en sus DFH con líneas delgadas, tenues p débiles y más o menos indecisas o vacilantes.  Los ciclotómicos (enfermedad maniaco-depresiva), los inestables y los impulsivos, muestran un trazado fluctuante (oscila, mueve, ondula, moda, alterna y varía) en la presión.

Hay muchísimos factores importantes dentro de un Machover de la Figura Humana MFH y por supuesto todos juegan un papel vital dentro del dibujo, pero los sombreados también los podemos incluir dentro de un indicador de angustia y opresión al ánimo, como impotencia o inseguridad, inferioridad que está expuesta a peligros reales o imaginados, determinantes de estudios internos de sanación penosa, malestar profundo, inquietud externa o miedos irracionales.  Este signo es, tanto más negra y densa sea la zona o área del sombreado, más intensa será esa sensación.  El sujeto que realiza sombreados en sus DFH, muestra el deseo de querer protegerse contra cualquier influencia o estímulo perturbador que esté relacionado con lo que representa la zona del dibujo sombreada.

En esta primera parte conocimos algunas generalidades sobre los Dibujos de la Figura Humana DFH, pero durante los siguientes artículos navegaremos sobre las particularidades de éstas y muchas más características, con las que se debe trabajar al analizar un Machover, no te los pierdas…

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