María Elena Maldonado

Y hablando de otros temas qué tal de un hombre con talento. Dejo otros temas y les platico de alguien que vale el tiempo conocer por un sobresaliente amor a su profesión, del que hizo arte, compromiso y ejecuto con sobresaliente relevancia.  

     Aunque no fanática, he sido una seguidora de los Rolling Stones y como millones, siento la pérdida de Charlie Watts, uno de los mejores bateristas del mundo, como lo definen los conocedores más respetables sobre el tema. Gavin Edwuards del New York Times define su estilo de ejecución como vigoroso y nada ostentoso; esa es la virtud de Charlie que se extendía a su  forma de vida: “reservada solemne y pulcro, nunca extravagante, en el escenario o fuera de él, como la mayoría de sus colegas estrellas del rock”. La evidencia que los estereotipos se rompen y el transgresor es el que se comporta superando los vicios en los que es tan fácil caer, son personas relevantes que dan ejemplo de superar las prerrogativas  que vienen con la fama, lo fácil de tener sexo más que fácil, las drogas a la mano, ya que el rock and roll lo ponen ellos.

     Elegante no pasivo, habré de intentar dibujarlo lo mejor posible en pocas palabras. Su historia es de trabajo continuo y preciso; hace de cada canción una obra única, con personalidad propia,  de ello habla su sólido carácter.

     Charlie Watts, nació en Kingsbury (Londres) el 2 de junio de 1941 y se unió a los Rolling Stones en 1963, superó en 2004 un cáncer de garganta. Apenas un año después, se fracturó un brazo y varias costillas en un accidente automovilístico en Niza. Quizás el menos conocido del cuarteto, no fue el primer percusionista de los Rolling. Watts, que estaba más especializado en jazz, llegó un año después de la creación del grupo para ocupar el lugar de Tony Chapman y se quedó a inmortalizar sus talentos.

      Eddie Gonmar, en Milenio publica: después de ponernos al tanto de la Reedición, por su 40 aniversario, del álbum “Tattoo You” de los Rolling Stones, el cual se lanzará el próximo 22 de octubre en varias versiones, platica la anécdota que sucedió en 1984: Mick Jagger regresaba de una noche de juerga en Amsterdam junto con Keith Richards, y  decidió a llamar por teléfono a Watts alrededor de las 5:00 de la mañana. Richards, en su libro “Life” de 2010, recordó haberle dicho “no le hables, no a esa hora”, pero igual Jagger lo hizo para preguntarle “¿dónde está mi baterista?” No hubo respuesta del otro lado de la línea. Unos 20 minutos después sonó la puerta de su cuarto de hotel. Richards abrió “y ahí estaba Charlie Watts”,  “en traje, corbata, rasurado, todo el set. ¡Hasta pude oler su colonia! Abrí la puerta y ni siquiera volteó a verme, caminó directo hacia Mick, lo agarró y le dijo ‘nunca vuelvas a decir que soy tu baterista’”. Watts le propinó un gancho derecho a Jagger, quien se tambaleó y casi cayó de la ventana hacia el canal antes de que Richards lo agarrara para evitarlo. “Me tomó unas 24 horas para hablar con Charlie y tranquilizarlo”, añadió Richards. Yo leí que en esas mismas memorias dijo que mientras le pegaba le dijo a Jagger: “Nunca me vuelvas a llamar tu baterista”, “Tú eres mi cantante”.

     Marc Savage –especialista en difusión musical de le BBC de Londres-  amplia la constructiva personalidad de Watts que tampoco fue perfecto, pero si capaz de superar sus debilidades. Aun cuando cayó en las garras de la drogadicción a mediados de los 80, Watts resolvió su problema con su característico aplomo: renunciando a todos su vicios de una vez por todas, después de romperse el tobillo al ir a buscar otra botella a su cava. Ese hecho toco fondo y fue suficiente para rectificar el camino: “Lo dejé todo, beber, fumar, tomar drogas, todo, de una sola vez. Simplemente pensé, ya basta'”.

     Fue igualmente estoico respecto a su éxito con los Rolling Stones, a la que una vez describió como “cinco años de trabajo y 20 años de estar esperando”. La contribución de Watts a la banda fue vital. Su swing modulado con jazz dotó a las canciones del conjunto de arrogancia, anticipando y retardando el ritmo, y creando el espacio para el lascivo y arrastrado canto de Jagger.

     “El sonido del redoble de Watts es tan Rolling Stones como la voz de Mick y la guitarra de Keith”, escribió en su momento Bruce Springsteen.

     En cuanto a su vida privada los Rolling Stones fueron de los últimos en saber sobre su matrimonio.  Durante un tiempo vivió con sus compañeros de banda Mick Jagger, Keith Richards y Brian Jones en un piso de fiesta en Chelsea. Después de que los Stones lanzaran los éxitos “Come On” y “I Wanna Be Your Man”, se mudó a un apartamento con vistas a Regent’s Park y se casó con su novia estudiante de arte, Shirley Shepherd, en 1964. Preocupado de que su matrimonio alienaría a las fanáticas adolescentes enamoradas del grupo, Watts decidió no contárselo casi a nadie, incluidos sus compañeros de la banda y Andrew Loog Oldham, el manager de la banda.

     Watts fue fiel a su esposa Shirley, cumplieron 57 años de matrimonio, constantemente rechazó los favores sexuales de las groupies en el camino. En STP de Robert Greenfield: A Journey Through America with The Rolling Stones, un documental de su gira americana de 1972, se observa que cuando el grupo fue invitado a la Mansión Playboy, Watts aprovechó la sala de juegos de Hugh Hefner en lugar de retozar con las mujeres.

     “Nunca llené el estereotipo de estrella de rock”, comentó. “En los años setenta, Bill Wyman y yo decidimos dejarnos crecer la barba, y el esfuerzo nos dejó exhaustos”.

La hija de la pareja, Seraphina, nació en 1968. En su adolescencia, fue expulsada de Millfield School por fumar cannabis y ha pasado gran parte de su vida adulta en el extranjero, en Bermudas y Rhode Island. Su hija, Charlotte, es la única nieta de Watts.

     Eric Clapton dijo que con Watts entendió el significado de discreción y mesura. Nunca lo mareo la fama: amante de la lectura, la pintura, las comidas en familia, los trajes a la medida, muchos años dedico a la crianza y cuidado de caballos árabes en su villa rural en Devon, un condado al suroeste de Inglaterra, en donde prefería pasar el tiempo.

     Roger Taylor (baterista de Queen) “Que triste, hemos perdido a un verdadero caballero. El corazón más puro de los Rolling Stones.      El menos conocido, quizá. Pero sin duda, el mejor ejemplo de una vida en que el único exceso fue pleno del mejor rock and roll. Descanse en la música, en la elegancia y la paz, Charlie Watts.

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