Toluca, Méx.- Reconocieron el esfuerzo de activistas, asociaciones y defensores de los derechos humanos por combatir la discriminación en diversas áreas de la sociedad, con la entrega, del Premio Estatal Contra la Discriminación 2024.
La ceremonia fue presidida por Myrna Araceli García Morón, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (CODHEM), en Toluca.
Premio a la igualdad y no discriminación
El premio destacó a figuras comprometidas con la igualdad de oportunidades y la lucha contra la discriminación. Entre los galardonados se encuentran Alfredo Martínez Benítez, por su trabajo en favor de los derechos de las personas adultas mayores, y Mónica Mondragón Segundo, quien ha promovido la igualdad para la población indígena y afrodescendiente.
También se reconoció al Ayuntamiento de Valle de Bravo, bajo la dirección de la alcaldesa Michelle Núñez Ponce, por fomentar la igualdad laboral.
Además, Verónica Gómez Cerón fue premiada por su labor en favor de los derechos de niñas, niños y adolescentes, mientras que Dafne Denisse Durán Garduño fue reconocida por su activismo en apoyo a personas con VIH o sida. Carlos Alberto Leal Reyes también fue galardonado por su defensa de los derechos de la comunidad LGBTTTI+.
El impacto del activismo en la sociedad
Durante la ceremonia, García Morón subrayó el valor del trabajo de los premiados al desafiar la indiferencia y los prejuicios que aún marginan a muchas personas en la sociedad. Resaltó que su labor es un ejemplo de lo que significa defender los derechos humanos con valentía y compromiso, alzando la voz en favor de los más vulnerables.
El premio no solo reconoce el trabajo de los activistas, sino que también destaca la importancia de la empatía en la lucha contra la discriminación. Según García Morón, la capacidad de los defensores para comprender las emociones y las luchas de quienes han sido discriminados es lo que realmente los convierte en agentes de cambio social.
Participación artística para concienciar
En el marco de la entrega del premio, se presentó una interpretación artística a cargo de Monique Verónica Santy con flautas prehispánicas y el Black Ballet Dance Company, cuya coreografía abordó la necesidad de eliminar la violencia de género.