• Productores locales enfrentan pérdidas millonarias

Toluca, Méx.- La industria mexicana del calzado se enfrenta a una crisis provocada por el creciente dominio del calzado importado desde China, que actualmente representa más del 50% de las ventas totales en el país. Esta situación ha desplazado a los fabricantes nacionales, generando pérdidas económicas multimillonarias. Según Mauricio Massud Martínez, presidente del Consejo de Cámaras y Asociaciones Empresariales del Estado de México, la entrada masiva de calzado chino no solo proviene de importaciones tradicionales, sino también de la “importación hormiga” a través de plataformas digitales, que evaden aranceles y afectan al sector local.

Solo en el último año, las importaciones de calzado a través de plataformas digitales superaron los 4,000 millones de dólares. Estas compras, muchas veces menores a 50 dólares, evitan el pago de impuestos y aranceles, lo que agrava la situación. Este fenómeno afecta tanto las finanzas públicas como la generación de empleos en el país, colocando a los productores mexicanos en una posición de desventaja.

En respuesta, el gobierno mexicano ha impuesto cuotas compensatorias del 17.99% sobre las importaciones de calzado chino, además de los aranceles ya existentes del 35% y el 16% de IVA. Estas medidas, recientemente publicadas en el Diario Oficial de la Federación, buscan restablecer el equilibrio en el mercado, pero Massud señala que no son suficientes. “Se necesita también un esquema de capacitación y mejora de calidad que permita a los fabricantes locales competir”, agregó.

Los fabricantes nacionales, especialmente aquellos de municipios como San Mateo Atenco, donde se concentran más de 2,500 productores, ven en estas medidas una oportunidad para mejorar su competitividad. Sin embargo, las condiciones desiguales impuestas por los subsidios de China, junto con los procesos artesanales que caracterizan a la producción local, mantienen al sector en una situación vulnerable. “Es esencial crear un entorno de competencia justo, en el que se protejan no solo los intereses de los productores nacionales, sino también los derechos de los trabajadores y la calidad de los productos”, concluyó Massud.

A pesar de los esfuerzos, el mercado del calzado en México enfrenta un futuro incierto, donde la colaboración entre gobierno, industria y consumidores será clave para mantener viva esta importante rama de la economía local.

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