Primero Editores / Ingrid Ahumada M.
Toluca, México.- De payasitos, limpiaparabrisas, haciendo malabares o vendiendo dulces es como se observa a diario a niños “trabajando” en las esquinas de las calles y aunque algunos sólo trabajan, otros viven en situación completamente de calle, rezagados y olvidados por su familia, las autoridades y la misma sociedad.

En la mayoría de los casos, los pequeños escapan de casa por situaciones de violencia y abusos, si corren con suerte son acogidos por algún familiar, de lo contrario encuentran un lugar en la calle en donde están expuestos a diversas situaciones, últimamente una de las más preocupantes es que son captados por grupos criminales que los obligan y les enseñan a cometer diversos ilícitos.

También hay personas que bajo promesas de una vida mejor, los acogen para que les sirvan como servidumbre en algunas casas y los ofrecen lo mínimo: comida, una cama y un techo, ya que no les dan salario y de estudios ni hablamos.

Además, carecen de información de salud reproductiva, por ello, es muy frecuente encontrarse con adolescentes cada vez más pequeños que ya son papás de uno o más hijos, pequeños que nacen y crecen en la misma situación de calle y que su único conocimiento inmediato es trabajar para sacar dinero y así mantenerse.

Su constante es la violencia

Lo anterior, lo explicó en entrevista para Primero Editores, Martha Isabel Ángeles Constantino, profesora investigadora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), quien además señaló que en México se tiene detectado que al menos 3.6 millones de niños están en situación de calle, mientras que en el Valle de Toluca se encuentran con una cifra de 8 mil 320 niños en situación de calle, cifras estimadas pues -dijo- es muy difícil contar con una cifra exacta que además, varía cada mes.

Explicó la diferencia entre los niños que trabajan en la calle, quienes en la mayoría de los casos son cuidados por adultos “responsables” mientras el menor realiza sus actividades laborales y por el contrario, los niños en situación de calle, quienes son responsables de sí mismos sin importar la edad, pues no tienen un adulto que los proteja. Estos últimos -añadió- son niños que en ocasiones son protegidos por el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), sin embargo, se escapan ya que no encuentran su lugar en un espacio físico y se identifican con grupos que se mueven al exterior, es decir, en la calle.

Precisó que aunque son diferentes las situaciones a las que se enfrentan, tantos los niños en situación de calle y los que sólo trabajan tienen una constante: la violencia, la cual es ejercida en su mayoría por familiares cercanos, esta puede ir desde el maltrato psicológico, físico, moral e incluso la violencia sexual, en este último los que están en situación de calle son más vulnerables pues están expuestos a todo tipo de violencia y en todas sus expresiones y además nadie los reclama o los defiende, dejan de ser sujetos para convertirse en objetos.

¿Dónde queda la parte legislativa?

A pesar de que existen diversas acciones legislativas para condenar el maltrato y la explotación laboral y sexual en los menores, estas -argumentó- se quedan en la política, ya que en la práctica la realidad es otra. 

“Una cosa es la política y otra cosa es la realidad, nos damos cuenta que si las políticas públicas y las acciones implementadas dentro de los programas realmente estuvieran dando respuesta no se habría incrementado los casos de niños en situación de calle o el caso de ninguna explotación laboral”, comentó.

El problema -dijo- es que hay un esfuerzo gubernamental, hay instituciones trabajando pero están muy limitadas, por ello, argumentó que es necesario resolver primero las causas por las que los niños están en dicha situación y después abrir los espacios en donde los niños puedan albergarse.

Aunque calificó como “una labor titánica” el realizar las acciones pendientes en la materia, indicó que se debería empezar por  revisar las reformas y la legislación, de tal manera que, si no hay un adulto responsable de los menores el estado pueda asumir esa responsabilidad inmediata sin riesgo de que algún familiar demandé a alguna institución que albergue a los pequeños.

“Primero habría que reformar la legislación, habría que reestructurar las funciones de las instituciones, y (…) en este sentido tendremos que pensar más bien en acciones preventivas más que en acciones que traten de resolver lo que ya es un problema muy grande”.

La sociedad debe involucrarse

También, denunció que no sólo las instituciones deben emprenden acciones que realmente cambien el panorama, sino que incluso la misma sociedad debe modificar su trato hacia los pequeños, ya que más tardan en ayudar que en juzgarlos.

“La actitud de la sociedad propiamente ha sido de indiferencia, de pronto hasta de desprecio, se les ha estigmatizado como ladrones, halcones (por parte de la delincuencia organizada) y entonces tomamos una actitud de juez tan dura que se nos olvida que son niños, que tenemos una responsabilidad para con ellos”, añadió.

Dijo que mientras los ciudadanos sean respetuosos con los pequeños, contribuirán a formar ciudadanos respetuosos, educados y agradecidos con la sociedad y no ciudadanos rencorosos hacia su sociedad, pues al final “no le deben nada a la sociedad más que desprecio, estigmas, maltrato y violencia”.

DIF EdoMéx no se queda con las manos cruzadas

En tanto, Cristel Yunuén Pozas Serrano, procuradora de protección de niñas, niños y adolescentes del DIF Estado de México, precisó en entrevista para este medio que, en lo que va de la administración han recibido más de 35 mil denuncias por violencia en contra de los niños, sin embargo, señaló que el reto actual es la verificación de dichos casos pues debido al cambio de las administraciones municipales apenas están retomando algunos casos.

Indicó que casi todos los niños que tienen en acogimiento residencial tienen esta raíz: la violencia, la cual es ejercida por su primer círculo, es decir, por familiares directos. Asimismo, indicó que en lo que va del año al menos 200 pequeños han podido ser reubicados en núcleos familiares para poder atenderlos respecto a la violencia que vivían.

“En la mayoría de los casos son los padres los primeros que generan violencia en el hogar y por tanto los chicos tratan de salir de este círculo”, añadió al tiempo que dijo que hay un número importante de abuelos, tíos y padrastos que también maltratan a los niños.

Aseguró que está institución no se queda con las manos cruzadas en el tema, pues han trabajado con el Consejo de Erradicación del Trabajo Infantil en la Secretaría del Trabajo, para generar rutas críticas cuando se hacen las revisiones a los centros laborales tanto informales como formales.

“Estamos trabajando para que de manera interinstitucional podemos combatir el tema tanto con la Fiscalía, la Secretaría del Trabajo, los inspectores del IMSS”.

Censos de niños en situación de calle

También dijo que derivado del cambio de las administraciones municipales apenas están retomando los temas de los censos de niños en situación de calle en los municipios y hasta el momento solamente Metepec ha dado información valiosa respecto a los niños que se encuentran en esta situación.

En el caso de Metepec los datos proporcionados son mínimos, ya que sólo señalan cuántos niños identifican, en dónde están, qué están haciendo e incluso identificaron algunos casos de trata de personas. Asimismo, indicó que en el pueblo mágico observaron a 16 niñas y 39 hombres en diferentes modalidades como vendedores de dulces, limpiaparabrisas, recolectores de basura, mendicidad, vendedores de nieve, franeleros y payasos; aunque la mayoría son en estado de mendicidad lo que dijo ya viene arrastrado por una condición familiar.

Indicó que los municipios que más les preocupan para realizar dicho censo son los mismos que les preocupan a la Fiscalía por los altos índices delictivos como Toluca, Nezahualcóyotl y Ecatepec.

“La mayoría de los casos de niños que están en crucerismo son obligados por sus propios padres a trabajar en la calle, esa es la constante no la regla, pues hay sus excepciones y pocos son los niños que están solos pues casi siempre hay un adulto que está generando el trabajo en la calle”.

Además dijo que otra de las razones por las que los niños se encuentran con esta condición tienen que ver con condiciones socioeconómicas, particularmente con la migración nacional, pues han detectado que un número importante de niños que radican en Toluca provienen de Chiapas, quienes salieron del estado por la situación de pobreza.

Importancia de la denuncia

Insistió en la importancia de la denuncia, pues dijo que existen casos en los que los niños podrían participar en alguna costumbre o labor familiar como en el caso de las ladrilleras de Metepec, en donde núcleos familiares están dependiendo de unidades económicas, lo que aseguró no está penado, lo penado sería que el niño se dedicará exclusivamente a trabajar y no fuera a la escuela.

“Yo creo que los números no varían tanto como parece ser pero si están siendo más visibles y estamos siendo más conscientes de que son titulares de derechos por eso creo que el tema lo tomamos más en serio como sociedad”, comentó.

Reiteró la importancia de los vecinos pues gracias a las denuncias de personas que saben del maltrato o de la violencia ejercida a un pequeño o que está siendo explotado de cualquier forma han tenido casos de éxito, incluso aseguró que así le salvaron la vida a tres pequeños relacionados con trata de personas.

También recordó el caso de tres pequeños hermanos que llegaron directamente a las instalaciones de la procuraduría a denunciar a la persona que los estaba agrediendo mismos que llegaron solos, lo que destacó pues regularmente en los casos siempre hay un adulto que los apoya de forma significativa.

DIF puede quedarse con la custodia

Al ser cuestionada por su podrian quitarle a los niños a los padres en caso de detectar algún tipo de violencia contra el menor, aseguró que podrían hacerlo sin necesidad de una denuncia previa, siempre y cuando fuera evidente que está violentado, aunque dijo que en los acercamientos que han tenido les advierten que los padres de los niños están cerca del lugar.

Recordó un caso en donde dos pequeños estaban pintados de payasitos y tenía lesiones graves debajo del maquillaje, a quienes rescataron tras denuncias ciudadanas, ya que las personas los veían incluso en algunas ocasiones que no podían caminar bien derivado al maltrato que sufrían.

“Los papás están al cuidado del hijo Aunque éstos estén pidiendo dinero o vendiendo algún producto en las calles”, precisó al tiempo que recordó otro caso en donde pudieran apoyar a una familia para insertar a los hijos a la escuela quienes denunciaban que la razón por la que ponían a sus hijos a trabajar era la pobreza.

DIF Toluca

En este punto es preciso recordar que, hace unos meses el DIF del municipio de Toluca  identificó la presencia de 80 niños en situación urbano marginal en diferentes puntos de la capital mexiquense, es decir, que son enviados a las calles a trabajar; a quienes les ofrecieron junto con sus padres talleres de diferentes oficios como opción para regresar a los niños a las aulas, informó en ese momento el director del organismo Pedro Landeros.

Explicó que la mayoría de los menores en esta condición provienen de otras localidades, el menor porcentaje es de la zona norte de Toluca y en ningún caso identificaron trata o explotación infantil. Lo anterior a pesar de que el DIF estatal asegura que este es uno de los municipios que les preocupa y no han dado cifras al respecto para contemplarlos en el censo mencionado.

“Lo que hemos buscado como alternativa es ofrecerles a los padres talleres de panadería, de computación, entre otros oficios, para que cuenten con una alternativa y no enviar a sus hijos a trabajar a las calles, además poner a los niños  al corriente en sus estudios, con base en su grado escolar”, comentó.

En ese momento el director denunció que  muchos de los programas que ejecutaba el DIF municipal en conjunto con el gobierno estatal y el federal para el rescate de niños en situación de calle ya no existen, por ello, el ayuntamiento buscaba nuevos esquemas de atención para los menores. 

Entonces, dijo que el reto era mantener comunicación con los niños y sus padres, pues huyen en cuanto observan que llegan los trabajadores y sociólogos al sitio donde laboran y algunos admiten que tienen una familia y que trabajan en las calles solo para ayudar a la economía.

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