Por Veneranda Mendoza

Toluca, Méx.- Por falta de pago fue retirado el servicio de custodia a Erika Contreras, propietaria del expendio de pollo de Toluca del que el pasado 22 de diciembre fueron secuestrados cuatro trabajadores por presuntos integrantes del crimen organizado, aseguraron los Cuerpos de Seguridad Auxiliar del Estado de México (CUSAEM).

La aclaración ocurre después de que la empresaria denunció públicamente que el secretario de Seguridad, Andrés Andrade, y el general José Martín Luna de la Luz, ordenaron la suspensión del servicio de guardaespaldas que había contratado desde mayo del año pasado, pese a que lo estaba pagando, lo que a su vez facilitó el ataque que culminó con el levantamiento de sus empleados.

La corporación afirmó que la contratante “incumplió con los términos fijados en el contrato de servicios, al dejar de sufragar el pago de 6 mil 500 pesos quincenales, en los periodos del 16 al 30 de noviembre y del 1 al 15 de diciembre de 2023”.

De igual manera, indicó que, conforme al contrato suscrito en septiembre de 2023, uno de los elementos que le fue asignado tenía encomendadas funciones extramuros, de manera que ni siquiera portaba arma de servicio, pero la contratante lo utilizó como escolta personal, “lo que motivó la baja del elemento”.

Los CUSAEM indicaron que fue hasta el 5 de enero del presente año cuando la usuaria del servicio de seguridad liquidó los adeudos adquiridos.

Empero, afirmó, desde entonces hasta ahora no ha solicitado por escrito la contratación de guardias de seguridad u otros servicios.

El día anterior, la empresaria dió a conocer que por la suspensión injustificada del servicio denunció a ambos funcionarios ante la Secretaría de la Función Pública y presentó una queja ante la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (Codhem).

Incluso narró que el 18 de diciembre pasado acudió con su familia al Nevado de Toluca, hizo escala en la comunidad de Raíces para comprar gorros y guantes, y se les acercó el general José Martín Luna de la Luz a hacer algunas preguntas, entre ellas si se había avisado sobre la salida; “contestamos que no sabíamos que teníamos que avisar”.

Indicó que sus escoltas se identificaron debidamente, mostraron sus permisos y oficios de comisión, y después les permitieron continuar.

No obstante, horas después uno de los guaruras recibió la llamada de la comandante Aurora Tania Gutiérrez López, su jefe directo, para preguntarle qué había pasado porque le estaban pidiendo su baja; “me están pidiendo que te levante un acta administrativa para que ellos puedan justificar tu baja”, le dijo.

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