* Diseñar normas de protección e integración de migrantes para garantizar sus derechos humanos: Jorge Olvera
Toluca, Méx.- Jorge Olvera García presidente de la Comisión de Derechos Humanos en el Estado de México, se pronunció por la necesidad de Diseñar y aplicar normas de protección y de integración de los migrantes extranjeros, para garantizar sus derechos humanos y dar seguimiento a quienes se quedan en el país y la entidad; también advirtió que su estancia permanente en el país puede colapsar económica y socialmente a México.
Comentó que se ha convertido en un asunto de seguridad nacional, porque “la migración no viene sola, sino con delincuencia”, pues hay comentarios de que a quienes se quedan a trabajar o piden limosna, grupos criminales les cobran “derecho de piso” o una cuota; la cuestión es que al año pasa a México medio millón de personas de países principalmente de Centro y Sudamérica, y datos no oficiales indican que a la entidad lo hacen entre 100 y 150 mil.
El presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (Codhem), reconoció que ante la nueva política migratoria de Estados Unidos muchos deciden quedarse en la entidad mexiquense al ver que “hay “más” fuentes de trabajo, inclusive desplazando a los propios connacionales”, por tanto, subrayó que el Estado debe dar atención primordial a la nueva conformación social y la legislatura, generar normas de protección y de integración, ya que no existen.
“En su primera dimensión es que ya se está colapsando el sueño americano por las políticas norteamericanas y ya no esperan llegar a Estados Unidos sino que se quedan dispersos en México. Estoy hablando de un tema académico que estamos abordando, estudiando, analizando, reflexionando”, indicó.
Recordó que en el caso de las Caravanas Migrantes a su paso por el territorio estatal entre noviembre y diciembre del año pasado, la Codhem adoptó medidas de apoyo humanitario como la entrega de víveres, ropa y artículos de limpieza, así como asesorías, sobre todo para quienes transitaron por los municipios de Huehuetoca y Tepotzotlán; también se estrechó la coordinación con los gobiernos de Querétaro y Ciudad de México.
En esos grupos, dijo, se detectó la presencia de niñas y niños, no obstante, argumentó Olvera García, se desconoce si todos fueron regresados por las autoridades a su país de origen o algunos se quedaron, “(el problema es que) no hay normas que los integren, que los recojan, y que les den fuentes de trabajo (a sus padres) o alguna seguridad”, y la cuestión es que en Centroamérica no hay inversión extranjera, por eso sus habitantes buscan recursos económicos y emigran hacia otros países.
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