Redacción

ALMOLOYA DE JUÁREZ, 16 de Octubre de 2019.- El pasado 8 de octubre, la jueza María Alejandra Carrillo García liberó a Erik Rojas Liña quien en el año 2013 asesinó, junto con otros cuatro sujetos, entre ellos una mujer, al menor de 15 años, Carlos Eduardo Martínez González, entonces alumno del Colegio Montessori, en Toluca, quien era hijo del octogenario.

Por eso, ahora postrado en silla de ruedas y con 85 años a cuestas, Tomás Alfredo José Guadalupe Martínez Gutiérrez regresó este miércoles a los juzgados, esta vez para exigir se investigue por presunta corrupción a la jueza Carrillo García.

Martínez Gutiérrez expresó, “No me puedo morir y permitir que este país se hunda en la corrupción de un sistema de impartición de justicia en el que el que tiene unos pesos puede comprar su libertad, aunque haya asesinado a un inocente, como lo era mi hijo Carlos Eduardo”, dijo con lágrimas en los ojos el señor Martínez Gutiérrez.

El caso del “Niño Montessori”, como se le decía popularmente en Toluca al asesinato de Carlos Eduardo, tuvo un respiro de justicia en marzo de 2016, cuando el juez que conoció de la causa, sentenció a 50 años de prisión a cuatro de los implicados: Beatriz Alejandra Morales Sendo, presunta autora intelectual del secuestro y homicidio de Carlos Eduardo, y tres de sus cómplices materiales: Margarito Salas Reyes, Emilio Victoria Rodríguez y Silverio Victoria Hernández, quienes habrían llevado al estudiante del Colegio Montessori, engañado, a bordo de una camioneta, al Puente Calderón, de la autopista Tenango-Ixtapan de la Sal, y lo arrojaron vivo al fondo, de más de 200 metros de altura.

Sin embargo, por lo menos faltaba un involucrado: Erik Rojas Lina, quien, según se documentó con grabaciones telefónicas y otras pruebas fehacientes, se encargó de “cuidar” al menor de edad secuestrado en la casa de su propia madre, ubicada en la calle de Vicente Villada, sin número, en la colonia Reforma, de San Mateo Atenco, desde donde también se hicieron llamadas telefónicas para negociar la libertad y la vida del menor.

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