Por Cristina Colmenares

Las salchichas, el jamón, tocino, salami, todo ese tipo de carne embutidas saben ricas en un hot dog, una hamburguesa, una pizza o cualquier otro alimento que podamos comer fuera o dentro de casa, pero por ahí dicen que si supiéramos de qué están hechos los embutidos, probablemente no las comeríamos.

La PROFECO emitió el día de ayer los resultados de las pruebas realizadas a 44 productos embutidos de distintas marcas y clasificaciones (fino, extrafino, comercial, económico y preferente) los resultados no fueron muy prometedores, ya que muchos mienten en su clasificación y contenido.

El estudio se llevó a cabo del 24 de marzo al 10 de junio de este año y los resultados arrojaron que, Por ejemplo, el jamón de pavo de Bafar y Duby contienen 4.7 y 4.6 menos producto del mencionados en el empaque, es decir, sus empaques no tienen los 400g y 500g que anuncian. Además que Jamón cocido de pavo Duby 500g no contiene la cantidad de carne del muslo del pavo establecido por ley.

Los jamones de pavo y cerdo de la marca Sparta Cocido están hechos de pollo, por lo que no deberían usar la denominación que tienen.

Aquellos productos que ostentan la clasificación Fino como el Jamón de pierna 250g de Parma Campestre contiene fécula, lo que en sí catalogaría al producto como preferente y no como fino.

El jamón virginia de pavo a granel no cumple con el porcentaje de proteína libre de grasa que indica la clasificación de preferente. Jamón virginia de pavo 250g de Parma Sabori no tiene reducido el sodio a 25% y jamón real pierna 300g de San Rafael contiene almidón, el cual no está especificado en el empaque.

“Algunas marcas incorporan ingredientes no cárnicos cuyo objetivo es sustituir una parte de la carne con un aporte proteico y funcional (soya), mientras que hay otros ingredientes como los almidones o las féculas de papa, maíz o chícharo; así como la carragenina, que se utiliza para aumentar la capacidad de retención de agua” señala el informe de PROFECO

Aunque como solución, algunas empresas realizaron cambios en el empaque y su clasificación ¿Qué tan seguros estamos de comer los que el empaque dice? Es más ¿alguna vez nos hemos dedicado a leer qué contiene lo que vamos a consumir?

Es importante dedicarle tiempo a saber qué estamos consumiendo, algunos de los ingredientes que utilizan estas empresas en sus productos son dañinos para la salud. También no es correcto pagar ostentosos precios por un producto que realmente no es de buena calidad.

Puedes encontrar el informe completo en la página de PROFECO o en el número 522 de la revista del consumidor. 

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